Aproximaciones sobre la contraposición Acción y Estructura en Teoría Social

Captura_BlogSiendo que la Revista Mexicana de Sociología ha tenido a bien publicar el artículo de mi autoría con el mismo título de esta entrada, no estará de más -entonces- mencionar ello en este blog, y proceder a dar el link correspondiente.

Para que el lector decida si le interesa procedemos a poner el resumen:

Es posible entender la evolución teórica de las últimas décadas como una exploración de diversas alternativas para resol-ver la antinomia entre acción y estructura. En la primera se ubica la estructura en el actor y el actor en la estructura. La segunda explora mantenerlos como elementos distintos pero relacionados. Otra forma de evitar la dualidad son los pensamientos más historicistas, particularmente importantes en América Latina. Una cuarta forma es explorar una perspectiva relacional que enfatiza la noción de red. A través de estas alternativas se puede observar un movimiento de construcción de conocimiento en la teoría social.

Y aquí el artículo: El link aquí a la Revista Mexicana de Sociología. Y aquí el link en este blog (como archivo personal)

El crecimiento y la Clase Media

Los datos de la entrada anterior sobre crecimiento en Chile (link aquí) pueden servir para complementar y reforzar una observación que había hecho anteriormente, muy anteriormente el año 2011 (link aquí), sobre la autoidentificación de Clase Media: Que el crecimiento del país había implicado un aumento del estándar de vida que se traducía en que alguien de deciles bajos de ingreso tuviera el mismo estándar que alguien de deciles bastante más altos de hace décadas pasadas. Y que la única forma de poder describirse a sí mismo es pensando que es clase media (porque vive como vivía antes la clase media, que es un parámetro de comparación).

Los datos de la entrada anterior refuerzan esa impresión. Los datos esenciales son los siguientes:

  • En 1980 el ingreso promedio (medido en dólares internacionales de 2005 en PPP) era de 5.639 y en 2012 era de 15.836
  • El ejercicio de distribución por deciles indicaba que en 2011 que el decil 8 tenía 15.734. O sea que el decil 8 tiene el ingreso promedio
  • Asumiendo que en 1980 tenía una distribución del ingreso no muy distinta que el 2012, uno podría pensar que lo anterior también ocurría en 1980. O sea que el decil 8 tenía el ingreso promedio de la época (5.639)
  • De acuerdo al mismo ejercicio, el decil 3 tiene un ingreso de 5.446 dólares el año 2011.

Estas estimaciones no son muy precisas, pero a grandes rasgos no debieran estar muy equivocadas. Y si están correctas, entonces en esos 30 años las personas que actualmente están en el decil 3 tienen el ingreso que en 1980 tenía el decil 8. Y es eso lo que impele al decil 3 -por muy vulnerable y frágil que sea- a pensarse como clase media. Más aún si consideramos el cambio tecnológico que ocurrió en el intertanto (y que hace posible más bienes disponibles a igual ingreso).

Por otro lado, es otra forma de plantear el cambio que implicó ese crecimiento decir que el C2 de hoy vive como vivía el D de cuanto tus padres tenían tu misma edad (asumiendo alrededor de 30 años como distancia entre padres e hijos).

Leyendo cosas de Interés: Neoliberalismo, corporativismo y experiencias posicionales. Los casos de Chile y Francia, Arteaga y Martucelli (2012)

La referencia completa:

Neoliberalismo, corporativismo y experiencias posicionales. Los casos de Chile y Francia.
Catalina Arteaga A. y Danilo Martuccelli.
Revista Mexicana de Sociología, volumen 74, núm. 2 (abril-junio, 2012): 275-302.

En relación al tema de la desigualdad, los autores quieren ir más allá de los indicadores -que siempre terminan homogeneizando las realidades. Lo que les interesa es examinar las subjetividades y experiencias asociadas a las posiciones en la estructura social. Ahora, en estas cosas, lo que interesan son si la aproximación da resultados interesantes o no. ¿Agrega cosas a la comparación entre Chile y Francia agregar esta dimensión?

La comparación entre los dos países se da, en parte, porque corresponden a modelos bien diferentes. Chile aparece como el modelo de un país neo-liberal y Francia la de un modelo corporatista (en esencia, la diferencia entre un estado de bienestar nulo o fuerte). La pregunta final es cómo las transformaciones sociales contemporáneas, al pasar por estos modelos distintos, se transforman en experiencias y estrategias subjetivas distintas.

Distinguen tres elementos centrales.

El primero tiene que ver con que la diferencia entre una disociación estatutaria en Francia y una posicional en Chile. La primera dice relación con la experiencia francesa de verse excluido o incluido de las posiciones sólidas, de personas que experimentan el paso de la solidez a la fluidez. En el caso chileno, todos perciben el tema de la inestabilidad, que sería algo que cruzaría a lo largo de todas las posiciones. Al miso tiempo, esto nos dice que mientras en Francia hay una idea que las posiciones como tales cambian (algunas se transforman en frágiles) en Chile lo central es la experiencia personal universal de inestabilidad. Los que están dentro también son frágiles.

El segundo dice relación con las estrategias de las personas. En Francia muy orientadas a la construcción de refugios, de espacios protegidos con fronteras claras. En Chile, por el contrario, las personas estarían muy orientadas al cultivo del contacto y de las redes. No es que en Francia el capital social no sea relevante, sino que en los relatos sobre la protección de las posiciones no se centra ahí el tema. Es en la defensa de una posición donde están centrados, y las redes están dispuestas para el logro de ese objetivo.

Finalmente, los autores se centran en las experiencias distintas de malestar. En el caso Francés. centradas en una experiencia de sufrimiento -en particular, frente a la memoria de un Estado de Bienestar que está siempre presente en el relato subjetivo, y que recuerda  una experiencia de libertad subjetiva, producto de la des-mercantilización de las relaciones. En el caso Chileno, lo que se vivenciaría sería más bien una experiencia de miedo -frente a la inestabilidad y a la posibilidad siempre presente de perder lo ganado, las personas desarrollarían un miedo difuso y generalizado.

Hasta aquí el artículo. Ahora, ¿por qué me parece interesante? Creo que el contraste entre refugio y redes es instructivo por el trasfondo de expectativa que hay detrás de él. El refugio es claramente una estrategia defensiva: me defiendo ante las cosas que amenazan mi posición (anteriormente segura y buena). Pero las redes no es sólo defensiva, puede ser también ofensiva: Uso mis redes no sólo para defenderme ante los peligros sino también para obtener recursos para avanzar.

El hecho que, como Arteaga y Martucelli destacan, no hay expectativa de estado de bienestar en Chile, hace que las expectativas de posible mejora se jueguen en el plano individual. Y esto permitiría además entender la explosivo del tema de educación. Porque la educación era uno de los pilares de las estrategias ofensivas en términos de estatus en la sociedad chilena: uno de los medios de mejorar (esto a su vez coordinado con las redes, la educación es también una forma de acceder a redes). Cuando esa estrategia entra en crisis se pide al Estado, pero se lo hace para que este apuntale estrategias individuales en torno al estatus.

En cualquier caso, el hecho que en Chile las estrategias subjetivas se den en un marco en que existen expectativas de mejora, mientras que en Francia las estrategias subjetivas, a lo más, son de expectativas de mantención, no deja de ser un contraste interesante. Aunque  no es un contraste seguido por el artículo, los elementos que se plantean en él permiten explorar esa posibilidad.

 

NOTA: Para responder de inmediato a una posible crítica: ¿Y por qué comparar las distintas formas de malestar y no las de satisfacción? Al fin y al cabo, bien se podría decir que la experiencia subjetiva no es sólo negativa. Y se podría criticar el artículo por ideológico y esas cosas. Pero no tiene mucho sentido. Una posibilidad, es la tolstoiana -las familias felices son todas iguales, así que no habría diferencias de interés que reportar. Pero más allá de eso, hay que recordar que ningún estudio puede cubrir toda la realidad. Lo importante es si lo reportado es adecuado: No estará toda la descripción, pero mientras lo descrito corresponda no es tan terrible el tema.

Auto y hetero definición en la clase media (II)

Abundando más en el tema de la definición subjetiva de clase media.

¿Que significa ser de clase media? Subjetivamente, al menos, es probable que para poder definirse como una persona de clase media uno requiere pensar que hay personas que están ‘arriba’ o ‘abajo’ de uno. En una sociedad tan estratificada como la Chilena, donde pequeñas diferencias se pueden hacer notar, resulta relativamente fácil verse a uno mismo cumpliendo con esas condiciones.

Por otro lado, dado que esa facilidad se basaría en las múltiples gradaciones de la desigualdad, entonces resulta probable que las personas que uno declaro arriba (o sea, clase alta) o abajo (o sea, clase baja) de uno a su vez puedan hagan lo mismo: Ellas mismas vean personas arriba o abajo de ellas.

En otras palabras, la gradación múltiple permite que todos subjetivamente se sientan de clase media (i.e tienen arriba y abajo) al mismo tiempo que todos ellos son de clase alta o de clase baja para otros. El grupo que se define subjetivamente de clase media no necesariamente se sienten parte de un mismo grupo ni se reconocerían todos ellos como parte de un mismo segmento.

Auto y hetero definición en la clase media

El título es alambicado, pero a veces uno puede caer en esas tentaciones.

El tema, por el contrario, es más bien sencillo. Sabido es que la mayoría de la población se define a sí misma como de clase media. De eso entonces concluimos que la sociedad se piensa como de clase media. Pero en ese momento realizamos un paso en falso.

Porque del hecho que la mayoría de la población se piense de clase media no se sigue que las personas piensen que la mayoría es de clase media. La persona A se puede definir a sí misma como clase media, pero para la persona B, la persona A claramente no es clase media (puede ser pobre o rico, ‘flaite’ o ‘cuico’). Entonces es perfectamente posible que si bien casi todos se declaren de clase media, la opinión más común sea negarle a la mayoría de la población esa condición. Sólo que aquellos que se le niega esa condición son distintos en cada segmento. Por decirlo de alguna manera, todos somos los ‘flaites’ o los ‘cuicos’ de otras personas.

Lo que sí es cierto, más allá de la corrección de la anterior disquisición, es que para conocer la imagen que los chilenos tienen de la sociedad, se requiere más que la auto identificación social.

Una hipótesis sobre la autodefinición de clase media

Entre las cosas que sabemos de la sociedad chilena es que la gran mayoría de los chilenos se autodefine como clase media. Por otro lado, sabemos que esa clase media es bastante vulnerable económicamente, y por lo tanto si uno usa cualquier medición ‘económica’, objetiva, de clase media no tiene como ser tan mayoritaria.

Uno puede explicarse esto usando alguna versión de falsa conciencia o similar. Sin embargo, me parece más interesante hacer otra observación.

Recordemos que Chile ha experimentado, y que las personas han experimentado, un aumento de su estándar de vida: Los ingresos han aumentado -y esto ha ocurrido también en deciles bajos de ingreso, la alta desigualdad de ingresos ha ocurrido al mismo tiempo que los ingresos en general han aumentado-, y quizás más notorio, los niveles de consumo lo han hecho y el equipamiento de los hogares. Cualquier revisión de las tasas de propiedad de bienes en la CASEN muestra eso con claridad.

En no pocos indicadores esto ha implicado un ‘cambio’ de quintil: Las personas de un quintil determinado han adquirido el nivel de consumo de las personas en el quintil superior hace años atrás. Y esto ha ocurrido durante la vida de las personas, así que es parte de su experiencia.

Ahora, ¿cómo pueden hablar de ese cambio? Porque lo que no pueden hacer es decirse a sí mismos: ‘Sigo siendo pobre’ cuando su experiencia es una de mejoramiento de sus condiciones de vida. Pero, en el vocabulario habitual de la sociedad chilena lo que existe arriba de pobre es la clase media. Y por lo tanto, si dejé de ser pobre entonces, automáticamente, soy clase media.

Al fin y al cabo, cuando personas empiezan a tener los bienes y tipos de consumo que hasta hace relativamente poco indicaban pertenencia a clase media, ¿qué otra cosa pueden decirse a sí mismos? No es que las personas anden en la cabeza con el modelo de ‘porcentaje en torno a la mediana de ingresos’ para autoclasificarse.

Acción y estructura. Un ejemplo de la falsa contraposición ente acción racional y estructura.

En los interminables debates que suele tener la sociología sobre acción y estructura, solemos poner la perspectiva de la acción racional como parte de la perspectiva de la acción y opuesta a la estructura. La acción racional es sobre como las personas eligen y la estructura sobre como las personas no eligen (parafraseando a frase de Duesenberry sobre economía y sociología).

Ahora, esa relación no tienen ningún sentido. Si todas las personas son racionales (y, a la Becker, comparten sus preferencias básicas), entonces ¿qué es lo que genera comportamientos distintos? Situaciones distintas, estructuras de intercambio distintas etc. La diferencia en el comportamiento entre mercados competitivos y mercados monopolicos sólo tiene que ver con la diferencia en el número de oferentes, lo que diferencia el comportamiento de las personas en distintos juegos son los distintos payoffs, si es repetido o no, si es cooperativo o no. En otras palabras, las diferencias las causan las diferencias en estructura.

Por otro lado, una explicación estructural requiere que los actores sean racionales. ¿Por qué? Porque sólo para un actor racional sería posible pasar de la estructura a la acción sin intermedición: el actor lee la estructura, obtiene la acción correcta dada ella y la realiza. Dado que todos hacen lo mismo, entonces puedo olvidarme del actor y pasar de la estructura a los resultados. Si los actores no fueran racionales, entonces requiero analizar el nivel del actor (dado que no lee la acción a realizar desde la estructura, sino que tiene que desarrollarla a partir de él mismo).

Pensemos en un caso concreto: la delincuencia. Entonces tendremos a quienes nos dicen que la acción de los delincuentes es racional -y por lo tanto, se ve afectada si cambiamos los incentivos y los costos, así que subamos las penas- o que es efecto de factores sociales -y por lo tanto, tenemos que cambiar las estructuras sociales y culturales. Pero si observamos las explicaciones, veremos que -de hecho- son traducibles.

Pensemos la explicación de factores sociales. Puedo plantearla de la siguiente forma: Dada las condiciones sociales que enfrenta esta persona (los posibles resultados de sus acciones, los costos de ellas, sus preferencias) entonces tomará acciones delincuentes. O sea, de hecho podría decir que es racional en esas condiciones tomar acciones delincuentes.

Pensemos la explicación de actor racional. Puedo plantearla de la siguiente forma: Para un actor dado es racional tomar acciones delincuentes. ¿Por qué? Porque dadas las condiciones sociales que enfrenta (los posibles resultados de sus acciones, los costos de ellas, sus preferencias) es racional hacerlo.

La diferencia crucial entre ambas no es teórica, sino puramente ideológica. El defensor de la actor racional postulará que lo crucial es aumentar los costos de la acción delincuencial en relación a otras (aumentar las penas). El defensor de los factores sociales nos dirá que lo crucial es aumentar los beneficios y disminuir los costos de las acciones alternativas. En ambos casos, lo que modifico es la situación estructural (el contexto) y luego espero que los actores se comportan racionalmente.

Pobreza y Educación

Leyendo a propósito de un tema absolutamente sin relación con el título de este tema (leyendo sobre cómo realizar Event-History Analysis) me encontré en un texto introductorio con lo siguiente:

For example, it is well known that people with higher educational attainment have a lower probability to become poor (e.g., receive social assistance); but at the same time, educational attainment obviously has no significant effect on the probability to get out of poverty (see, e.g., Leisering and Leibfried 1998; Leisering and Walker 1998; Zwick 1998). This means that the causal variable educational attainment influences the poverty process in a specific way: it decreases the likelihood of inflows into poverty and it has no impact on the likelihood of outflows from poverty. (Hans-Peter Blossfeld, Katrin Golsch, Götz Rohwer, Event History Analysis with Stata, Lawrence Erlbaum, New York, 2007, página 6)

Todavía no tengo muy claro que hacer con esto. Pero me pareció interesante

Una definición funcional y subjetiva de clase media

A propósito de que estaba leyendo una entrevista a un taxista (sobre el tema de previsión social, en el que trabajo) y hacía su declaración que ‘uno se la juega para que no sea así’ (que sus hijos sean taxistas). De ello se sigue una definición de clase media, a saber:

Es de clase media una persona que si su hijo repitiera su experiencia (trabajara en lo mismo) estaría de lo más feliz. En otras palabras, que no se la juega para que sus hijos eviten su propia vida.

Definiendo la clase media

En varias partes he leído que un criterio relativamente útil para definir a la nebulosa clase media es sencillamente usando un criterio centrado en la mediana: Un grupo que tiene un ingreso definido como un porcentaje de la mediana (digamos entre el 75% y el 125% de la mediana de ingresos, que como lo mencionan Barozet y Espinoza es el criterio internacional). Parece una forma clara de referirse a lo que debiera indicar el término clase media: Aquellos que están en la mitad de la segmentación sociodemográfica.

Lamentablemente no tiene mucho sentido. La clase media no se define por que esta en la mitad, sino porque esta entre medio: Porque tiene sectores ‘arriba’ y ‘abajo’. En otras palabras, es un concepto puramente relacional. Lo importante de la clase media es que, finalmente, no pertenece a la elite ni tampoco a los pobres (o a los sectores populares a los trabajadores o a cualquier forma en que una sociedad defina a sus sectores bajos). Esa pertenencia es algo que ocurre realmente en los procesos sociales, y algo reconocido en la sociedad. Es un lugar concreto y reconocido en la estructura social, no un simple lugar en una escala estadística. Tiene que ver con quienes se reconocen como iguales, como pares; y quienes no se reconocen como tales.

¿Por qué es importante lo anterior? Porque nos recuerda que los ‘de abajo’ en diversas sociedades han sido la gran mayoría de la población. En una sociedad organizada por aristócratas / burgueses / campesinos, los campesinos son más de la mitad de la población y eso no quita que la ‘clase media’ son los burgueses (aun cuando por un criterio de ingresos claramente estuvieron muy por sobre la mediana). Lo importante era que claramente los burgueses no eran campesinos (no tenían el mismo estándar de vida, ni las mismas expectativas y en toda interacción entre ellos estaría claro quién era superior y quién inferior), ni tampoco parte de la elite (por las mismas razones).

Definir la clase media de acuerdo a la mediana nos parece relativamente razonable ahora, pero eso se debe a características concretas de nuestras sociedades (la dificultad de delimitar segmentos en sociedades formalmente basadas en igualdad de derechos, en que los niveles de ingreso son continuos y sin saltos etc.) Pero como afirmación general nos hace olvidar el fenómeno del cual estamos hablando.