El Crecimiento de la Física Social

Con física social queremos decir literalmente textos de Física que tratan sobre temas sociales, no textos de sociología que intentan aplicar ideas de la física. Porque de ser algo virtualmente inexistente ha adquirido relevancia a lo largo de todo este siglo.

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Si uno usa Web of Science de Thomson-Reuters y realiza las búsquedas correspondientes se encuentra, si se usa el año 2000 como línea base, con los datos que muestra el gráfico: Un aumento considerable de papers con tema redes sociales o simplemente social en física como área de investigación. Crecimiento que claramente es bastante superior al que tienen disciplinas como la física o la sociología. Usando el año 2000 como base 1000, el 2013 en Redes Sociales (en Física) alcanzamos 2.336, en Social (en Física) 1.066, en Física en general 149 y Sociología 172.

¿En términos absolutos que quiere decir? Que se pasa de un total de 11 artículos de redes sociales en Física o de 38 como tema social en la misma disciplina el año 2000, a un total de 257 y 405 documentos respectivamente el año 2013. El número de artículos puede parecer, quizás, no tan relevante, pero no estará de más acentuar que de números casi inexistentes a principios de siglo estamos en la actualidad con una literatura no despreciable. De todas formas se puede puntualizar que los papers publicados en física sobre redes sociales representan un número equivalente al 2,8% de todos los textos de sociología registrados en Thomson-Reuters; y los textos con tema social en Física equivalen a un 4,4% de todos los registros de sociología. Por cierto que hay muchos textos de Sociología que no están en la base, y eso implica un porcentaje sobre el total de textos menor, pero claramente estamos ante una tendencia que ya es relevante.

El impacto de este crecimiento se puede observar con mayor claridad en el tópico donde la relevancia de la física es mayor, y uno de larga tradición en Sociología: el estudio de redes sociales. En ambas disciplinas se observa un fuerte aumento de la cantidad de documentos sobre el tópico durante este siglo, pero el crecimiento en Física es claramente mayor. Los papers en física sobre redes sociales representaban alrededor del 10% de los de Sociología a principios de siglo, y alcanzan ya entre el 50% y el 66% en los años 2012-2013.

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En otras palabras, y resumiendo, algunos datos sólo para mostrar lo que es muy claro: El mundo de la vida social, tradicionalmente disputado entre sólo las ciencias sociales, tiene hoy nuevos actores.

Los datos y tablas en el siguiente link

 

La situación de los Sociólogos en Chile. Reflexiones a partir del 8º Congreso

En la entrada anterior describí un poco mi experiencia en el Congreso -los grupos y paneles a los que asistí. La idea ahora es dar algunas reflexiones a partir de esa experiencia -y de conversaciones sostenidas con otros asistentes.

Lo primero es que no deja de ser notorio el hecho que a los sociólogos siempre les extrañan las cosas más básicas del orden social. Lo que por un lado, uno puede decir, es algo necesario para investigarlo de buena forma: el que no parezca natural. Pero a veces es el mismo hecho que hay órdenes sociales, y que ellos tienen normas por ejemplo, lo que resulta extraño. Entonces se dice que la sociología nos limita -en particular, porque a través de ella se imponen exigencias metodológicas. Pero, ¿cómo podría una práctica que está algo instalada no imponerlas? Podría cambiar, e imponer así otras, pero reclamar porque la sociología opera como una práctica -y a través de ella se producen los mismos procesos sociales que en otras situaciones, no deja de ser extraño.

Lo segundo es que me llama la atención las repetidas veces que uno escucha que la sociología no está involucrada con la sociedad. Y eso me parece un espejismo de la academia. En una mesa se dijo que, por ejemplo, en relación al incendio en Valparaíso, los estudiantes (y varios profesores) se encontraban algo anonadados con el hecho que sólo se podía ofrecer una encuesta -como el paradigma de la no intervención. Pero de verdad, quién podría de verdad creer que una encuesta, o cualquier operación de investigación, no son claras intervenciones en la vida social. Y que ellas son parte integrante de la operación de muchas prácticas. Cómo varias investigaciones lo han puesto en claro (y algunas de ellas en nuestro propio país) las investigaciones sociales son elementos integrados en diversas prácticas de gobierno o de mercado. Claro, no es una intervención producida desde la Sociología, y quizás no es una intervención deseada; pero que la Sociología es un oficio con claras repercusiones prácticas, de hecho lo es.

El tercer tema es la tentación de acusar cualquier cosa de neoliberalismo. Los sociólogos parecen no poder referirse a cualquier mención, o defensa, del esfuerzo personal (o de cualquier idea de responsabilidad individual) sin denostarlo como parte de la detestable reproducción del modelo. Al mismo tiempo se propone la agencia como un elemento esencial de la vida social. Al parecer sólo cuando la agencia es colectiva puede ser vista de forma positiva por la Sociología. Pero no deja de resultarme algo extraño.

A este respecto es bueno recordar, y esto es algo que Cristián Bellei mencionó en la conferencia final del Congreso, es cierto que hay miles de limitaciones puestas por las estructuras, pero también algo existe de capacidad en los espacios micro para hacer distinto las cosas. Y eso requiere, finalmente, confiar algo en que hay algo más que la mera determinación estructural.

En cuarto lugar, la sociología es temáticamente dispera y metodológica y teóricamente plural, pero sus preocupaciones son bastante constantes. La desigualdad y el poder son elementos que cruzan paneles, grupos temáticos, lo que sea. Siempre están ahí. De alguna forma, a veces la disciplina es algo más unificada de lo que pensamos.

Lo último es un comentario al hecho mismo del Congreso. Al hecho mismo de lo grande del Congreso: muchas ponencias, mesas, sociólogos de múltiples universidades, y de múltiples ciudades a lo largo del país. Hace 20 o 30 años un Congreso de Sociología era un espacio ocupado por pocas instituciones y por algunos próceres bastante conocidos, ahora es un espacio múltiple. Y eso habla bien finalmente de la situación de la Sociología. Tenemos una impresión de una disciplina sobreviviente, y Milton Vidal nos recordó que el jueves 23 de Octubre fueron identificados del sociólogo Claudio Jimeno detenido el 11 de Septiembre de 1973, por lo cual esa impresión no es una equivocada.

Pero creo, eso sí, que ya hemos alcanzado un espacio y una vitalidad relevantes. Y aunque en el Congreso de Sociología no está toda la sociología chilena, sí está la suficiente, y yo diría que más bien problema de quienes se restan a estos esfuerzos.

Impresiones del 8º Congreso de Sociología en La Serena

Habiendo llegado recién del Congreso de Sociología será interesante declarar algunas de las impresiones de lo que pude ver del Congreso. Por cierto, sólo comentó las ponencias que a mí me resultaron interesantes –hay varias que, siendo buenas en sí mismas, a mí no me llamaron la atención.

Miércoles 22 de Octubre.

Las primeras sesiones que asistí fueron del GT 25 de Trabajo. El estudio de Pamela Caro sobre trabajadores migrantes en dos valles vitivinícolas (uno en Mendoza y Casablanca) mostró como dos situaciones que pueden parecer similares (trabajadores migrantes precarios) en realidad son muy distintos. En el valle de Mendoza tenemos inmigración internacional de familias, que se mueven itinerantemente de valle en valle; en Casablanca tenemos inmigración nacional más bien individual, y las personas tienden a quedarse en Casablanca.

Luego fui al Panel organizado por el COES sobre redes sociales y cohesión –que fue uno de los puntos altos del Congreso creo. Expuso Gabriel Otero de la UDP mostrando los conceptos fundamentales de teoría de redes. Luego Oscar Vásquez del DII de la U de Santiago mostrando sus intentos de formalizar los experimentos de grados de separación de Milgram, usando nociones de esfuerzo y de incentivo, y elementos de la teoría de agente-principal. Se veía interesante –aunque no sé cuanto entendieran quienes no conocen del tema, no tanto por las matemáticas sino por la falta de contexto del problema. Luego Felipe Link de la PUC que mostró un estudio muy bien hecho sobre redes personales en sectores populares del Gran Santiago. Todo en la presentación estuvo perfecto creo. El resultado es uno que ya ha aparecido en otros estudios, mostrando que las redes de sectores populares son muy densas y locales, pero con poca ‘salida’ a la ciudad como tal. Refuerza, profundiza y hace avanzar nuestro conocimiento al respecto. Finalmente Alfredo Joignant habló del cierre del campo político, donde al parecer está desarrollando una aproximación más general a los distintos capitales sociales. Pero habrá que esperar al libro para evaluar mejor estas ideas.

Jueves 23 de Octubre

El día lo inicié en el GT 11 de Malestar. Aquí hay que decir que la discusión posterior a las exposiciones estuvo particularmente interesante. Valentina Olivares expuso una aproximación freudiana al tema del malestar, Carla Azócar de la U de Chile habló de la relación del malestar con la salud mental, y se expuso una investigación de la U de Concepción, donde en principio exponía Bernando Castro, pero finalmente expuso otra persona del equipo de investigación, sobre construcción de la desconfianza. La discusión se centro en cómo se relaciona el malestar con declaraciones de bienestar (tenemos señales, por ejemplo, de malestar individual en salud mental, ¿cómo ello se relaciona con el hecho que las personas declaran estar satisfechas? ¿Qué pasa ahí?); en la construcción política del malestar (uno de los asistentes, que es parte junto a Azócar del grupo de Mayol, habló de una expresión espasmódica del malestar, precisamente por cómo se organiza la subjetividad); y de la relación del Estado con el malestar (las personas ‘piden’ Estado, pero al mismo tiempo hay expresiones de rechazo a él). Una mañana productiva creo.

A medio día fui al GT 15 de Ciencia y Tecnología. Siendo una especialización relativamente nueva, hay que decir que este campo está bastante bien en Chile al parecer. No fui, pero me comentaron varias veces, a una exposición de Claudio Ramos sobre las redes y obra de Brunner, Moulián y Morandé que parece estuvo brillante –pero Ramos siempre trabaja bien hay que decirlo. El día jueves Gabriel Otero nos mostró dos ‘ideales’ de formas de trabajo sociológico que están en juego en la actualidad en la academia, y cómo ellos han ido variando: El paso del modo tradicional –quien escribe libros sobre la situación general del país y se relaciona con la política- a un modo profesional (no me gusta mucho usar esa palabra, pero bueno hay que usar una para describir al fenómeno) –de quien escribe papers ISI sobre temas específicos y ya sin relación con la política. Jorge Gibert nos mostró las redes de colaboración en dos disciplinas –Bioquímica y Ciencias de la Información- y sus variaciones (Bioquímica con redes más integradas y con núcleos de colaboración más grandes) y el impacto de esas variaciones en la productividad. Alejandro Espinoza mostró un estudio también de redes de colaboración pero en este caso en Astronomía en Chile. Los resultados era muy distintos de la ponencia anterior, pero creo que esto se debe en parte a la diferencia metodológica (Gibert examino redes de personas, Espinoza redes de papers). José Coloma expuso un estudio sobre redes de co-ocurrencia de palabras en la investigación de la UFRO para identificar áreas temáticas de investigación, más allá de lo disciplinar. Como la metodología me podría ser útil para algunas cosas que quiero hacer me pareció muy interesante. Carolina Pinto presentó un estudio de entrevistas sobre estudiantes de postgrado y nos enfatizó la continua relevancia de la homogamia universitaria (i.e hacen clases en la U X quienes estudiaron en dicha U).

Finalmente, fui al GT 24 de Sociología del Individuo. Aquí, siendo un grupo muy variopinto, me llamaron mucho la atención en particular dos estudios. El primero presentado por Karol Morales de la U Valpo sobre las formas en que desde la política pública se piensa a los beneficiarios. Primero que son vistos como trapecistas (pensé inicialmente que era un nombre que le puso el equipo investigador pero después mostraron que el nombre se usa efectivamente en los mismos documentos oficiales) –o sea quienes se pueden arriesgar y aprovechar oportunidades porque la política pública les entrega una malla de seguridad si fracasan en esos riesgos. Felipe Acuña expuso sobre subjetividad de profesores, y mostró una metodología muy interesante para poder hacer explícitas elementos que pueden estar menos elaborados (para lograr hacer visible lo inédito viable usando conceptos de Freire). El uso de metáforas, lo que él llamo temas generadores (que se refieren a cómo te aproximas a problemas que debes resolver), un estudio en fases (primero haces un focus más normal, luego presentas al grupo lo que resulta del focus para ir más allá de esas impresiones). Las ponencias no descritas no lo son porque no fueran de calidad (por ejemplo Oriana Bernasconi presentó un estudio sobre una incubadora de emprendedores muy bueno pero como el tema no me interesa tanto no profundizo en él).

Viernes 24 de Octubre

En la mañana fui al GT 12 de Metodología (donde expuse, pero obviamente no hablaré de mi exposición). Luego Emmanuelle Barozet (U de Chile) y Oscar McClure (U de Los Lagos) nos presentaron la metodología de juegos que han usado en el marco de sus estudios de desigualdad. Un juego de clasificación (a las personas se les presentan una serie de cartas donde hay personas concretas que deben agrupar, y como lo hacen en grupo además deben hacer jugar y validar sus criterios), un juego de personaje desconocido (orientado a descubrir que criterios usan las personas para identificar socialmente a las personas) y el juego del dictador (en que una persona distribuye pesos ficticios entre varios personajes que sirve para descubrir orientaciones sobre desigualdad). Muy interesante. Luego Salvador Vargas nos mostró como logró validar un indicador de desafección política usando LAPOP, y bueno, otra muestra más de cómo el trabajo metodológico es siempre complejo cuando uno se la toma en serio. Hector Mora de Temuco hizo una presentación sobre las retóricas científicas, y en particular sobre las retóricas de la objetividad: Cómo para presentar datos los investigadores muchas veces eligen (y sobreusan) una presentación objetivizante, que en realidad no da cuenta de lo que están haciendo. Algunos de los ejemplos –de cosas publicadas o presentadas- eran bien claros en las exageraciones del estilo objetivizante (unos gráficos bien horribles a decir verdad). Me gustó el grupo a decir verdad.

A media mañana fui al GT 5 de Emplazamientos a la Sociología (que en realidad, lo mencionaron los co-ordinadores del grupo ocupa un poco la posición de ‘varios’). Primero expuso Nicolás Sanhueza de la UAH sobre la teoría de la actor-red, lo que produjo un debate bien interesante sobre Latour (en todo caso, tengo la impresión que Bernasconi está creando escuela al respecto en la UAH). Luego Adela Bork de la U de Valparaíso sobre como nuestras prácticas de enseñanza y académicas disciplinan y cierran más que permitirnos estar abiertos a lo que sucede en la sociedad. Finalmente Felipe Rivera de la UCEN más que nada nos anunció un tema –el de Big Data, el que creo muy central para entender lo que se nos viene: Es efectivamente un emplazamiento, algo que hacen otros que pone en juego lo que la Sociologìa tiene que decir. Pero, como él mismo dijo, es el inicio de una reflexión.

Finalmente estuve en el GT 25 de Trabajo, porque también me tocaba exponer (y de nuevo no diré nada de mi exposición). Las dos ponencias de mayor interés, y las que generaron mayor debate fueron las siguientes: Maureen Berho de la UDP expuso sobre los seguros de cesantía y como afectan la subjetividad –que tuvo el siempre bienvenido hecho y actitud de decir, bueno una de nuestras hipótesis no funcionó, aunque al menos estás otras sí lo hicieron. En cualquier caso un estudio bien serio multinivel comparativo a nivel global. Alexander Páez de la Fundación Sol expuso sobre el endeudamiento y su relación con el mundo laboral. Básicamente la idea es que los niveles de endeudamiento no se explican por factores individuales (que son consumistas etc.) sino por el tema de bajos salarios (que en los últimos años no han seguido el aumento de la productividad) que hace que muchos no puedan enfrentar sus gastos cotidianos con sus sueldos y requieran el uso del crédito.

Y todo concluyó con una conferencia de Cristián Bellei sobre, finalmente, como se ejerce el oficio del sociólogo en Chile –que estuvo bien interesante a decir verdad. Pero como en realidad estas charlas finales no reflejan lo que sucede en el Congreso lo dejaremos fuera de nuestro reporte.

Cultivar nuestro Jardín. La reacción de los Chilenos al ‘Modelo’

En estricto rigor, la tesis que se desarrolla en esta entrada tiene, creo, cierto carácter histórico: el diagnóstico sobre las visiones existentes en Chile sobre el modelo económico creo que se aplican mejor  hasta la primera década de este siglo. Además es necesario plantear que el tipo de evidencia que está detrás de ella es más bien de reflexión sobre varios estudios (cualitativos y cuantitativos), y corresponden más bien a hipótesis de trabajo -para usar ese eufemismo- que a ideas manifiestamente bien pensadas y fundamentadas. Dichas estas precauciones procedamos a la idea central.

Si uno examina lo que ha sido el debate sobre la sociedad chilena en los últimos años, en particular sobre la profundidad de las críticas al ‘modelo’, ‘sistema’ observaremos que resulta relativamente común la impresión que se había dado una transformación cultural en Chile que implicaba que éste había sido aceptado o se estaba en camino de aceptarlo. Y entonces algunos plantearán que esa aceptación se encuentra ahora en tela de juicio o que, por el contrario, no está en tela de juicio, y que el modelo sigue siendo aceptado. La intención de esta entrada es más bien discutir esa posición, y ubicarse más bien de parte de quienes han dudado de la aceptación del homo neoliberal (por ejemplo Araujo y Martuccelli) en la sociedad chilena.

Estimo que detrás de la idea de la aceptación del modelo aparecen varias confusiones que cabe diferenciar. O al menos se puede plantear como hipótesis que se confunden con aceptación cosas que empíricamente resultan (o al menos resultaban) distintas, y que nos permiten dudar de esa presunta aceptación de la lógica cultural del así llamado modelo económico.

La primera son reduccionismos en torno a cómo se leen las reacciones y posiciones de las personas. Así, si las personas valoran la competencia, o aceptan ciertos niveles de desigualdad, entonces se sigue que aceptan en general el modelo chileno (identificado así, simplificadamente, a éste con el capitalismo o el Mercado a secas) o incluso se plantea que oponerse al modelo es oponerse al capitalismo (o a la iniciativa privada o al consumo etc.). Para entender la realidad de las opiniones de los chilenos hay que salir de observaciones monolíticas. Hay diversos datos que muestran aceptación de algunos elementos de una postura pro-mercado, que enfatizan el esfuerzo individual, pero esto no obsta para que tengan una fuerte demanda por una mayor participación -desde formas de regulación a propiedad- del Estado en la vida social. Y esto sin contar que, de hecho, algunos aspectos de aceptación de las ideas del modelo pueden traducirse en una crítica y molestia incluso más acerba del modelo en su aplicación real -que no está a la altura de su promesa: Que precisamente porque la competencia es algo positivo es que el modelo chileno real es criticable porque no es competitivo (lo mismo con la idea del mérito).

Una segunda confusión es en torno a la naturaleza de la ‘aceptación’. En otras palabras, es relevante no confundir naturalización del modelo (i.e ‘así es el mundo’) con una aceptación de la situación (i.e ‘que bueno es que así sea el mundo’). Es claro que procesos de naturalización del modelo han ocurrido en la sociedad chilena, como ha sido un argumento ya tradicional del PNUD en varios Informes de Desarrollo Humano, y que en diversos espacios se difundió la idea que no había otra forma posible de hacer las cosas, o que era la única forma que funcionaba (toda alternativa termina necesariamente en un desastre aún mayor). De ahí a concluir que eso es además positivo hay un paso, y esto fue algo que al parecer una parte no menor de la población se resistió a dar.

Una tercera confusión dice relación con la confusión entre resignación con aceptación. Dado que no hay alternativa a la realidad actual, entonces no queda más que realizar conductas adaptativas. ‘Es lo que hay’ para usar una expresión común en nuestra sociedad. Pero de lo anterior no se sigue que esos comportamientos ni esas elecciones sean ‘buenas’ elecciones desde el punto de vista de quienes lo realizan. Pero dado que entre medio hay que vivir, se toman las decisiones más prácticas al interior de ese estado de cosas, pero ellas son vividas no como buenas decisiones sino de forma crítica. Así sucede en muchos casos con decisiones sobre educación de los hijos (quienes quieren educación pública, gratuita y de calidad pero que envían a sus hijos a colegios privados de alto costo; quienes critican el consumismo pero se integran en esas acciones). Ello puede ser leído como simple hipocresía, pero detrás de ello hay una adaptación a una realidad que se evalúa negativa pero que se juzga difícil de cambiar–y ello tiene una significación bien distinta..

Si la lectura de esta entrada es correcta, entonces podemos concluir que frente al modelo los Chilenos nunca fueron unos panglossianos, que creían que vivían en el mejor de los mundos posibles. Lo que sí se puede plantear es que, al igual que el protagonista de Cándido de Voltaire, frente a los problemas del mundo, concluyeron que lo mejor era retirarse a cultivar su jardín. Pero ese retiro, que no cambiaba  activamente el mundo, nunca fue una aceptación de éste.

Trayectorias de Trabajadores por Cuenta Propia, Chile 1999-2008

Analizar datos es, que se le va a hacer, una de las cosas más agradables del mundo en mi humilde parecer. Y habiendo, entonces, empezado a realizar tan placentera tarea con los datos de mi tesis, no estará de más -aunque sea de forma muy preliminar- mostrar algunos de los primeros resultados.

Datos y Metodología.

El lector bien puede saltarse esta sección si quiere ir directo a los resultados. Pero hay que describir de donde salen estas cosas: La fuente de los datos es la Encuesta de Protección Social, que permite trabajar con historias laborales (en principio desde 1980). Ahora bien como las historias laborales en la EPS son recogidas por memoria, y bien sabemos que de la memoria de los entrevistados no cabe exigir demasiado, hemos pensado que 1999 (a 3 años de la primera ola, realizada el 2002) puede ser un buen punto de inicio. Se finaliza el 2008 de forma de tener una década completa -que permite que ‘sucedan’ diversas cosas en la historia laboral-, y porque es el último año del cual se tiene información completa en la EPS (la EPS 2009, la última publicada, no tiene datos de todos los casos para todos los meses 2009).

Se usaron solo casos con información completa (i.e sin brechas y que respondieran todas las olas), y se usaron -dado que nos interesan trabajadores por cuenta propia- casos de personas que tuvieran al menos una de sus situaciones laborales como trabajador de este tipo. Esto arroja un total de 3.282 casos para análisis.

El análisis realizado fue análisis de secuencias (se usó en particular el paquete TraMineR para R –aquí el manual en línea-). Las secuencias fueron generadas mediante combinación de condición laboral (trabaja, desocupado e inactivo) y de categoría laboral (empleador, cuenta propia, asalariado, otros -por ejemplo, Familiar No Remunerado). Ellas fueron simplificadas para el análisis a 4:

  1. Empleador
  2. Cuenta Propia
  3. Dependiente (incluye asalariado y otros)
  4. Sin Trabajo (desocupado e inactivo).

Otros tenía menos de 1 mes promedio por persona por lo cual en general resultaba mejor -para simplificar el análisis- reunirlo con asalariados (todos los otros eran, de una forma u otra, dependientes). Y aunque la diferencia entre desocupado e inactivos es muy importantes, para nuestros propósitos lo más crucial es sencillamente que ninguno de ellos trabaja).

Para generar segmentos -que es uno de los usos comunes de este tipo de análisis- se usó como medida de distancia Optimal Matching (hay otras alternativas, pero OM tiene más tiempo y algo mejor lo conozco, aún cuando se ha discutido bastante sus limitaciones en la literatura), y los grupos fueron generados mediante un cluster jerárquico (usando Ward como mecanismos de aglutinación).

Y ahora a los datos.

 

Resultados Generales.

Antes de describir los segmentos, resulta de interés -en todo caso- determinar algunas características generales de las historias: ¿Cuanto tiempo pasan nuestras personas en cada estado? ¿Por cuantas situaciones laborales pasan las personas? ¿Que tipo de secuencias de estados son las más comunes?

Los resultados de todas estas preguntas llevan a una conclusión clara: los trabajadores por cuenta propia no son, finalmente, un conjunto de personas aparte y claramente separado del resto.

En primer lugar, porque entre quienes han tenido esa experiencia, el porcentaje de tiempo (en una década completa) que están como trabajadores por cuenta propia es menos del 50%. Específicamente, un 46,2%.

Tabla 1. Tiempos Medios por Estado.

Variable Empresario Cuenta Propia Dependiente Sin Trabajo
N° Meses (en 10 años) 5,5 55,4 29,8 29,3
Porcentaje 4,6% 46,2% 24,8% 24,4%

En segundo lugar, y claramente asociado a lo anterior, porque sólo tener como experiencia ser cuenta propia es algo relativamente escaso entre estos trabajadores: Sólo un 11% de las trayectorias son de trayectorias de personas que sólo han sido trabajadores por cuenta propia. El gráfico muestra además que en nuestros datos existe una gran variedad de secuencias (las 10 primeras suman sólo un 44.2% de ellas)

Gráfico 1. 10 Tipos de Secuencias más Frecuentes (en Porcentaje)

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Esta diversidad de secuencias (y estamos observando sólo en términos de pasos en ellas, no tomando en cuenta la duración) hace entonces preguntarse también, ¿cuantas situaciones pasa alguien que ha sido trabajador por cuenta propia en una década? Los números al respecto son bastante claros, en promedio son 3,98 situaciones (o sea, la duración por situación es de alrededor 2,5 años en promedio). La mediana es 3, y el cuartil 1 ocurre en 2 situaciones y el cuartil 3 tiene 5 situaciones (o sea, el 50% de los casos tiene entre 2 y 5 situaciones distintas en 10 años). El máximo en la muestra es de 28 situaciones distintas (que es casi 3 por año). Si tomamos en cuenta que la medida de cambio de situación es sólo el cambio de categoría laboral y no incluye, por ejemplo, cambiar de trabajo siendo en ambos asalariado, podemos observar la inestabilidad de estas trayectorias.

La diversidad de trayectorias envía de inmediato a la siguiente pregunta: ¿Qué tipos de trayectorias existen?

3 tipos de trayectorias entre trabajadores por cuenta propia.

Una clasificación jerárquica tiene la ventaja que permite, al observar el dendrograma completo, determinar visualmente el mejor número de grupos, y además permite establecer cómo ellos se relacionan entre sí. El dendrograma generado para este análisis muestra que 3 es el número más adecuado para clasificar (como lo muestra con claridad el gráfico 2). De hecho, realice algunos análisis con otro número de grupos (6 que correspondía el punto en que cada uno de los principales se dividía), pero no arrojaba mayores diferencias. También nos muestra el dendrograma que dentro de estos 3 grupos centrales hay dos que están más cercanos entre sí (el grupo de la derecha es el primero que se diferencia). En los gráficos y tablas que se presentan a continuación entonces los Grupos 1 y 3 son más cercanos entre sí que lo que lo son en relación al Grupo 2.

Gráfico 2. Dendrograma de Historias Laborales de Categoría.

 

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Una primera forma de determinar en qué consisten estos segmentos consiste en observar la evolución de los estados a lo largo del tiempo, que es lo que muestra el siguiente gráfico (la escala es mes, por lo que y229 se refiere al mes 229 desde el inicio del período de la EPS, que es Enero de 1980, para publicación serán corregidos estos problemas)

 Gráfico 3. Evolución de Estados Laborales entre Segmentos

 

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Los resultados nos muestran que:

  • El G1 (40,2% de la población) es claramente un grupo de alta predominancia de trabajadores por cuenta propia (aun cuando esta es algo más baja posteriormente)
  • El G2 (36,1%) es un grupo de trabajadores asalariados que convive con períodos de independencia (y de estar sin trabajo)
  • Y finalmente el G3 (23,7) es un segmento de personas que no tienen trabajo pero que cuando lo hacen son trabajadores por cuenta propia.

Uno de los segmentos que aparecía en el análisis con 6 grupos era uno que combinaba ser empleador y luego pasaba a ser trabajador por cuenta propia (y era el único que tenía una personalidad propia al desglosarse en mayor detalle los grupos), este grupo queda subsumido en el G1 en la actual clasificación.

Estos resultados se muestran también con claridad cuando se examina el tiempo promedio de cada grupo en cada uno de los estados como se hace en la siguiente tabla:

Tabla 2. Tiempos Medios por Estado en cada Segmento (Porcentaje)

Estado G1 G2 G3
Empresario 7,7% 3,1% 1,7%
Cuenta Propia 76,5% 24,6% 27,7%
Dependiente 6,4% 57,1% 6,8%
Sin trabajo 9,3% 15,2% 63,8%

Efectivamente el G1 es un grupo centralmente de trabajadores por cuenta propia. Ahora bien, ni siquiera en ellos la mayoría sólo ha sido trabajador por cuenta propia: un 27% del segmento tiene ese tipo de trayectoria. Es además el grupo que tiene mayor presencia de situaciones empresariales (de hecho es tan común como ser dependiente para ellos).

El G2 es un grupo de asalariados que además tiene experiencias de cuenta propia: 57% del tiempo como asalariado y 25% como cuenta propia. Es interesante que este grupo tiene mayor permanencia sin trabajo que el G1 (15,2% contra 9.3%). Es además un grupo muy diverso en sus tipos de trayectorias: las 10 más comunes suman un 35,8% del total del grupo.

El G3 se define por el hecho de ser inactivo (64%), y que cuando trabaja tiende a ser cuenta propia (28%), más que dependiente. De hecho, las 4 secuencias más comunes del grupo son solo movimientos entre ser cuenta propia y estar sin trabajo.

Las referencias a la diversidad de trayectorias también nos hace preguntarnos sobre el número de situaciones laborales. Es relevante mencionar que sólo en el G1 es posible tener un solo estado (i.e el estado de ser sólo cuenta propia quedo en ese grupo, y dado que el universo tiene esa condición no es posible un sólo estado en los otros grupos). Los gráficos de Boxplot que se muestran  a continuación son una indicación, en todo caso, de la diferencia que existe entre los grupos a este respecto:

Gráfico 4. Boxplot de Número de Situaciones Laborales por Segmento

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Los resultados nos muestran que claramente el grupo 2 es el de mayor dispersión (el único donde el rango intercuartil supera las 5 situaciones, y donde más se extiende la dispersión hacia arriba -aún cuando es el G3 el que tiene la mayor dispersión absoluta, producto de algunos outliers. Por otra parte, el G1 tiene una dispersión bastante más baja -el Cuartil 3 se ubica al nivel o debajo del nivel de Cuartil 1 de los otros segmentos. En otras palabras, a pesar que ser cuenta propia es un estado relativamente inestable, y que se tiende a combinar con otras alternativas, quienes se concentran en ser trabajadores por cuenta propia tienen mayor estabilidad (y por lo tanto menos cambios de estado).

Entre la inestabilidad y la estabilidad, la diversidad y las combinaciones de estado hay mucho que decir. Y eso que no hemos tomado en cuenta hasta ahora nada de su ubicación social (no hemos dicho quienes son), ni tampoco de sus otras características laborales (por ejemplo, que tipo de oficios o en que sectores de la economía trabajan). Pero todas esas cosas son para otras entradas sobre el tema.

A 30 años de la publicación de La Conflictiva y Nunca Acabada Construcción del Orden Deseado

Lechner_84En 1984 se publicaba a través de FLACSO La Conflictiva y nunca acabada Construcción del Orden Deseado de Norbert Lechner que, a estas alturas, cabría calificar como una de las pocas obras ‘clásicas’ de la sociología en Chile.

Cumpliéndose entonces este año 30 años de su publicación no estará de más escribir algunas reflexiones a propósito del texto. El texto de Lechner es uno de los hitos en una reflexión permanente del autor sobre el carácter de la política, y ello queda reflejado ya en el título de ella. Lo cual nos permite organizar las reflexiones. Porque las dificultades las política pueden pueden analizarse como formas bajo las cuales los actores evitan enfrentar con lo que ese título plantea: Que la política es necesariamente conflictiva, inacabada y que nos obliga a plantearnos el orden que queremos -la utopía.

 

Las tentaciones sobre la conflictiva construcción

El olvido del carácter conflictivo es el olvido que ‘la política se basa en el hecho de la pluralidad de los hombres’ (Arendt 2008: 131). La sociedad, y la política, dice relación con que existen diversas voluntades en su interior, y la construcción política ha de vérselas con el hecho que se hace con otros. Esa relación con los otros, con sus ajenas y diferentes voluntades, es lo que hace necesaria la política. Un desacuerdo, que como bien recordaba Isaiah Berlin, es sobre las finalidades y los valores, no un desacuerdo superficial: “Cuando se está de acuerdo en los fines, los únicos problemas que quedan son los de los medios, y éstos no son políticos, sino técnicos; es decir, capaces de ser resueltos por los expertos o por las máquinas” (Berlin, 1988: 187). Si la política es construcción común de la voluntad colectiva, entonces esa construcción es conflictiva debido a esa diversidad. Frente a ello hay dos tentaciones paralelas.

Una la representa la tentación de no escuchar, en otras palabras “yo soy el todo”. Al tener suficiente fuerza para implementar mi posición ya no escucho ni me esfuerzo por integrar la posición del otro. Un resultado final de esta tentación es, finalmente, la tiranía, de la cual ya decía Platón que era el modo más fácil y más rápido para hacer cambios (citado en Arendt, 2000: 501).

La otra tentación es la del bloqueo, la de insistir en que “sin mí no hay todo”. Los acuerdos o integran a todos o son acuerdos impuestos que son poco válidos. En este punto, el resultado final de dicha tentación es la ingobernabilidad: Todos los actores se transforman en actores de veto y nada se puede hacer.

La construcción del espacio político se logra evitando ambas tentaciones: Cuando se produce una deliberación real, en que hay disposición a la escucha y al diálogo por parte de los actores, pero en la cual la decisión colectiva no se vuelve imposible. Como planteaba Lechner: “Lo que quiero sugerir es que la política trabaja sobre la diversidad social (y no la unidad), mediando la producción y reproducción de la diversidad en el Estado como forma de síntesis. Al enfocar la diversidad evitamos la falsa antinomia de conflicto o consenso” (Lechner, 2007: 227).

 

Las tentaciones sobre la nunca acabada construcción.

Cuando lo que se olvida es el carácter inacabado de la construcción política, lo que se olvida es la relación con el tiempo y la duración de la actividad política. En última instancia, si la política es creación de algo, ello requiere que lo creado se institucionalice. Al mismo tiempo, no puede pensarse que el momento de creación ocurre sólo una vez: no hay forma en que un determinado arreglo institucional de cuenta de todas las situaciones y desafíos. Construimos para el presente, no para un futuro interminable. También aquí nos encontramos con dos tentaciones paralelas

Por un lado la tentación de la creación permanente y continua, sin que nada se institucionalice. La decisión de hoy será discutida también mañana. El problema aquí es, precisamente, la irresolución de todas las situaciones, y el hecho que la decisión no se convierte nunca efectivamente en decisión vinculante.

Por otro lado está la tentación del cierre de la discusión: Esto ya fue decidido y por ello no volverá a decidirse nunca más, ya no tiene sentido conversar sobre este tema. Cualquier discusión de nuevo sería amenazar la estabilidad de las reglas del juego.

Nuevamente para construir el espacio político se requiere rechazar ambas alternativas: Saber que lo que se requiere es construir instituciones duraderas, pero al mismo tiempo saber que todo arreglo es provisorio y que puede ser cambiado.

 

Las tentaciones sobre el orden deseado

En tercer lugar, está el olvido del carácter “deseado” de la construcción política: Que lo que se intenta, pero no se termina nunca de lograr (como consecuencia de su carácter conflictivo y nunca acabado), es un orden deseado. La política es el espacio para que el mundo existente se acerque y se mueva en la dirección de lo que se valora. Pero no sólo de lo que se valora, en última instancia se trata de la utopía como concepto límite (como lo planteaba  años ha Franz Hinkelammert): como ideal regulador, como lugar de la tensión entre lo real y lo ideal. Del mismo modo que en los casos anteriores también nos encontramos con dos tentaciones a este respecto.

La primera concierne con el olvido de la tensión mediante la pretensión que la utopía es posible aquí y ahora, y que es posible realizarla sin preocuparse de eventuales  problemas u obstáculos. Lo único que vale es el ideal, y todo lo que se oponga a ello no tiene relevancia, y no hay nada en la realidad que se pueda oponer a su realización, y si lo hubiera, peor para la realidad. (Fiat iustitia et pereat mundus).

La tentación contraria es la del olvido de la tensión mediante la negación de la preocupación por lo ideal: El mundo es lo que es, y es lo único que importa. La pregunta por una realidad diferente, por los sueños, es rechazada en sí como un sin sentido. La visión ‘realista’ que frente a cualquier discusión la cierra porque lo que existe es lo único que es posible y porque no se puede esperar nada diferente (‘así son todos’, ‘así ha sido siempre’), y que presenta como pura ingenuidad pensar en términos de idealidades. La tentación del cinismo si se quiere.

Frente a la pura convicción que no se preocupa de las consecuencias y frente a la presunta responsabilidad que olvida toda dimensión ética, es necesario al mismo tiempo recuperar en la construcción política la dimensión ética -que es en torno a un estado deseado, a una utopía que se intenta esa construcción- y la dimensión de realidad -que las acciones tienen consecuencias y la utopía no es directamente alcanzable.

 

Entre la omnipotencia y la impotencia

Las tentaciones que hemos visto conforman, si se quiere, dos series: Hay por un lado tentaciones del exceso. En todas ellas lo subyacente es la idea que todo se puede, que no hay límites a la voluntad del actor: “Mi propia fuerza es suficiente para realizar mis deseos y no requiero escuchar a nadie; cambio y ejecuto mis decisiones de forma permanente; y puedo lograr mis sueños de inmediato y sin problemas. Es la ilusión de la omnipotencia.

Por otro lado, hay también y al mismo tiempo, tentaciones de la falta. En ellas aparece la idea que es un actor que -para bien  y para mal- nada puede hacer porque los límites hacen que lo único que tenga sentido siempre sea quedarse donde se está: A lo más puedo bloquear exigiendo mi incorporación; cualquier decisión tomada fue para siempre y no hay más que hacer; y la realidad es y será siempre la misma. Es la trampa (y la justificación) de la impotencia.

Ninguna de esas visiones es adecuada para construir la política. Entre la idea que no hay límites y la idea que todo es límites es necesario pensar, una y otra vez, el espacio de lo posible: Uno en que la voluntad descubre que no puede hacer cualquier cosa, pero al mismo tiempo descubre que está en ella la decisión de cómo enfrentarse frente a sus límites; y que descubre que con todas las dificultades del caso que sí hay cosas que se pueden hacer, y desfallecer ante el esfuerzo es simplemente una forma de auto-derrota.

 

La construcción del espacio político es una tarea compleja. Requiere, como hemos visto, de disposiciones por parte del sujeto que no son fáciles, porque requieren continuamente reconocer tensiones y contradicciones . Pero siendo difícil no es una tarea imposible.

Aquí quizás sea útil recordar uno de los más altos encomios que conozco dados a una comunidad política moderna, una que precisamente tuvo que enfrentarse a los problemas de crear nuevas formas y espacios políticos. Es Alexis de Tocqueville hablando sobre la creación de la Constitución de Estados Unidos, en el Capítulo 8 de la Democracia en América:

Pero lo que es nuevo en la historia de las sociedades es ver a un gran pueblo, advertido por sus legisladores de que el mecanismo del gobierno se detiene, volver sin precipitación y sin temor sus miradas hacia sí mismo, sondear la profundidad del mal, contenerse durante dos años enteros a fin de descubrir su remedio y, cuando ese remedio está indicado, someterse a él voluntariamente sin que le cueste una lágrima ni una gota de sangre a la humanidad

Siendo su construcción compleja, es menester reconocer que para hacerlo se requieren las mismas actitudes y las mismas capacidades que se para ocuparlo. En otras palabras, la única forma de poder cumplir con sus exigencias es a través del proceso de intentar cumplirlas. Porque no se puede resolver pensando en que serán otros quienes lo resuelvan, requiere de la propia acción.

Para resumir esas actitudes y visiones nada mejor que citar el texto que el propio Lechner menciona en la conversación preliminar con Moulián y que aparece en la contratapa de la 1a edición de FLACSO. Están en la Jornada de un Interventor Electoral de Italo Calvino:

En la política, como en todas las cosas de la vida, para quien no es un necio, cuentan los dos principios aquellos: no hacerse nunca demasiadas ilusiones y no dejar de creer que cualquier cosa que hagas puede ser útil

 

Referencias Bibliográficas

Arendt, Hannah (2000) The Portable Hannah Arendt. Londres: Penguin
Arendt, Hannah (2008) La Promesa de la Política. Barcelona: Paidós.
Berlin, Isaiah (1988) Cuatro ensayos sobre la Libertad. Madrid: Alianza.
Lechner, Norbert (2007) Obras Escogidas, Vol 2. Santiago: LOM

La diferencia esencial entre las Ciencias.

El título de esta entrada -como suele pasar con los que definen una diferencia como la esencial- no deja de ser erróneo. Pero como lo que lo transforma en erróneo es, precisamente, parte del tema de la entrada, lo dejaremos.

La diferencia a desarrollar es la siguiente: En física existen conceptos, state space o phase space (estado fásico en castellano al parecer), que se refieren al conjunto de todos las posibles situaciones que puede adquirir un sistema (velocidad y posición en state space o momento y posición en phase state, de acuerdo al libro de divulgación que estoy usando sobre estas cosas -the Theoretical Minimum de Susskind y Hrabovsky, 2013). La posibilidad de establecer y determinar el conjunto de todas las posibles situaciones no es algo que ocurra en todas las ciencias: en aquellas disciplinas que descubren conjuntos que crean nuevos estados ello no es posible. Podemos determinar todos los estados conocidos hasta el momento y descubriremos, ya sea porque conocemos nuevos objetos o porque ellos son creados en el proceso, que ese conjunto estaba incompleto. Que este conjunto es, en un sentido fundamental, indefinido.

Luego, podemos diferenciar aquellas disciplinas donde es posible -en principio- establecer todas las posibles situaciones y donde ellas no es posible (o donde hacer eso es, irremediablemente, desconocer aspectos claves del funcionamiento de esos conjuntos). Las ciencias de la completitud y las ciencias de la incompletitud.

Ahora bien, esta no es una diferencia entre ciencias naturales y sociales -como cabría quizás suponer por parte de un sociólogo.Las ciencias biológicas están claramente en el lado de la distinción de la imposibilidad para definir el conjunto completo de estados posibles: la evolución es, finalmente, un proceso que crea nuevas posibilidades y nuevas situaciones. Si usamos, como ha sido hecho muchas veces y que ha mejorado bastante nuestro conocimiento del mundo, modelos de teoría de juegos -que suelen asumir que el espacio de las posibilidades, el juego, está ya determinado- estamos olvidando eso: Que algo que sucede en la evolución es la capacidad de crear nuevas estrategias y nuevos juegos.

Sin embargo, al interior de las ciencias de la incompletitud sí podemos distinguir entre las ciencias biológicas y las sociales en torno al tipo de proceso que causa esa incompletitud: el proceso que crea nuevas posibilidades. En el caso de la biología, el proceso evolutivo al ser darwiniano es, al mismo tiempo, no direccional, sin teleología alguna y sin intencionalidad. Pero en el caso de las ciencias sociales, teniendo también esos tipos de procesos, también ocurre que la creación de nuevas posibilidades puede ser a su vez deliberada y buscando alguna finalidad (más allá de que efectivamente lo logren, la sociología en cierta medida es la ciencia de las consecuencias no buscadas).

En otras palabras, tanto los procesos biológicos como los sociales son capaces de ‘cambiar las reglas del juego’, pero en los procesos sociales se suma la intencionalidad a ello y con ello la reflexividad se vuelve más radical. En todo momento en un proceso social está disponible esa posibilidad, siempre podemos decir: ‘entenderé X como Y’ y con ello crear una nueva palabra, o ‘¿y si mejor hago(hacemos) esto?’ y con ello crear una nueva regla o un nuevo juego. Al mismo tiempo, eso radicaliza el carácter indefinido e incompleto del conjunto de posibilidades: Cuando todo está en (posible) juego, y todo actor tiene la capacidad de no sólo jugarlo sino de transformarlo el carácter esencialmente incorrecto de toda tentativa de pensar en una aproximación pensando en definir todas las posibilidades aparece con claridad. Quien creyera que pudiera hacerlo al mismo tiempo se compromete a defender la idea que a nadie nunca se le podría ocurrir alguna posibilidad distinta.

La discusión nos permite entonces defender porque el título es inexacto: Porque esta diferencia es una de las diferencias, y la postura que plantea que es la más importante de todas es sólo una postura. Ciertamente no podríamos desechar la posibilidad que hay otra distinción, otra mirada, bajo la cual apareciera otra distinción, y que ella fuera más interesante o esencial que la postulada acá (y seguramente cualquier lector, e incluso el autor, puede ya pensar en ellas). Pero si ello es cierto, entonces -al menos- la idea de esta entrada pasa a ser  más plausible: Que ciertos procesos, entre ellos los, sociales (y discutir sobre el carácter de las ciencias es uno de ellos) se definen por su carácter de necesaria incompletitud en su descripción.

 

La emergencia de la Diversidad

Una de las características más claras del mundo es la diversidad de formas que existen (especies en biología, pero también podemos pensar en lenguajes). La pregunta es, ¿cómo se genera y se mantiene esa diversidad?

Un estudio reciente sobre evolución de levaduras, publicado en Science en Junio del 2014, (aquí un artículo de prensa y aquí el link al paper) ilumina un poco estas preguntas. El objetivo del estudio es algo distinto, pero después argumentaremos porqué nos dice acerca de diversidad: Es preguntarse por el rol de la contingencia en la evolución. Si la evolución es muy contingente, entonces cada vez que ‘se repitiera’ (si usáramos esa imagen) entonces daría un resultado distinto: aquí tal especie habría tenido como resultado X, pero aquí habría tenido como resultado Y. Lo que muestra el estudio es que, si se mantienen las condiciones constantes, entonces eso no sucede: Uno puede ‘repetir’ el juego y, a través de muy distintos caminos, al final se llegaría al mismo resultado (un óptimo de adaptación).

El experimento es relativamente sencillo: Se crean centenares de situaciones idénticas y se deja a una colonia de levadura evolucionar. Cada 12 horas se seleccionan la línea que está mejor adaptada (i.e la que crece más rápido), se descarta el resto. Tras 500 generaciones lo que se encuentra es que, aunque inicialmente las líneas tuvieron una alta divergencia, al final todas convergen a una solución óptima. Luego, la evolución -es la conclusión general- lleva a una sola forma que es la mejor adaptada.

Si alguien pensara que esto no dice relación con la diversidad sino con trayectorias evolutivas (el hecho que no sean tan al azar no debiera afectar el tema de la diversidad), debiera recordar que evolutivamente la diversidad emerge de esos procesos de divergencia. No es que el experimento nos diga: tomamos un conjunto de leones y al final la evolución de esa línea siempre será la misma, lo mismo si tomamos un conjunto de gatos domésticos. Porque, recordemos, tanto los leones y los gatos tienen el mismo origen y ambos pueden verse como divergencias a partir de una misma situación -que es precisamente lo que hace el experimento.

Entonces, ¿cómo se mantiene la diversidad a pesar que, como el experimento constata, hay presiones evolutivas hacia una solución óptima? La respuesta, en principio, es relativamente sencilla: Que la mantención de las situaciones, y las situaciones idénticas, es algo que no se da en la realidad. Ellas cambian y son diferentes, y al cambiar posibilitan entonces que esas divergencias iniciales se mantengan, se estabilicen y permitan construir diversas formas (especies).

Más aún, y esto creo es lo crucial (y algo que finalmente es sabido pero no sé si siempre se recuerda), es el hecho que ese ambiente, esas situaciones, están formadas por las otras especies. Luego, la propia diversidad genera las condiciones para que ella se mantenga (i.e dado que genera y amplia la cantidad de situaciones y de posibilidades de adaptación).

Pensando ahora en el mundo social, es importante enfatizar el resultado que aunque existan presiones hacia la convergencia por optimización la diversidad se mantiene empíricamente en el mundo (y más aún cuando la diversidad no funciona por optimización, como en el caso de los lenguajes, todos los cuales cumplen perfectamente la función de comunicar -y donde la presión a convergencia no es por adaptación a un óptimo sino sólo por presiones a relacionarse con otro). Esto puede parecer no muy relevante para nuestras disciplinas, pero sí pensamos que un modo de pensamiento usual en la economía es la de encontrar un óptimo, y luego suponer que entonces todas las situaciones se estabilizarán en ese óptimo, convergerán a él, vemos su relevancia.

Porque nos muestra que sí incluso ello sucede, la diversidad (i.e no converger en ese óptimo) no desaparece. Basta con que antes que esa tendencia a converger resulte, aparezcan cambios en las situaciones (que puedan cambiar esos óptimos en diferentes lugares). Y dado que es la propia diversidad la que genera esas situaciones, podemos pensar que la diversidad y la divergencia son relativamente auto-sustentables.

Los Defensores de la Ética Protestante

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Una investigación sobre el debate de la Ética.

El año 2013 el Fondo de Cultura Económica publicó un texto al cual no queda más que otorgarle la cualidad de monumental: Max Weber y la guerra académica de los cien años de Francisco Gil Villegas. 1,424 páginas en las cuales se comenta e identifican una multitud de textos en torno a la polémica que generaron el texto sobre la ética protestante (EP). El hecho que una tesis de carácter empírico, aunque ya veremos que eso es parte de la discusión, sea capaz de generar una discusión de un siglo no deja de ser muy llamativo. Son los textos teóricos, en general, los que tienden a esa longevidad crítica más que las investigaciones. El hecho que la EP lo haya logrado es ya una gran fortaleza.

Al mismo tiempo el carácter inabarcable del debate no deja de sorprender. Gil Villegas insiste, en sus conclusiones, en que esta investigación muestra que no es cierto que no se pueda cubrir toda la discusión. Pero, y con toda la gigantesca revisión que el texto implica, el hecho es que no queda cubierto todo el espacio. Quedan fuera, entre los que yo conozco, textos como la crítica de James Coleman a la EP en términos de lógica de explicación, y los usos de la tesis como modelo -del cual se recogen algunos en el libro de Gil Villegas- como el de Hirschman sobre Las Pasiones y los Intereses o el de Campbell sobre The Romantic Ethic and the Spirit of Modern Consumerism. Pero además Gil Villegas menciona que, por ejemplo, existe un largo campo de estudios usando a Weber en Japón, pero de ello no aparece mucho en el estudio. Dentro del español, es México, España y algo menos Argentina donde aparecen textos reseñados, lo que muestra su mayor relevancia, pero uno asume que la discusión ha operado en otros lugares. Si bien es posible aceptar que todos los tipos de argumento en contra y a favor están en la investigación, el caso es que la exhaustividad resulta imposible.

La investigación realizada por Gil Villegas nos permite a su vez observar algunas características de la polémica. El elemento central que nos interesa aquí desarrollar son las reacciones de los defensores de la tesis frente a las críticas a esta.

La primera defensa: De la tesis fuerte a la tesis debilitada

Una de las tendencias permanentes en la discusión es la facilidad con la que tanto críticos como defensores leen la tesis como una directa en la cual la reforma protestante causa el capitalismo moderno. Gil Villegas usualmente le achaca esta interpretación simple a los críticos, pero su propio texto tiene múltiples defensores que hacen la misma lectura. Esto no deja de ser notable porque, de hecho, las frases finales de la EP son un llamado a evitar toda lectura unilateral sobre el desarrollo de los fenómenos del mundo social. En todo caso, es un hecho que existe una lectura fuerte, dura de la tesis que es muy común.

Ahora bien, presentados frente a lecturas críticas que siguen esa línea, una de las variantes más importantes es la de presentar diversas matizaciones, que lo que hacen es debilitar esa tesis:

  • Primero, que no es una tesis sobre la relación entre la ética protestante y el capitalismo, sino sobre la ética protestante y el espíritu del capitalismo moderno, que es algo más específico.
  • Segundo, que no es una tesis que plantee que existe solo una causa del capitalismo, sino que éste tiene múltiples causas, una de las cuales es el espíritu del capitalismo
  • Tercero, que no es una tesis que plantee una causalidad fuerte, sino que se basa en la noción de afinidades electivas -que es algo mucho más flexible
  • Cuarto, que no es una tesis universal del surgimiento del capitalismo, sino una históricamente situada, válida para la Europa de los siglos XVII-XVIII pero no en otros contextos.
  • Quinto, que metodológicamente se basa en los recursos de la sociología comprensiva y de los tipos ideales, que se resisten a una visión empirista.

En conjunto, todas estas afirmaciones transforman la tesis de una dura (la EP produce el capitalismo) en una bastante más limitada (es una tesis de cómo se relaciona la EP, en un contexto histórico específico, y a través de un tipo ideal, con un aspecto que fue una de múltiples causas del capitalismo moderno). Esta operación puede ser correcta como lectura de Weber y como interpretación de la realidad histórica, pero esta doble lectura nos explica en parte la popularidad de la tesis: Una tesis fuerte, de gran interés, provocativa pero que en la discusión se transforma en una tesis mucho más matizada y débil (otras discusiones, como sobre acción racional también muestran este movimiento entre grandes declaraciones simplistas -pero que son las que generan interés en la teoría- y defensas que limitan a la tesis).

En el límite estos movimientos lo que hacen es inmunizar a la tesis de toda evaluación empírica:

Al introducir el modelo heurístico del dogma calvinista, Weber no tiene que defender que todos los individuos creían, de hecho, en él, o actuaban de acuerdo a él. Por el contrario, Weber introduce inmediatamente un segundo tipo ideal para captar una reacción probable a los dilemas planteados por la predestinación, una reacción que es “comprensible” en los términos psicológicos del sentido común. Nótese que este segundo tipo ideal puede ser “adecuado en el nivel de significado”, incluso al margen de cualquier evidencia empírica sobre las acciones y creencias de los agentes históricos reales (Fritz Ringer, Max Weber’s Methodology p 166-167, citado en Gil Villegas p 1029-1030).

La metodología de Weber evita que sea necesario revisar la empiria. No importa lo que pasara o lo que pensaran los calvinistas y puritanos del siglo XVII, en tanto parezca razonable todo esta bien. No hay necesidad de preguntarse si Weber interpretó bien los sermones puritanos (Baxter que es el que más cita) o a Franklin en relación al espíritu capitalista. Una cosa es que Weber mismo no haya sentido esa necesidad (y por ello procede a seguir investigando analizando la ética económica de otras religiones más que profundizar en lo que dijo de los puritanos), y otra cosa que los sucesores en el debate lo hagan. Aunque este límite es alcanzado por pocos, la tendencia a eliminar evidencias del debate (‘estos datos no corresponden ni sirven para evaluar la tesis’) es muy clara, y no siempre quienes plantean ello proceden a postular a su vez que datos serían de interés.

No todos los defensores caen en esta tendencia, y hay varios casos (Gordon Marshall buscando evidencia en Escocia de las actitudes económicas de los empresarios calvinistas, la discusión en los ’50 y ’60 de historiadores ingleses -Tawney, Hill etc.-) que muestran como es posible usar estas puntualizaciones y al mismo tiempo defender empíricamente la tesis buscando nuevos datos.

Una segunda defensa: De la empiria a la exégesis.

Otra forma que ha tomado la defensa de la tesis de Weber,  y esto en particular es muy fuerte en el debate alemán a partir de los ’70 en los textos que reseña Gil Villegas, es la tendencia a declarar que la tesis de la EP no se entiende sino en el contexto general de la obra de Weber. La siguiente cita es ilustrativa de este parecer:

En otras palabras, una obra particular, como por ejemplo, la “Ética protestante”, no puede ser entendida adecuada e integralmente si:

  1. Las obras de Weber sobre las condiciones y efectos jurídicos, históricos, sociales, económicos y políticos del capitalismo moderno, escritas antes y después de 1904, no son incluidas;

  2. Los conceptos metodológicos de Verstehen, Erklären y “aplicación de los tipos ideales” no son conocidos

  3. Las obras posteriores sobre “La ética económica de las religiones mundiales” tampoco son conocidas

  4. La (auto) comprensión que como científico tenía Weber de las tareas y posibilidades del trabajo científico, según se encuentran en sus postulados de la “neutralidad valorativa” y la “relación a valores”, no se toman en cuenta como base de la interpretación (Dirk Käsler, Einführung in das Studium Max Webers, 1995, p 227-228, citado en Gil Villegas, p 992).

Estas exigencias resultan muy razonables cuando se refieren a que entendamos bien que fue lo que quiso decir Weber, dado que sus conceptos no son siempre los actuales (en particular, en relación a su metodología); pero como recomendación general no deja de ser algo extraña. Porque, en principio, una tesis empírica específica debiera comprenderse en el propio texto que la presenta. Imaginemos que usamos esa exigencia para evaluar cualquier tesis empírica, y nos daríamos cuenta de su imposibilidad. Una cosa es comprender que es lo que dice Weber cuando dice tipo ideal, otra cosa que para poder evaluar una tesis sea necesario usar textos distintos de donde ella se plantea. Al fin y al cabo, todas las matizaciones que -por ejemplo, se plantean en la primera forma de defensa- aparecen en el mismo texto de la EP.

Pero más allá de lo anterior, en última instancia es una insistencia en leer con cuidado. Sin embargo, al igual que en la anterior, de esta forma también se deriva una forma extrema -que lo que hace es eliminar la importancia de cualquier evaluación empírica.

En este sentido, se confirmó de cierto modo [en el Seminario de Heidelberg del 2003] la orgullosa afirmación de Hennis, en 1987, con respecto a que ya nadie discute en Alemania la tesis weberiana sobre el protestantismo de manera aislada y fuera de contexto, o centrando la atención en la cuestión de la validez empírica de su nexo de causalidad’ (Gil Villegas, p 1157)

Por otro lado, el texto tampoco se reduce a una tesis histórica particular susceptible de confirmarse o refutarse mediante la verificación empírica tal y como se ha querido ver, especialmente en la sociología estadounidense, a lo largo de tantos años (Gil Villegas p 1201, reseñando Martin Riesebrodt, Dimensions of the Protestant Ethic, en Swatos y Kaelber Protestant Ethic turns 100, 2005)

‘Orgullosa’ para hablar de declaraciones que plantean el desinterés en el aspecto empírico, el desdén hacia los intentos de contrastación empírica: La defensa del contexto pasa a ser, finalmente, un movimiento desde la discusión de la realidad a la exégesis de la lectura: Lo que interesa más que comprender cuál es la relación entre la ética protestante y el mundo capitalista moderno, es comprender lo que dice Weber -y entonces debatir sobre cuáles son los principales intereses de la obra general de Weber. Esto en parte resulta necesario -simplemente para no adjudicar tesis a quienes no las han planteado- pero no deja de ser curioso, y en el límite improcedente: Una mala lectura puede ser más correcta empíricamente, y establecer que fue lo que dijo Weber no avanza nada en la comprensión de la propia realidad. Por cierto que, al igual que en la versión anterior, hay defensores que critican esa visión, por ejemplo David Chalcraft critica el 2001 a Hennis precisamente por olvidar el carácter empírico de la tesis, ver Gil Villegas, p 1113)

Los defectos de una defensa, y la importancia del debate.

En ambas formas de la defensa existe un movimiento relevante (aunque no necesario) es el de disminuir el carácter empírico de la tesis, y usar esas defensas como formas de inmunización. Pero, la tesis es -finalmente- una tesis empíricamente concreta e históricamente situada. Plantear frente a una tesis de ese tipo, una defensa que (y Gil Villegas, lamentablemente, también cae en ello en sus conclusiones) como si fueran las tablas de la ley y los críticos unos impertinentes que deben ser tratados con arrogancia, es un error.

De hecho, los críticos -y esto pasa incluso en las respuestas de Weber a los iniciales, que son por cierto claramente despreciativas- han sido lo que han obligado a mejorar y clarificar la tesis, y a lograr una mejor fundamentación de nuestra comprensión del nacimiento del mundo moderno. De hecho, los mejores defensores han sido, al fin, los que han asumido la empiria de la tesis como un tema a desarrollar y que se han tomado en serio los problemas y posibles críticas a ella. En ese sentido, si la tesis ha resultado ser relevante ha sido también por el conocimiento que se ha generado a partir de ella; y en ese proceso la crítica ha sido también parte fundamental.

La Dificultad de la Reproducción. Notas sobre la Noción de Habitus en Bourdieu

A pesar de todos los esfuerzos de Bourdieu por alejarse tanto del objetivismo como del subjetivismo resulta relativamente común escuchar críticas que lo ubican en una posición objetivista. Por ejemplo:

Thus Bourdieu efforts to ‘trascend’ the opposition between objectivism and subjectivism in the end seem to boil down to little more than lip service to the intention to transcend it combined with a decidedly objectivist slant in actual practice (Van der Berg 1996: 219)

En esto el concepto de habitus resulta central: Si el habitus es una disposición basada en las circunstancias estructurales ¿qué lugar habría para la acción en ello? Sería un resultado estructural, y las personas simplemente ejecutarían la estructura. Hay un espacio para la acción pero este es relativamente irrelevante. El habitus es una forma de reproducción:

Sino que en general la teoría de Bourdieu bien podría ser considerada una teoría de la morfoestasis, pues las diversas prácticas sociales, en la medida en que vienen gobernadas por el habitus, contribuyen a la reproducción de las condiciones sociales objetivas en que este ha sido producido. De alguna manera es como si el habitus tendiera a su propia reproducción a través de las prácticas de los agentes (Aguilar, 2009: 20)

Y en esa reproducción el espacio para la acción no parece ser muy relevante, es algo relativamente trivial (‘no es más que’ en la siguiente cita de Martuccelli)

El habitus es la incorporación de un espacio social estructurado, gracias al cual la historia y la acción de cada agente no es más que una especificación de la historia y las estructuras colectivas de clase (Martuccelli 2013: 112)

Incluso entre quienes enfatizan el carácter abierto del habitus (o sea, recuerdan la parte que es una estructura estructurante) no pueden dejar de mencionar sus limitaciones al respecto. Hay acción, porque el habitus no determina, pero ella no innova:

Sin abundar en sutilezas lógicas, es evidente que una cosa es la contingencia relativa de las prácticas, su no-determinación, y otra su creatividad o su carácter innovador. Nuestra propuesta al respecto es que el concepto de habitus, más que fundamentar la creatividad de las prácticas, la presupone y la contempla como posibilidad (Cristiano 2011: 50)

En general, entonces la sociología de Bourdieu lo que hace es minimizar la acción, dado que se centra más bien en reproducir la estructura (dentro de ciertos límites, no está completamente determinado).  Más allá de lo correcto de estas visiones (¿puede explicar Bourdieu el cambio o la creatividad?), lo que nos interesa más bien es enfatizar un elemento que muchas veces queda escondido en estas discusiones: El hecho que la reproducción implica un trabajo importante, que requiere de toda la capacidad de acción del agente. Puede ser cierto que la teoría del habitus no de cuente de las dimensiones por las cuales se la ha criticado, pero es necesario insistir en el papel de la acción en él, un papel no limitado a ocupar los ‘grados de libertad’ que otorga la estructura.

En relación a sus estudios etnológicos en Béarn (en Francia) Nieto Calleja nos recuerda que:

Bourdieu propone que el individuo es un agente social impulsado por un interés, personal o colectivo (su grupo, su familia) y por ello realiza sus prácticas en el marco elaborado por sus habitus. Es decir que, sobre la base de un conjunto reducido de algunos principios normativos, que corresponden a una posición social y una condición material, el agente desarrollará la estrategia que mejor se adapta a sus objetivos, Aplicada al campo de parentesco, esta perspectiva permite mostrar a las personas tomando decisiones cruciales para los matrimonios de sus descendientes; y al hacerlo los agentes determinan, preservan o mejoran la condición social de la familia (Nieto Calleja, 2012: 484)

Richard Swedberg nos recuerda, en relación al análisis de la compra de la casa en Las Estructuras Sociales de la Economía que:

As the sales agent knows, most buyers dream of a house that is very far from what they can afford. If they are to end up with a house at all, they typically have to choose something that is quite different from their original vision. The sales agents, in short, have to convince the buyers to settle for less. They have to engage in what Bourdieu describes as ‘a work of mourning’ (Swedberg 2011: 77)

En ambos casos las citas debieran dejarnos en claro que en esas situaciones que el actor efectivamente está actuando: No está limitado a repetir una estructura. Para el actor hay mucho en juego (los hijos pueden no casarse o casarse ‘mal’, la casa puede no venderse o puedo comprar/ vender una mala casa). Desde la perspectiva de la reproducción puede que ello no sea muy relevante (en cualquier caso la estructura se reproduce), pero esa reproducción requiere de un actor que está realizando un trabajo que es difícil y que requiere toda su atención.

Lo que nos muestra entonces Bourdieu, con todas las fallas que pueda tener su argumentación, es algo que no debiéramos olvidar: la reproducción de la vida social es una tarea que requiere de todo el esfuerzo de los actores. Y es por ello que el actor es actor en la reproducción. No es extraño encontrar a veces autores (por ejemplo, dentro de la sociología francesa, es como se puede interpretar a Dubet en la Sociología de la Experiencia) para quienes sólo hay acción cuando se sale de la tradición o de la reproducción, el actor es realmente actor cuando crea algo nuevo. Pero eso implica trivializar el logro práctica de realizar las acciones para la reproducción.

Al fin y al cabo, es desde el punto de vista de la ‘estructura’ que es trivial lo que sucede en esas situaciones, pero para los actores lo que está en juego es crucial (la diferencia entre que las ‘cosas salgan bien’ o mal es central para ellos). No deja de ser curioso, entonces, que sociologías que presumiblemente defienden al actor evalúen las situaciones desde el punto de vista estructural, y pierdan de vista lo que es importante para el actor.

 

Referencias.

Cristiano, Javier (2011) Habitus e Imaginación, Revista Mexicana de Sociología 73, 1: 47-72
Martuccelli, Danilo (2013) Sociologías de la Modernidad. Santiago: LOM. Original de 1999
Nieto Calleja, Raúl (2012) Pierre Bourdieu: Etnólogo, Sociólogo y Antropólogo pp 469-503 en Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales (De la Garza Toledo y Leyva eds) México: FCE
Swedberg, Richard (2011) The Economic Sociologies of Pierre Bourdieu, Cultural Sociology  5, 1: 67-82
Van der Berg, Axel (1996) Is sociological theory too grand for social mechanisms? pp 204-237 en Social Mechanisms (Hedström y Swedberg eds) Cambridge: Cambridge University Press