La diferencia esencial entre las Ciencias.

El título de esta entrada -como suele pasar con los que definen una diferencia como la esencial- no deja de ser erróneo. Pero como lo que lo transforma en erróneo es, precisamente, parte del tema de la entrada, lo dejaremos.

La diferencia a desarrollar es la siguiente: En física existen conceptos, state space o phase space (estado fásico en castellano al parecer), que se refieren al conjunto de todos las posibles situaciones que puede adquirir un sistema (velocidad y posición en state space o momento y posición en phase state, de acuerdo al libro de divulgación que estoy usando sobre estas cosas -the Theoretical Minimum de Susskind y Hrabovsky, 2013). La posibilidad de establecer y determinar el conjunto de todas las posibles situaciones no es algo que ocurra en todas las ciencias: en aquellas disciplinas que descubren conjuntos que crean nuevos estados ello no es posible. Podemos determinar todos los estados conocidos hasta el momento y descubriremos, ya sea porque conocemos nuevos objetos o porque ellos son creados en el proceso, que ese conjunto estaba incompleto. Que este conjunto es, en un sentido fundamental, indefinido.

Luego, podemos diferenciar aquellas disciplinas donde es posible -en principio- establecer todas las posibles situaciones y donde ellas no es posible (o donde hacer eso es, irremediablemente, desconocer aspectos claves del funcionamiento de esos conjuntos). Las ciencias de la completitud y las ciencias de la incompletitud.

Ahora bien, esta no es una diferencia entre ciencias naturales y sociales -como cabría quizás suponer por parte de un sociólogo.Las ciencias biológicas están claramente en el lado de la distinción de la imposibilidad para definir el conjunto completo de estados posibles: la evolución es, finalmente, un proceso que crea nuevas posibilidades y nuevas situaciones. Si usamos, como ha sido hecho muchas veces y que ha mejorado bastante nuestro conocimiento del mundo, modelos de teoría de juegos -que suelen asumir que el espacio de las posibilidades, el juego, está ya determinado- estamos olvidando eso: Que algo que sucede en la evolución es la capacidad de crear nuevas estrategias y nuevos juegos.

Sin embargo, al interior de las ciencias de la incompletitud sí podemos distinguir entre las ciencias biológicas y las sociales en torno al tipo de proceso que causa esa incompletitud: el proceso que crea nuevas posibilidades. En el caso de la biología, el proceso evolutivo al ser darwiniano es, al mismo tiempo, no direccional, sin teleología alguna y sin intencionalidad. Pero en el caso de las ciencias sociales, teniendo también esos tipos de procesos, también ocurre que la creación de nuevas posibilidades puede ser a su vez deliberada y buscando alguna finalidad (más allá de que efectivamente lo logren, la sociología en cierta medida es la ciencia de las consecuencias no buscadas).

En otras palabras, tanto los procesos biológicos como los sociales son capaces de ‘cambiar las reglas del juego’, pero en los procesos sociales se suma la intencionalidad a ello y con ello la reflexividad se vuelve más radical. En todo momento en un proceso social está disponible esa posibilidad, siempre podemos decir: ‘entenderé X como Y’ y con ello crear una nueva palabra, o ‘¿y si mejor hago(hacemos) esto?’ y con ello crear una nueva regla o un nuevo juego. Al mismo tiempo, eso radicaliza el carácter indefinido e incompleto del conjunto de posibilidades: Cuando todo está en (posible) juego, y todo actor tiene la capacidad de no sólo jugarlo sino de transformarlo el carácter esencialmente incorrecto de toda tentativa de pensar en una aproximación pensando en definir todas las posibilidades aparece con claridad. Quien creyera que pudiera hacerlo al mismo tiempo se compromete a defender la idea que a nadie nunca se le podría ocurrir alguna posibilidad distinta.

La discusión nos permite entonces defender porque el título es inexacto: Porque esta diferencia es una de las diferencias, y la postura que plantea que es la más importante de todas es sólo una postura. Ciertamente no podríamos desechar la posibilidad que hay otra distinción, otra mirada, bajo la cual apareciera otra distinción, y que ella fuera más interesante o esencial que la postulada acá (y seguramente cualquier lector, e incluso el autor, puede ya pensar en ellas). Pero si ello es cierto, entonces -al menos- la idea de esta entrada pasa a ser  más plausible: Que ciertos procesos, entre ellos los, sociales (y discutir sobre el carácter de las ciencias es uno de ellos) se definen por su carácter de necesaria incompletitud en su descripción.

 

Spinoza y la aproximación de la Ciencia

A primera vista nada más lejano a la idea y práctica de una ciencia empírica que la visión de los racionalistas, entre los cuales cabe consignar a Spinoza. Es precisamente a la idea que sólo a través del pensamiento se puede llegar a la verdad que las ciencias se enfrentaron cuando éstas se desplegaron. Más aún, el programa racionalista resultó imposible: los llamados a la experiencia, “a lo que todos saben que sucede”, ocurren por ejemplo en Spinoza, mostrando que no es sólo el pensamiento desde donde se razona. Pero la experiencia que se usa muy lejana está de la empiria y el experimento de las ciencias, es una experiencia previa a la búsqueda de control, rigor y pureza de la experiencia científica (que de hecho pide para la experiencia esa claridad que los racionalistas pensaban estaba solo en el pensamiento).

Ahora bien, este racionalismo no es tan absurdo como se pudiera pensar. Pensemos en todos las filosofías y aproximaciones que, desde Kant, nos dicen que la experiencia se entiende desde principios del entendimiento, que es producido por éste. El racionalismo dogmático, usemos los términos de Kant, está equivocado cuando afirma porque no está hablando de la cosa en sí, de lo que está más allá de la experiencia. Pero en relación al mundo de la experiencia, si sucede que las categorías del pensamiento hacen posible la experiencia; y luego el procedimiento de partir del pensamiento tiene sentido. Tiene al menos una función heurística, reguladora, que es la que le asigna -cuando sale de su posición denostador- Kant a la Dialéctica de la Razón Pura. Aun cuando Kant como tal ya no resulta sostenible, porque la equiparación entre razón pura y mecánica clásica ya no es suficiente para nosotros, lo anteriormente dicho sigue siendo válido para todas las aproximaciones constructivistas, que tienen entre nosotros gran influencia.

Lo anterior podría servir, empero, para mostrar que el racionalismo no es absurdo, pero no su relevancia para la ciencia. Esto porque las ciencias empíricas seguirán planteando, en su autocomprensión, que la piedra de toque de toda afirmación es y sigue siendo su corrección empírica -y parte de las explicaciones constructivistas en epistemología tratan de traducir este aserto a sus propios términos-; y que, luego, el mero pensamiento no es suficiente. Aceptando lo anterior y con ello negando la aproximación racionalista como forma de conocimiento de la realidad empírica; todavía hay un aspecto en que se puede observar una convergencia entre la ciencia y el racionalismo. Este es en cuanto nos referimos a las presuposiciones básicas de la ciencia como idea y práctica. Y esas presuposiciones son defendibles desde el racionalismo y, en particular, desde Spinoza.

La presuposición más básica de las ciencias es que el mundo empírico es, en principio, inteligible y comprensible por seres humanos. Si hay problemas que en la actualidad no conocemos su respuesta, suponemos que podrían ser resueltos. De toda pregunta sin respuesta cabe investigar. Incluso cuando nos encontramos ante los límites de lo anterior (indecibilidad, incompletitud etc.) bien podemos dar cuenta, al menos, de esos límites (i.e los límites son efectivamente investigados no supuestos). Al mismo tiempo, la inteligibilidad del mundo está dada en ese mismo mundo: no se requieren elementos extra-naturales para explicar la naturaleza.

La inteligibilidad cerrada del mundo (i.e es comprensible para nosotros y sin recurso a algo fuera del mundo) es un supuesto operativo de la investigación científica. Otra forma de acercarse al tema, aunque algo más específica a la física, es la vieja pregunta por el sorprendente éxito de la matemática para describir el mundo: ¿Por qué la lógica y la matemática -formas del pensamiento- resultan tan útiles para comprender el mundo?

Una respuesta es que eso nos parece así porque donde ello no ocurre la ciencia no aplica: Los fenómenos que explica la ciencia son sólo aquellos donde esa aproximación funciona. Lo cual es una observación razonable pero no da cuenta del supuesto operativo que nos plantea que lo que hoy está fuera de explicación podría estar bajo explicación, y que nuestras deficiencias presentes no implican nada sobre lo que otros pueden explicar. Además sabemos que así ha acaecido. Que esto puede tener límites para su exploración requiere operar para saber donde ocurren bajo el supuesto que analizamos.

Otra respuesta es la kantiana o constructivista que el pensamiento construye la realidad empírica y, por lo tanto, por ello es que se explica esta situación. Pero esto olvida que la realidad no es igual a las teorías y que una perspectiva no cubre la realidad, y luego esa construcción nunca es completa. Más aún, cada vez que se reemplaza una teoría por otra, lo hemos reemplazado por otro instrumental lógico o matemático (i.e esos problemas de cobertura son resueltos sin romper la presuposición). La teoría no cubre la realidad, por lo que no la construye como tal, pero siempre parece existir un instrumental que la vuelve inteligible.

La tercera respuesta es la de Spinoza. “El orden y la conexión de las ideas es el mismo que el orden y conexión de las cosas” (proposición 7, 2a parte, Ética). Y ello esta finalmente asociado al monismo spinoziano -que “la sustancia pensante y la sustancia extensa es una y la misma sustancia, que es comprendida ora bajo este ora bajo aquel atributo” (Escolio de la misma proposición). En otras palabras, el pensamiento puede comprender el mundo, no porque éste constituye aquel, sino porque el pensamiento es parte del mundo y también refleja sus leyes.

Al mismo tiempo, dado que “todo lo que es, es en Dios y sin Dios nada puede ser concebido” (Proposición 15, 1a parte), y recordamos que para Spinoza Dios es la naturaleza, o más propiamente es naturaleza naturante, los principios y leyes de la naturaleza, lo único que puede ser considerado causa libre (Escolio Proposición 29, 1a parte), entonces siguiendo una aproximación spinozista es posible fundamentar una explicación puramente natural del mundo.

En última instancia, en Spinoza encontramos una filosofía de la ley natural, que puede dar cuenta del proyecto de una explicación natural de un mundo que se asume inteligible. Más aún, la concepción de la ley natural en Spinoza -eterna e ilimitada- bien corresponde a la autocomprensión de las ciencias. Por ello, entonces -más allá de la impresión inicial- Spinoza bien puede estar a la base de una epistemología de la ciencia.

 

Spinoza y el naturalismo

En el prólogo de la tercera parte de la Ética Spinoza declara con claridad su aproximación:

“La mayor parte de los que han escrito sobre los afectos y la norma de vida de los hombres, no parecen tratar sobre cosas naturales, que siguen las leyes comunes de la naturaleza, sino sobre cosas que están fuera de la naturaleza. Mas aún, parecen concebir al hombre en la naturaleza como un imperio en un imperio, puesto que creen que el hombre más que seguir el orden de la naturaleza, lo perturba, y que tiene un poder absoluto sobre sus acciones y sólo por el mismo y no por otra cosa es determinado”

Y más adelante en el mismo prólogo:

“Porque la naturaleza es siempre la misma, y una y la misma en todas partes es su virtud y potencia de actuar; es decir, que las leyes y reglas de la naturaleza, según las cuales se hacen todas las cosas y se cambian de unas formas en otras, son en todo tiempo y lugar las mismas, y por tanto, una y la misma debe ser también la razón de entender la naturaleza de las cosas, cualesquiera que sean, a saber, por medio de las leyes y reglas universales de la naturaleza”

Las perspectiva spinozista es casi completamente a la sociología, al menos, y en general a las ciencias sociales, En el caso de las perspectivas hermeneúticas, basadas en buena parte en la distinción sujeto y objeto, entre el yo y el mundo, en otras palabras en un dualismo, eso es relativamente obvio. El mundo social no es el mundo natural y toda tentativa de tratarlo como mundo natural, como objeto, es radicalmente equivocada. Tratar los motivos como causas es una equívoco en las categorías básicas. Pero también es ajeno, finalmente, incluso a las tradiciones positivistas. Porque en ella el tratar como naturaleza, como cosa al decir de Durkheim, es finalmente una concepción metodológica, mientras que en Spinoza es una concepción ontológica: no es que debamos tratar e investigar lo social de acuerdo a los mismos métodos que en las ciencias naturales; sino lo central es que se aplican las mismas leyes. No hay diferencia entre sociedad y naturaleza. Los seres humanos son una parte específica de la naturaleza, con sus propias características, pero  en tanto naturaleza sujeta a las mismas reglas.

A continuación defenderemos que el naturalismo ontológico de Spinoza es superior al naturalismo metodológico del positivismo y al dualismo derivado, finalmente, de la filosofía de la conciencia.

Disolver la excepción humana (el término es de Jean-Marie Schaeffer) representa una de las perspectivas básicas para entender el mundo. Una y otra vez al establecer barreras terminantes entre los seres humanos y otros seres (los seres humanos tienen lenguaje, o tienen cultura u otra característica) lo que hacemos es no permitirnos observar como, aunque sea en ciernes, esos fenómenos existen en otras especies. Y al establecer esa diferencia tajante se nos dificulta, luego, explicarnos su emergencia (Chapais ha mostrado como es posible entender la emergencia del específico tipo de sistema de parentesco en los seres humanos a partir de la comparación sistemática con otras especies primates de forma de poder entender su emergencia evolutiva, en vez de simplemente pensar que de pronto apareció). Ninguna de esas operaciones implica negar características distintivas, o que lo que está en ciernes en unos está en mayor desarrollo en otros, pero nos plantea que precisamente integrar a los seres humanos dentro del mundo natural nos permite de hecho entender mejor esas características. En vez de basar las ciencias sociales en diferencias y separaciones que finalmente son arbitrarias, resulta más adecuado integrar a los seres humanos y reconocer la relevancia para entender el mundo ‘social’ de sus conexiones con el mundo biológico o material (i.e desde el tipo de alimentos que requieren, las posibilidades y límites que les presentan sus cuerpos; e incluso la forma en que ellos son superados o trabajados por los seres humanos). Y para ello un naturalismo metodológico no es muy adecuado en sí mismo.

Además, y esto es crucial, el naturalismo ontológico permite recuperar la metodología del significado (contra la que el naturalismo metodológico tantas veces ha trabajado). El que los seres humanos sean parte del mundo no obsta para que sus estudios requieran métodos específicos. Muchas esferas del mundo así lo requieren y siguen siendo parte del mundo. Al mismo tiempo, el rechazar la distinción sujeto y objeto, una de las principales afirmaciones del enfoque del significado -que el estudio de lo social no es un sujeto que estudia un objeto externo  y separado- permite incorporar esa afirmación sin problemas. El estudio de lo social es vida social que se estudia a sí misma (la separación entre el que estudia y lo estudiado no funciona), pero esto mismo ocurre en todas las ciencias (donde tampoco ocurre separación entre el que estudia y lo estudiado). Desde esta perspectiva hay en el mundo, entre sus innumerables elementos, algunos que usan significados. Pero no por usar significados dejan de estar sujetos a ser parte del mundo y de sus reglas. Lo que nos dice el enfoque naturalista no es que esos ámbitos no tengan características específicas que ameriten su estudio mediante herramientas específica; sino nos plantea que no por ello dejan de estar bajo las reglas de la naturaleza. Entender que el significado (o la historia que también se podría haber seguido ese camino en este texto) es necesario para entender la vida social no nos obliga a pensar la vida social como fuera de la naturaleza.

Una explicación puramente naturalista de la vida social no es algo que esté disponible. Pero de hecho es un camino a hacer, tampoco es uno efectivamente intentado. Pero reconocer que uno es parte del mundo parece necesario.

El Imperialismo en Ciencias Sociales, o de la peculiar situación de la Ciencia Política

La economía impuso a las otras disciplinas de las ciencias sociales el imperialismo económico: la idea que el actor racional que es fundamento de sus teorías es la mejor explicación del comportamiento. La sociología, a su vez, había hecho lo mismo con su propia versión de imperialismo: la sociología como la ciencia base del estudio de lo social, desde la cual se podía entender todas las otras. Y de la antropología también podemos decir que ha experimentado también sus tentaciones de realizar un imperialismo cultural, la idea que todo es cultural y simbólico.

La ciencia política tiene la particularidad de no haber sucumbido a ninguna tentación parecida. Es explícitamente una disciplina dirigida a abordar un campo específico de la vida social: el poder al interior de las instituciones políticas, al interior del Estado. Tomando en cuenta que los imperialismos son, finalmente, facilismos y equivocaciones, esto bien puede leerse como una alabanza hacia la ciencia política, que en su humildad bien nos podría enseñar al resto.

Pero no es esa la intención de esa entrada. Es cierto que los imperialismos son, sin excepción, equivocaciones: Todo puede ser cultural, pero la cultura no lo es todo; las relaciones sociales pueden ser fundamentales para cualquier entrada en la vida social, pero no agotan todas las perspectivas; y la perspectiva de la acción racional puede aplicarse a cualquier ámbito, no hay necesidad de reducirlo a la vida económica, pero no todo es racional. Y sin embargo esos límites sólo podemos establecerlos con claridad cuando exploramos esos puntos de vista hasta su respectivo límite, cuando los usamos todo lo que pueden dar e incluso más allá. Pero para realizar ese esfuerzo, para poder indagar en cuanto pueden dar esos puntos de vista, requerido es finalmente el imperialismo: la idea de salirse del lugar más obvio de aplicar ese punto de vista y aplicarlo sin resquemores donde sea.

En última instancia los imperialismos son tentaciones del entusiasmo por una idea teórica o un concepto. Y el entusiasmo que suele conducir al error posee, en cambio, la inestimable virtud de permitirnos crar. Por todas sus faltas nada de valor es creado sin entusiasmo. Si bien resulta necesario después recortar lo recogido por él, bien se lo necesita para tener algo que recoger. La tentación imperialista es una equivocación fructífera.

En ese sentido, el hecho que la ciencia política se haya auto-limitado es una limitación del potencial de esa disciplina. O para decirlo de otra forma: El poder es uno de las dinámicas básicas de la vida social, y bien sabemos que cruza distintos y diversos ámbitos. Usar el poder como el elemento sobre el cual basar un imperialismo sería, claro está, una equivocación; pero alguien que estuviera convencido de su potencial e importancia y lo aplicara sin remilgos a toda la vida social bien podría entregarnos muchos aportes e ideas. Somos, si se quiere, más pobres en las ciencias sociales debido a la ausencia de ese imperialismo.

 

NOTA: Debido al carácter imperialista de la sociología es en esa categoría en que queda clasificada esta entrada. Debiera existir una categoría de ciencias sociales pero siendo sociólogo bien creo que no hay aspecto de la vida social sobre el cual no pueda realizarse una mirada sociológica -y los límites que se pone una disciplina científica a sí misma bien son parte de esa vida social.

Las Ciencias Sociales como estudio de la Naturaleza

El estudio de la vida social es en sí mismo vida social. El estudio de la vida social es una operación recurrente de ella misma, en el cual están involucrados todos los agentes y no sólo los practicantes delas ciencias sociales. Ese conocimiento de los agentes es, además, una actividad constituyente de lo social.

Todas estas características se han observado como diferenciadoras de la ciencia social que hacen indispensable pensarlas como ciencias fundamentalmente distintas. Argumentaremos más bien que siendo todo lo anterior cierto, nada de ello obsta para que las ciencias sociales estén unidas al resto de las ciencias.

Primero, en sí mismo el hecho que las ciencias sociales sean vida social que se estudia a sí misma no la diferencia de otras: la biología no es más que vida estudiando vida y la física no más que materia investigando materia. Puede aducirse que estas últimas ciencias eluden estos problemas y se perciben a sí mismas fuera de sus objetos, mientras que las ciencias sociales eso no ocurre. Ello podría ser cierto, pero no cambia el hecho que se puede hacer ciencia del modo usual bajo la condición que el que estudia es parte de su objeto de estudio.

Segundo, sucede también para todas las ciencias, o al menos las más generales, que en su estudio están involucrados todos los gantes. Los agentes, en su vivir, usan y descansan en conocimiento de sentido común sobre la naturaleza; y en ello no hay distinción profunda entre las ciencias.

Donde sí aparece una distinción es que esos conocimientos son objeto del estudio de las ciencias sociales, mientras que el sentido común sobre biología o física no es parte de esas disciplinas. Pero ese conocimiento no es más que otro objeto a estudiar, y para el cual se puede usar la misma aproximación metodológica. Dado que el conocimiento de la ciencia social no reemplaza al sentido común -incluso cuando este último se apropia de elementos del primero, cuando esto sucede cambia de carácter-, y son por lo tanto distintos, entonces no hay consecuencias metodológicas o epistemológicas especiales. Aunque sí lo tienen en relación a las técnicas, no es un cambio metodológico (sigue aplicando la idea de conocimiento objetivo, replicabilidad, control de variables intervinientes etc.).

La necesidad de separar las ciencias sociales de otras ciencias es, finalmente, una herencia del idealismo alemán y de la filosofía de la conciencia, y en última instancia de Kant, del su intento de salvaguardar un espacio para la causalidad de la libertad frente a la causalidad de la naturaleza (por más que en el propio Kant eso es parte del nivel trascendental y no del empírico). Es un intento de defender al ser humano de ser rebajado al nivel de mera naturaleza animal. Pero ese empeño no deja de ser un ejercicio de vanidad.

Tendemos a pensar en torno a la distinción cultura y naturaleza, que al final desciende de la diferencia sujeto y objeto. Pero la cultura no es más que una forma específica de la naturaleza, del mismo modo que el sujeto no es más que un tipo de objeto especial -uno que observa. Si uno quisiera usar ese lenguaje, bien podría decir que los seres humano sson una forma en que la naturaleza adquiere ‘conciencia’, la conciencia no es algo aparte del mundo, sino parte de él.

Si simplemente nos aceptamos como parte del mundo natural, entonces, asumiendo las características específicas de la vida social, la ciencia social es simplemente parte integrante del estudio de la naturaleza. Es el estudio de una parte de la naturaleza, de la naturaleza social.

Burawoy y la mercantilización del Conocimiento

Continuemos entonces con presentar y discutir las conferencias de Burawoy (revisar la entrada de ayer sobre la primera conferencia). Después de discutir los cambios en el mundo, el 25 la conferencia fue sobre los cambios en las ciencias sociales. Y en particular, sobre la mercantilización del conocimiento, y como este es la nueva mercancía ficticia que está en juego en el actual proceso de avance del mercado (mercancia ficticia, recordemos, siendo aquella que si se mercantiliza sin límites empieza a perder su carácter y utilidad).

El análisis estuvo muy centrado en la mercantilización de la Universidad, y a partir de allí comprender estas dinámicas.

El punto de partida fue que, aunque en principio compañías vendiendo conocimiento es algo que ha sucedido anteriormente, los cambios fundamentales ocurren a partir de la década de los ’80. En Estados Unidos, cambios legales permiten que el conocimiento generado en la Universidad pueda ser vendido. Al mismo tiempo, Tatcher introduce mecanismos de control en las universidades británicas, research assessment exercises, produciendo la paradoja que una defensora del libre mercado introduzca un mecanismo de planificación en la Universidad. Estos son elementos cruciales porque empiezan a generar cambios en como la Universidad se organiza y se relaciona con el conocimiento.

Los cambios en concreto del proceso de comodificación son los siguientes:

  1. Un movimiento de privatización, y en particular hacia el auto-financiamiento (si aun siguen siendo públicas)
  2. Esto implica reducción de costos: precarización e informalización de la fuerza de trabajo (los profesores), outsourcing y aprendizaje a distancia.
  3. Y esto implica un aumento de los ingresos: Mayores aranceles, inversión privada de las empresas en las Universidades (aprovechando que es una fuerza de trabajo barata, un estudiante de doctorado en biociencias bien paga por participar en investigación que produce beneficios para las farmacéuticas), y un aumento de las desigualdades entre las disciplinas (dado que hay algunas que tienen mayores posibilidades de generar ingresos que otras).

Burawoy, para ilustrar las cosas que generan estos procesos, contó de una situación en India: Algunos políticos se las arreglan para poder fundar centros de educación superior; luego se contactan con alumnos que tienen subsidios del gobierno; consiguen que se matriculen en sus instituciones, diciendoles que con tal que vayan unas 3 o 5 veces al centro en el año obtienen su credencial. Y así todos felices: los estudiantes tienen sus títulos, los políticos dinero y clientela, y las Universidades reciben algo de fondos.

Al mismo tiempo, y en parte asociadas a las anteriores dinámicas, tenemos procesos de racionalización:

  1. Racionalización como branding: La constitución de la Universidad como corporación (como un negocio en última instancia), y toda la preocupación por la ubicación en rankings (del nivel que sean).
  2. Racionalización como globalización: El hecho que toda el prestigio académico se juegue en la publicación en revistas internacionales, una mayor jerarquía, distinción y polarización. Y por cierto una falsa universalidad, con lo particular de Estados Unidos pasando por universal.

He ahí entonces los problemas asociados al conocimiento en esta ola de mercantilización de acuerdo a Burawoy.

Y al igual que ayer, algunos comentarios:

El análisis de Burawoy está centrado en la Universidad. Y claro siendo el lugar en que se (a) se genera buena parte del conocimiento y (b) se reproduce a quienes crean conocimiento, tiene sentido darle importancia. Pero el tema del conocimiento y su mercantilización no sólo tienen que ver con la Universidad y lo que sucede con ella. Los temas de patentes, copyrights y todo el régimen de propiedad intelectual (que es lo que permite comprar y vender conocimiento) afectan más allá de la Universidad. ¿Qué pasa con la mercantilización del conocimiento tradicional, digamos en lo relativo a plantas y medicina?

Y lo central es, creo, que se hace necesario pensar en lo que implica una mercancía ficticia. La comercialización del conocimiento (hacíamos la reflexión en otra entrada) afecta la producción del conocimiento. Un régimen donde el conocimiento está afecto a patentes y limitado por propiedad intelectual, es uno donde se dificulta la diseminación de éste -y la diseminación es crucial para su producción. En la medida en que estamos en un capitalismo de la información, entonces este es una de sus contradicciones básicas: Requiere poder comercializarlo, porque es una de las fuentes de valor; pero al mismo tiempo ese proceso afecta a su producción continua. En ese sentido, no es un tema de ‘rechazar’ la mercantilización como una forma de rechazo del capitalismo, es una dinámica que es compleja para la operación del propio sistema. Ahora, los procesos de contra-mercantilización han sido formas en que estas contradicciones se han ‘solucionado’, y en torno a cómo los diversos actores reaccionan y desarrollan estrategias en torno a esta situación será algo interesante de analizar en el futuro.

La Física de lo Social

Una característica relevante de la producción sobre la vida social en la última década es el creciente interés que han tenido los físicos en estos temas.

Un breve ejercicio de cuantificación

Para examinar esta idea podemos hacer breves revisiones de la cantidad de literatura escrita desde las ciencias físicas sobre temas de ciencia social. A continuación presentamos los resultados de dos de ellas.

Primero buscaremos en Arxiv.org, un repositorio online de papers que se ha convertido en un espacio de alta importancia para diseminar investigación antes de ser publicada, y que es muy usada por esta comunidad.

Presencia de Papers en temáticas sociales en Arxiv.org 2011-2013

Palabras claves Número de papers usando palabras claves en el Título Número de papers usando palabras claves en el Abstract
Social

553

(más de 1.000)

Social Networks

281

961

Social Dynamics

58

400

Social Analysis

25

380

Sociology

6

61

Una segunda exploración es en lo relativo a publicación de papers en revistas. Para ello usaremos datos de Thomson Reuters (Web of Science) para artículos usando las mismas búsquedas de la tabla anterior lo que nos permite encontrarnos con los siguientes datos. Aprovechamos además que este recurso nos permite observar el número de citas que estos artículos han producido.

Presencia de Papers en temáticas sociales en revistas de física 2011-2013

Palabras claves

Número de papers para ese topic

Número de citas

Social

590

1.089

Social Networks

406

821

Social Dynamics

325

654

Social Analysis

138

218

Sociology

10

15

Las búsqueda tuvieron la siguiente estructura:  ((TS=social AND TS=networks AND SU=PHYSICS)) AND Document Types=(Article) . Timespan=2011-01-01 – 2013-05-15. Databases=SCI-EXPANDED.

Esta revisión claramente ha sólo sido una exploración preliminar, pero creemos que muestra que efectivamente estamos ante una literatura emergente y que en algunas temáticas –redes sociales y dinámicas sociales- ha adquirido mayor importancia (en términos de publicaciones y citas).

Esta irrupción se ha desarrollado por más tiempo en redes sociales, por lo que puede ser de interés observar la dinámica que se observó en ella. Freeman, al revisar este proceso, (2011) plantea los siguientes hechos básicos: Primero, que los físicos se incorporaron al tema sin conexión con la literatura sociológica, ‘reinventando’ la rueda en varios casos. Segundo, que a pesar de lo anterior efectivamente su ingreso trajo una revolución, tanto en el sentido cuantitativo sino en muchos aportes que eran genuinamente nuevos. Tercero, que la reacción inicial de la sociología fue de rechazo al hecho que los físicos se incorporaran al tema sin tomar en cuenta los aportes de la ciencia social, algo que también hizo notar Bonacich al revisar esa literatura (Bonacich, 2004). Cuarto, que posteriormente al rechazo e incomprensión inicial, se ha dado un proceso de rapprochement entre ambos campos –con invitaciones a Conferencias de la otra disciplina y publicaciones cruzadas; o revisiones de esa literatura para beneficio de sociólogos (Crossley, 2008).

Si bien algunos de los elementos de conflicto son, quizás, de no demasiada importancia –reclamar porque otras disciplinas entran en el propio campo es natural como primera reacción- hay otros elementos que son más relevantes. Al fin y al cabo, que en un área donde existían puntos de contacto, y donde ya existía una cierta relevancia del formalismo matemático, ocurriera que la incorporación de los físicos trajera cambios importantes al campo es indicativo. Sus preocupaciones y modos de análisis son lo suficientemente distintos que, incluso tras decenas de años de trabajo en las ciencias sociales sobre un tema en particular, como el del mundo pequeño, la primera incorporación de físicos al tema (Watts & Strogatz, 1998) implicara un aporte importante.

La lógica de la investigación física al abordar el mundo social

Por lo tanto, más allá de la irrupción cuantitativa, es interesante observar las características (y diferencias) que ocurren cuando la comunidad física se introduce en estas temáticas.

Un examen más atento de los primeros textos de incorporación –el modelo de Watts del mundo pequeño (Watts, 1999; Watts & Strogatz, 1998) y la idea de Barabási  (2002) sobre redes libres de escala (scale-free networks)- puede ser de interés. Ambos textos, contra Freeman (2011), de hecho en sus antecedentes presentan literatura de ciencias sociales (Watts, 1999, p 12-23; Barabási, 2002, p 25-44). En ambos casos, y esto se repite en otros textos de física, el análisis está más centrado en textos clásicos –el experimento de Millgram sobre los seis grados de separación y el artículo de Granovetter sobre The Strength of Weak Ties– que en más recientes, pero de hecho al menos Watts no reduce sus citas a esos textos y el libro de Barabási es más de divulgación y menos técnico.

Sin embargo, más allá de ese reconocimiento, es cierto que sus marcos conceptuales y analíticos poco deben a las ciencias sociales. En ambos casos uno puede plantear que los textos observan que la sociología ha descubierto quizás un tema interesante (por ejemplo, puentes entre grupos en Granovetter) pero no una teoría o modelos que permita comprender ese tema. Así, por ejemplo, ¿cómo se generan este tipo de estructuras de red? ¿Qué consecuencias tienen esas estructuras para entender diversas dinámicas? Que son precisamente a lo que ambos textos se abocan: generar modelos formales para describir y explicar estas estructuras y exploraciones de sus consecuencias (por ejemplo como estas ideas afectan nuestra comprensión de las dinámicas de dispersión de enfermedades Watts, 1999, p 165-180; Barabási, 2002, p 131-142). Es esta preocupación por las dinámicas lo que plantea la revolución que Freeman (2011) indicaba, y algo manifiestamente ausente en el manual de análisis de redes sociales más clásico, el de Wasserman y Faust (1994).

En algunas reseñas más recientes de la literatura física sobre la vida social se sigue observando esta misma tendencia. Un texto de Castellano y otros (2009) que revisa la literatura de física estadística sobre dinámicas sociales plantea que:

In social phenomena the basic constituents are not particles but humans and every individual interacts with a limited number of peers, usually negligible compared to the total number of people in the system. In spite of that, human societies are characterized by stunning global regularities. There are transitions from disorder to order, like the spontaneous formation of a common language/culture or the emergence of consensus about a specific issue. There are examples of scaling and universality. These macroscopic phenomena naturally call for a statistical physics approach to social behavior, i.e., the attempt to understand regularities at large scale as collective effects of the interaction among single individuals, considered as relatively simple entities (Castellano et al., 2009, p. 591)

La idea general entonces es establecer algunas variables que sinteticen el comportamiento de un sistema, cuyas dinámicas dependen de interacciones sociales. Los modelos simplifican y abstraen, y en ello pierden realismo, pero ganan en universalidad (y de hecho varios modelos pueden aplicarse a redes biológicas o de otro tipo) y buscando que los sistemas modelados al menos den cuenta de algunos atributos básicos.

Al mismo tiempo la relación entre modelos y datos es central. Aquí uno puede observar un manifiesto al respecto, publicado de manera significativa en la revista Science y elaborado por sociólogos, físicos y otros investigadores, titulado Life in the Nework: the coming age of computational social science (Lazer et al., 2009) que plantea todos los posibles beneficios que la recolección de una gran cantidad de datos (sobre uso de redes sociales en Internet, sobre uso de teléfonos celulares y otros) para las ciencias sociales. De hecho, la disponibilidad de datos es algo que esta literatura observa como diferenciadora y específica a sí misma en relación a otras aproximaciones sobre sistemas complejos: This data inspired methodology is an important shift compared with earlier takes on complex systems. Indeed, in a survey of the ten most influential papers in complexity, it will be difficult to find one that builds directly on experimental data. In contrast, among the ten most cited papers in network theory, you will be hard pressed to find one that does not directly rely on empirical evidence’ (Barabási, 2012, p. 15).  Más aún, se observa que es la primera vez que se puede tener una aproximación científica sobre estas dinámicas porque por primera vez tendríamos una gran cantidad de datos sobre esas dinámicas (los datos de llamados telefónicos son datos de comportamiento real de interacción en última instancia).

La formalización de la dinámica de las interacciones es el eje de toda esta literatura. Y estas aproximaciones se usan incluso en ámbitos que un sociólogo pudiera pensar requieren metodologías puramente cualitativas –como por ejemplo, dinámicas de lenguaje o de cambio cultural.

¿Cuál es la relevancia de esta incorporación de la física?

Así podemos observar que cuando las ciencias físicas se empiezan a preguntar por lo social lo hacen usando su propia lógica y costumbres, muy alejadas de las de las ciencias sociales. La física ha realizado muchos cambios internos, pero la idea que se entiende un fenómeno cuando logro tener un modelo dinámico formal, que las pérdidas de ese modelamiento son inferiores a la ganancia en comprensión producto de esa modelación, que trabajar en términos de que interacciones hay entre los elementos y de ahí construir los resultados del sistema es una forma adecuada de investigar, siguen siendo centrales. Es una comunidad que sigue manteniendo que para analizar cómo las dinámicas generales se van construyendo lo que tengo que hacer es partir de las dinámicas de los componentes del sistema sigue siendo el principio operador.

Plantear que los temas asociados con la emergencia o la complejidad implica un nuevo paradigma en las ciencias que supera la vieja visión de las ciencias, o que una aproximación centrada en las redes y relaciones también abandona pretensiones de una ciencia explicativa (ver el resumen de Orchard, 2011, al respecto) no deja de ser extraño para una comunidad cuyas herramientas concretas para trabajar estos temas no ha implicado esos cambios.

En última instancia, uno podría plantear que los físicos nunca han estado muy alejados de lo que decía Ernest Rutheford, ‘all science is either physics or stamp collecting’. El hecho que los físicos se estén introduciendo a estudiar procesos sociales implica un reconocimiento que los procesos sociales pueden estudiarse científicamente, y al mismo tiempo plantear que ese conocimiento no existe en la actualidad (o a lo más sería filatelia). Lo cual implica, a su vez, pensar que los ‘problemas’ con las ciencias sociales no están en su objeto de estudio, sino entre quienes lo estudian.

La anterior coyuntura representa un desafío relevante para la sociología: La aparición del interés de una disciplina, que tradicionalmente se percibe a sí misma como la reina de las ciencias y que claramente tiene mayor seguridad en sí misma y mayor prestigio general, en los temas de la sociología –que no evalúa positivamente el esfuerzo intelectual del campo-,  no deja de ser relevante en términos de los usos y relevancia intelectual del campo.

Cómo la sociología se relaciona con esta mirada afectará de manera relevante las dinámicas del campo en el futuro. Lo que habría que evitar es la reacción simplemente defensiva o la de no tomar en cuenta estos cambios.

Ahora bien, una falta de respuesta de la Sociología frente a estos desafíos probablemente no tenga muchas consecuencias para la práctica y operación de la disciplina, para la profesión de sociólogo. Sigue siendo cierto que las ciencias sociales son parte intrínseca del funcionamiento de las prácticas de las sociedades modernas (Ramos Zincke, 2012). Pase lo que pase, probablemente siga siendo útil realizar por ejemplo encuestas de opinión pública sobre política, o encuestas de empleo. En algún sentido, todo seguiría de manera normal.

No responder a ese desafío más bien puede tener consecuencias en términos de la sociología como labor intelectual. Los estudios realizados por los sociólogos pueden que sigan teniendo sentido o al menos sigan realizándose como parte de la rutina operacional de diversas organizaciones; pero la sociología como un campo que intenta comprender la vida social, y tiene tradiciones de pensamiento específicas si puede encontrarse en peligro. La relevancia intelectual de la sociología es lo que finalmente está en juego; y la sociología bien podría reducirse a un saber útil y práctico, una técnica de administración, pero desprovisto de cualquier interés para una comprensión de la realidad.

La falta de respuesta a la física de lo social bien podría condenar a la sociología a ser una contabilidad social.

 

En la elaboración de esta entrada se tuvieron en cuenta los siguientes textos

Referencias Bibliográficas

 

Barabási, A.-L. (2002). Linked. Cambridge, Mass: Perseus.

Barabási, A.-L. (2012). The network takeover. Nature Physics, 8(1), 14–16.

Bonacich, P. (2004). The Invasion of Physicists. Social Networks, 26, 285–288.

Castellano, C., Fortunato, S., & Loreto, V. (2009). Statistical physics of social dynamics. Reviews of Modern Physics, 81(2), 591–646.

Crossley, N. (2008). Small-World Networks, Complex Systems and Sociology. Sociology, 42(2), 261–277.

Freeman, L. (2004). The Development of Social Network Analysis: A Study in the Sociology of Science. Vancouver: Empirical Press.

Freeman, L. (2011). The Development of Social Network Analysis -with an Emphasis on Recent Events. In J. Scott & P. Carrington (Eds.), The SAGE Handbook of Social Network Analysis (pp. 26–39). Londres: Sage.

Lazer, D., Pentland, A., Adamic, L., Sinan, A., Barabási, A.-L., Brewer, D., Christakis, N., et al. (2009). Life in the Network: The coming age of Computational Social Science. Science, 323(5915), 721–723.

Orchard, M. (2011). El “movimiento descriptivo” en la sociología. VI Congreso Chileno de Sociología. Valparaíso.

Ramos Zincke, C. (2012) El ensamblaje de Ciencia Social y Sociedad. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado

Wasserman, S., & Faust, K. (1994). Social Network Analysis. Methods and Applications. Cambridge: Cambridge University Press.

Watts, D. J. (1999). Small Worlds. Princeton, NJ: Princeton University Press.

Watts, D. J., & Strogatz, S. (1998). Collective dynamics of “small-world” networks. Nature, 393, 440–442.

Criterios de evaluación internos al campo científico: Una comparación de los criterios de avance y completitud del conocimiento

La idea original es más bien sencilla, y está desarrollada en el siguiente link de este mismo blog:

Que las discusiones de conocimiento general en sociología se encuentran entrampadas, repitiendo las mismas dicotomías y aporías de siempre (acción / estructura, cualitativo / cuantitativo). Incluso cuando el practicante de esas áreas se da cuenta de ello e intenta superarlo, la operación no termina funcionando. Bourdieu observa la dicotomía acción / estructura, intenta superarla y por todos sus esfuerzos termina siendo criticado como no reconociendo la acción. Por otro lado, los conocimientos particulares en sociología no sufren esa dinámica y uno puede observar construcción de acervos. Sabemos más sobre revoluciones que hace 100 años, o sobre la relación entre educación y desigualdad y en otros espacios específicos de investigación.

Lo anterior adquiere relevancia como observación basado en la idea que la oposición estancamiento / avance es una distinción básica en las ciencias. Es una normatividad interna al sistema, que premia y valora los avances y observa negativamente lo que está estancado. La mera popularidad de la idea de sobre hombros de gigantes nos muestra la potencia de esta distinción. Por lo tanto, aplicando las reglas del juego de las ciencias a la sociología, reglas que son las del juego que supuestamente está aplicando, se sigue que la evaluación del conocimiento general debiera ser negativa y la del particular positiva.

Conversando ayer sobre el tema, se me hizo la acotación que existe otro criterio interno de evaluación, pero que este tendría el resultado contrario: Es la distinción parcial / completo o no fundamentado / fundamentado. La crítica tradicional a los conocimientos particulares es que no son parciales, que no dan cuenta de los fundamentos de lo social (o de ellos mismos). Y por lo tanto, en términos de esas observaciones usando la normatividad interna al sistema que observamos no podemos concluir una evaluación positiva del conocimiento particular.

Pero creo que la acotación es insuficiente. Porque, y aquí entramos en el núcleo de este post, los dos criterios son distintos en términos de su importancia en la operación del campo científico. La distinción avance / estancamiento es basal: Premiamos y valoramos lo que hace avanzar (‘es un aporte’) y no se le da mucha importancia a lo que mantiene las cosas como están. Así están estructuradas las operaciones de publicación, de premiación, de prestigio etc. Incluso en sociología, donde el criterio puede estar en discusión, son los textos que proponen nuevos modelos los que citamos y estudiamos, no la enésima vez que se discute sobre esa propuesta. Si recordamos por ejemplo el reciente caso del descubrimiento del bosón de Higgs podremos observar que existieron lamentos porque si bien era un avance, esta era sólo en términos de reforzar la teoría existente, y por lo tanto era menor avance que algo que mostrara que era necesario ir más allá del modelo estándar. La capacidad de un trabajo científico para avanzar en la construcción del conocimiento de su campo es la forma básica de evaluación.

Ahora, la discusión sobre los fundamentos, o sobre lo parcial / completo no es tan basal. Si bien se usa el criterio, los conocimientos parciales no dejan de ser reconocidos como científicos o como buenos e importantes conocimientos. El caso canónico de esto son las críticas a la ley de gravitación de Newton. Porque una crítica fue, precisamente, que era parcial o que no estaba fundamentada ni explicada: la ecuación daba cuenta de los fenómenos pero nadie entendía porque sucedía, no había una explicación mecánica (que era lo que en la época hubiera sido una explicación satisfactoria). Ese es el contexto de la frase de hypothesis non fingo: Tenemos esta ecuación que da cuenta de los fenómenos, con ello ya es suficiente. Con ello ya se puede construir un trabajo científico de gran poder y prestigio al interior del campo.

No es que el criterio no se use, no es que no sería preferible tener una explicación fundamentada; pero no es un criterio necesario. Al contrario, el criterio de avance es un criterio basal y central.

Y por lo tanto, usando los criterios internos al campo analizado se puede concluir que efectivamente el conocimiento general en sociología no funciona, y el conocimiento particular sí lo hace.

Cultura y Naturaleza

Entre las innumerables distinciones que nunca he sido completamente capaz de entender es toda la discusión sobre la importancia de lo cultural o social en contra de lo natural o biológico: Que tal conducta se explica por los genes o por la cultura es una de las formas algo habituales en los últimos años.

El caso es que la cultura es parte de la dotación biológica de los seres humanos: Sucede que somos una especie con capacidad para la comunicación simbólica y muchas otras cosas que nos permite tener culturas más o menos desarrolladas, y eso es parte de nuestra naturaleza biológica. En ese sentido, ¿cómo se puede hablar de oposición?

Para poner un ejemplo que creo es relativamente claro en torno a esta discusión pensemos en la alimentación. Por un lado, ¿qué más natural que la alimentación? Necesitamos tantas calorías, tantas proteínas, si no conseguimos vitamina C de nuestros alimentos nos da escorbuto y así con múltiples otras cosas. Por otro lado, ¿qué más cultural que la alimentación? Y no me refiero solamente a que distintas culturas tengan distintas cocinas, sino a cosas más básicas: Al fin y al cabo, en general comemos alimentos que han sido preparados con fuego. Preparar alimentos es una actividad profundamente cultural. En ese sentido, lo cultural y lo natural no se oponen, sino que están imbricados.

Otro ejemplo de imbricación: la capacidad de digerir leche como adultos. Eso corresponde a un cambio genético. Pero este cambio está asociado a un cambio cultural, social: la domesticación de los animales, que hizo que una mutación que permitiera la digestión de la leche fuera muy beneficiosa en las poblaciones que domesticaron ganado (y de hecho, surgió en poblaciones distintas).

En última instancia, el tema es que las consecuencias que tienen las características biológicas depende del contexto, del medio en que una población vive. Y en el caso de los seres humanos (y de hecho en otras especies) ese medio es social y cultural.

Por lo tanto, oponer lo biológico y lo social es algo que no tiene mucho sentido.

Empirismo, ciencia y carácter colectivo. El pensamiento empírico en China

Es bastante sabido, y no estoy haciendo nada más que repetir un lugar común, que la ciencia es una empresa colectiva (desde el ‘sobre hombres de gigantes’) en adelante. Lo importante de recalcar aquí, y también es algo ya recalcado por Popper, es que el carácter colectivo implica que la ciencia no depende de las actitudes y prácticas del científico particular, sino de las instituciones de ese proyecto colectivo.

Recordé esas disquisiciones al leer una discusión que hace Mark Elvin en The Retreat of the Elephants (Yale University Press, 2004 -que es un muy buen estudio de la historia ambiental de China) sobre un texto de 1608 de Xie Zhaozhe como representante de un pensamiento proto-científico. Y ahí está la preocupación empírica, una concepción sobre experimentos o sobre covariaciones entre variables, en cierto sentido comparable a Bacon (y con el mismo carácter desordenado y misceláneo de sus preocupaciones). Al mismo tiempo está la observación de dragones, pero Newton creía en la alquimia al fin y al cabo. Y por cierto una cosa es que después de la investigación nos parezca claro que los dragones no existen y que la alquimia no sirve, pero al principio del estudio de la naturaleza de hecho esas cosas no son claras.

Entonces, no hay muchas diferencias en torno a la actitud o pensamiento como tal. La diferencia, lo que permitió el desarrollo de una ciencia de manera sistemática, fueron los temas institucionales.

Y ahora las citas:

The ‘fact’ was a complex European cultural invention that crystallized in the seventeenth century, It was not known in premodern China. By a ‘fact’ in this sense, I mean a publicly recorded and accessible statement about an observable aspect of the world, set in the context of a systematic evaluation of the evidence that yields an approximate probability of its being true, and subject to a contnuing public scrutiny and re-evaluation, with the results and the evidence being publicly recorded and accesible. China came quite close; what was mainly lacking was the continuity of public scrutiny and the circulation of the results. In other words, the feedback process (…)

Something less obvious but equally important was also almost missing. This was the program, a plan of collective systematic work. (…) Although there wewre intermittent collaboration and occasional comunications, the Chinese, in science, seem to have been loners in comparison with the Europeans. Xie, like Wang Chong and Shen Gua in earlier times, seems never to have proposed any systematic and cumulative way, for himself or others, of setting out to learn more of the truch abotu something scientific in the future’ (Elvin, Retreat of the Elephants, 388-389)

En resumen, la diferencia está en el proceso que enfatizó en Europa la comunicación entre científicos -de forma de establecer hechos públicos y de ir construyendo sobre la labor de otros. Y por lo tanto, solamente reforzamos el punto inicial: la ciencia es un proyecto colectivo, social.

(Lo cual de hecho nos debiera permitir superar la antinomia entre estudios ‘externos’ o ‘internos’ en relación a la sociología de la ciencia. El carácter social de la ciencia no es algo externo, es algo interno, casi consustancial, a la empresa).