A propósito de algunas opiniones de Tironi

Leyendo La Segunda este viernes (algunas veces realizo acto tan bastardo) me encontré con una entrevista a Tironi. Y ahí nos planteaba que lo que le había faltado a este gobierno era épica, relato -ideología al fin.

Pero, si mal no me acuerdo, pocos días después del discurso del 21 de Mayo, Tironi planteaba directamente lo contrario. Que lo distintivo, lo novedoso, lo que mostraba lo adecuado y sintonizado del gobierno con respecto a la sociedad, las nuevas tendencias sociales que mostraba el discurso era, precisamente, la falta de épica, relato -ideología al fin.

Un par de meses y el mismo fenómeno pasa de loable a criticable. Triste es la tarea del analista social medial parece.

Las nuevas tecnologías: Un salto al futuro

Bueno, como el ultimo informe de desarrollo humano ya salió, ya tengo una copia (gracias Rodrigo), toca el tiempo de hacer comentarios. Y (sorry Rodrigo), pero me parece que no salió tan bien. Tres, creo, son los principales problemas:

  1. De la demanda de regulación. El problema es que, de verdad, no la hay. Los datos de la encuesta muestran que cerca de un 20% cree que cada quien debiera hacer lo que quiere y que un 30% creen que debieran haber regulaciones legales. El resto (casi la mitad) sigue la opción que, bueno, cada familia regulará a su modo. Ahora, reunir la regulación legal (colectiva) con la familiar, en realidad no tiene mucho sentido, y esconde el hecho principal: no hay gran demanda de acción colectiva o pública. El asunto sigue estando en el ámbito privado -del cual la familia es parte. Ahora, esto se debe a que -como el Informe bien dice- la demanda se piensa en términos de regulación moral (un poco como se piensa la regulación de televisión) y eso se asume es parte de lo que concierne a la familia. Ahora, en la preocupación por defender una demanda media inexistente de regulación, uno de los temas interesantes sobre regulación fue abandonado: El hecho que la regulación que piensan los chilenos sobre Internet tiene que ver con materias morales (¿que contenidos pueden ver los niños? digamos para ponerlo en términos muy concretos; que es el mismo tipo de discusión que se hace sobre televisión). Y si algo debiera estar claro es que los temas de regulación en Internet superan con mucho lo anterior. Entonces, la concentración moral de la discusión de la opinión pública en Chile es un dato interesante, y por cierto, medio abandonado en el informe (*)
  2. De la ambivalencia de la opinión. Hay que tener cuidado cuando uno analiza datos cualitativos que indican ambivalencia sobre un fenómeno. Esto porque nadie quiere aparecer como tan iluso como para pretender que todo está bien o como tan pesimista que no reconoce nada. Casi siempre, al menos en Chile, los datos de grupos indicarán que hay una ambivalencia, pero eso es más bien una característica general de cómo hablan los chilenos más que algo que nos de información sobre el tema. Y la encuesta nos dice que, básicamente, hay dos tipos de preguntas: Donde no hay opinión común, y donde hay opinión común positiva: 69% estima que las nuevas tecnologías van a acercar a Chile a los países desarrollados, 69% que es una herramienta fundamental para el desarrollo, 61% que las tecnologías entregan más oportunidades que amenazas. Y la población se divide más o menos por la mitad en si se controlan solas o la sociedad las maneja, si tendrán más poder las personas comunes o los técnicos y científicos, si serán más dependientes o libres. Ahora, eso indicaría que -ambivalencia y todo- hay una base positiva de opinión. Ahora, el hecho que esto no sea trabajado tiene que ver, creo, con el tercer punto:
  3. De las tecnologías más allá del desarrollo económico. Todas las opiniones claramente positivas sobre la tecnología son, finalmente, en relación a su aporte para el desarrollo económico. Y como el leit-motiv del informe es que hay que evaluar el tema más allá de eso, sino desde la perspectiva de las capacidades, del desarrollo humano etc. es claro que ese dato no sirve. Ahora, en eso hay una relación poco lograda, por decir lo menos, entre la parte propositiva, ideológica del informe (lo que el PNUD desea que Chile sea) de la parte descriptiva del informe (lo que el PNUD descubre lo que Chile es). Porque bien uno puede desear, opinar y defender que las tecnologías debieran verse como más allá del PGB, pero el caso es que una de las opiniones claras de la población es que sirven para eso. Sobre el resto, en realidad no hay opinión clara de la población (**)

Hay un cuarto tema que no me termina de convencer, pero siendo de índole más teórica mejor separarlo de lo anterior (que son problemas e insuficiencias de análisis). Y tiene que ver con el tema de ‘naturalización’. Básicamente, el informe opera con una oposición entre procesos que son vistos como naturales y procesos que son producto de deliberaciones colectivas. Cuando la sociedad maneja su destino es cuando hay discusión política y decisión colectiva. Otra cosa es ver los procesos como si fueran procesos naturales.

Ahora, creo que en eso hay una trampa. Todo sociólogo estaría inmediatamente de acuerdo con: ‘La evolución de las tecnologías no es un producto de la evolución natural. Es un acontecimiento histórico, condicionado por hechos culturales, políticos y económicos específicos, movilizado por actores con intereses particulares y que tienen imágenes determinadas acerca de la sociedad‘ (página 209) (***). Y estaría de acuerdo, digamos nuestro sociólogo medio, con la afirmación por motivos empíricos, porque sería sencillamente falso que el desarrollo tecnológico sea producto de una evolución natural.

Pero de ahí no se sigue que se tenga que realizar acción colectiva reflexiva (para que la sociedad ‘reine’ sobre estos procesos). Los procesos sociales que no siguen la lógica de acción colectiva conjunta siguen siendo procesos sociales. El lenguaje no se desarrolla a punta de grandes decisiones colectivas (sino más bien con múltiples decisiones separadas de múltiples agentes), y sigue siendo claramente un producto social -condicionado por hechos culturales, políticos y económicos específicos (y aquí puede seguir toda la cita del informe). O sea, de la falsedad que el proceso sea natural no se sigue per se la defensa de la acción reflexiva colectiva.

Por decirlo de algún modo, la oposición entre ‘la sociedad controla’ y ‘las tecnologías se manejan solas’ es una falsa oposición, porque los procesos de desarrollo tecnológico son procesos sociales (son parte de ‘la sociedad’). Que no sigan el proceso de deliberación colectiva pública es otra cosa. Pero al asumir una distinción doble (al reunir la distinción natural / social con el tema de la reflexividad colectiva de las decisiones), el Informe sencillamente no discute todas las posibilidades.

(*) Ahora, tampoco resulta tan extraño que el Informe no aborde ese tipo de posibilidades. Porque las proposiciones de regulación del Informe también tienen el defecto de provenir de una mirada muy restringida de las regulaciones sobre Internet. La condición tercera (promover regulaciones que resguarden los derechos de las personas) se transforma inmediatamente en una regulación para protegernos de los peligros de Internet: ‘Algunos derechos de las personas pueden verse vulnerados por la expansión de las NTIC y algunos de sus usos pueden tener efectos nocivos. Estos riesgos se despliegan en dos niveles, que están relacionados. El primero se refiere a los riesgos para la subjetividad individual que resultan de algunos usos nocivos de las nuevas tecnologías, derivados de la dependencia y del aislamiento. El segundo alude a las amenazas para ciertos derechos en el mundo de las redes, como la violación de la privacidad y las posibilidades de control casi permanente de las personas‘ (página 204). Ahora, lo que desaparece de esta discusión es las propias NTIC como espacio para ejercer derechos y la defensa de algunos derechos que existen actualmente con respecto a las NTIC que pudieran verse vulnerados. Se habla que las regulaciones deben ser compatibles con la libertad de las personas, pero esto tiene que ver con los límites de la regulación, no con el hecho que -en torno a los temas de regulación legal- quizás las NTIC fueran no solamente un riesgo.

(**) Lo que por cierto bien nos puede hacer concluir que si la sociedad está dividida sobre todos los temas d tecnología con la sola excepción de que sirven para el desarrollo económico, una mirada del Estado que enfatice el desarrollo económico es la única que refleja lo que hay de consenso en la sociedad. Pero dejemos la disgresión aquí. Lo relevante es que hay un punto de datos que no fue analizado con toda propiedad, y que afecta las conclusiones descriptivas.

(***) Corto ahí la cita porque el ejemplo que da el PNUD no es de lo más afortunado. Nos plantea que mucho de cómo era inicialmente Internet se debe a los intereses militares de defensa. Pero el hecho es que, aparte de la búsqueda de una red que fuera robusta frente a ataques, no hay muchas características iniciales de Internet que uno pueda pensar fueron diseñados desde la defensa. De hecho, inicialmente Internet era fuertemente académica (la web fue inventada en el CERN al fin y al cabo) y muchos de sus características estaban ordenadas en torno a los intereses de la comunicación académica: descentralización de los procesos decisionales (cada nodo decide sobre sus servicios), apertura de contenidos (cada nodo agrega contenidos a su gusto, sin control exterior). Parte no despreciable de la vulnerabilidad que da Internet a quien se conecta se basa en que en una red académica había pocas razones para limitar la conectividad, y por tanto el comportamiento default era la apertura de la conexión. Ahora, no es el tipo de cosas que uno asocie muy claramente a los militares.

Sobre una discusión sobre proyectos Fondecyt en Chilesoc

Y para evitar que se me olvide o quede perdida por ahí, que perdí mis buenos minutos buscando la información:

Supongo que no estará de más poner los proyectos ganados en el último concurso (2006, el realizado el año pasado) Fondecyt en Sociología:

1061034 ALENDA , STEPHANIE
FORMAS (NUEVAS) DEL MILITANTISMO EN CHILE: PARA UNA SOCIOLOGIA DEL COMPROMISO POLITICO.
(INAP, Universidad de Chile)

1060225 BAROZET , EMMANUELLE
¿QUE SIGNIFICA HOY SER DE CLASE MEDIA? ESTRUCTURAS,IDENTIDADES Y REPRESENTACION EN LA ESTRATIFICACIONSOCIAL CHILENA.
(Instituto de Estudios Avanzados, USACH)

1060087 DE LA MAZA ESCOBAR, GONZALO ANTONIO
INNOVACIONES, TRAYECTORIAS Y VINCULOS ENTRE SOCIEDAD CIVIL Y ESTADO EN LA POLITICA SOCIAL CHILENA (1990 -2005)
(Universidad del Bío-Bío)

1061166 DEL VILLAR MUNOZ, RAFAEL
NAVEGACION POR INTERNET: PROTOCOLOS PERCEPTIVOS, COGNITIVOS Y CORPORALES
(Instituto de Comunicación e Imagen, Universidad deChile)

1061011 GONZALEZ PARRA, CLAUDIO JUAN
DEVELOPMENT OF MODEL EXPLAINING THE RELATIONSHIPS BETWEEN IDENTITY, WELL-BEING, EXTERNAL FORCES AND INTERNAL DYNAMICS IN INDIGENOUS COMMUNITIES OF THE 8° REGION, CHILE
(Universidad de Concepción)

1060057 MAURO CARDARELLI, AMALIA ROSA
TRABAJO Y EMPLEO FEMENINO EN CHILE 1880 – 2000. SU APORTE AL DESARROLLO DEL PAIS DESDE LA ECONOMIA DOMESTICA, EL TRABAJO VOLUNTARIO Y EL TRABAJO REMUNERADO
(CEM)

1060018 VALDES SUBERCASEAUX, XIMENA
PATERNIDAD EN CHILE EN LAS CLASES POPULARES, MEDIAS YSUPERIORES EN EL MEDIO URBANO.
(CEDEM)

A primera vista, no parece estar cerrado a organizaciones (hay ONG, universidades grandes y menos grandes) ni a investigadores (hay gente de diversas trayectorias). Sobre el número de proyectos aprobados, díficil hablar sin saber el total de proyectos presentados (o la calidad de ellos). Así que no parece, a primera vista, la situación en Sociología ser tan desastrosa como la de Ciencias Políticas que mencionaba Huneeus.

BTW, a propósito de diferencias de prácticas entre disciplinas. Uno de los proyectos en sociología tiene título en inglés, en Física (de los 24 proyectos aprobados) todos están en inglés. Un titulo típico de proyecto: DYNAMICAL SYSTEM APPROACH TO NON-EQUILIBRIUM PROCESSES o TOPICS ON THE COVARIANT QUANTIZATION OFTHE SUPERSTRING.)

Ambas características nos muestran una diferencia de práctica y de orientación. La comunidad de investigadores físicos chilena le habla a la comunidad general de físicos (y por eso usa el inglés, y no sólo a la comunidad nacional, que es lo que habitualmentese intenta en nuestra disciplina, si es que se hace algo) y habla de manera general (y no, como lo haríamos nosotros: DYNAMICAL SYSTEM APPROACH TO NON-EQUILIBRIUM PROCESSES, THE CHILEAN CASE; THE COVARIANT QUANTIZATION OF THE SUPERSTRING IN METALLIC SOLIDS OF DOMEYKO MOUNTAINS). Entonces, pensemos en cómo personas que están acostumbradas a esas prácticas van a diseñar y van a pensar un sistema de concursos de investigación científica, y como van a mirar lo que se hace en ciencias sociales.

Las bases de investigadores, proyectos y otras cosas de Fondecyt están en la siguiente dirección

Una expansión sobre las tesis

En un post anterior desarrollamos las, muy no humildemente tituladas, ‘Nueve tesis y una nota’. Ahora, supongo que hay que hacer una modificación. En fin, que se le va a hacer.

Una de las ideas centrales de ese post es que el rechazo al sistema se basaba en un rechazo moral que coincide con una aceptación cognitiva (i.e se piensa el mundo de la economía en los términos que corresponden al sistema). Y a la vez que este rechazo moral era un rechazo a las exigencias del sistema sobre la persona, y en una reivindicación de independencia. Esto en parte se relaciona, entonces, con el hecho que el núcleo duro de rechazo en términos de modelo cognitivo es el mundo del trabajo. Del trabajo hablamos de justicia, de otras cosas (digamos) los precios ya no hablamos así.

Pero de hecho hay otros elementos en los que seguimos realizando un rechazo casi visceral: Todo aquello a lo que asignamos el estatus de derecho (educación es el ejemplo más claro en estos días, pero en principio también se aplica a salud). En el mundo de los derechos no corresponde hablar de mercado.

Y por tanto el rechazo que ocurre en el mundo del trabajo estaría relacionado entonces con esta visión de derechos. Derechos contra mercado (digamos, ciudadanos contra consumidores para usar una dicotomía usada con anterioridad). Pero he de reconocer que no me termina de convencer.

La oposición derecho / mercado ocurre al nivel ideológico, por decirlo de algún modo. Opera en el nivel de concepciones reflexivas, abstractas y que están relacionadas con opciones políticas. Lo interesante de la idea del rechazo como basada en una reivindicación de independencia, de no responder a exigencias de otros, opera a un nivel mucho más concreto y cercano a la práctica. Por decirlo de algún modo, es un rechazo que se vive cotidianamente; mientras que lo otro es una reivindicación que se vive en la movilización social (que nunca es cotidiana finalmente). Algo que se vive contra algo que se piensa.

Por lo que me atrevería a decir que:
a) La oposición al sistema basada en el tema de derechos es más débil, más intermitente, más distanciada de las decisiones cotidianas. En otras palabras, que llevado a cómo se vive la educación cotidianamente (desde elecciones de colegio hasta cómo se hacen las tareas en la casa) sencillamente no aparece. El rechazo a la idea que e dinero compre más o mejor educación sólo aparece cuando se piensa como parte de lo público, jamás cuando se piensa como privado. Mientras que el rechazo basado en la reivindicación de independencia / tranquilidad opera a todo nivel.
b) Que correspondería a un discurso que estaría más acotado, mientras que la reivindicación de independencia / tranquilidad debiera ser más extendida (aparecer en todas partes).

Pero, con todo, e incluso aceptando que no es el núcleo del rechazo, es un aspecto que no debiera dejar de aparecer en una descripción sobre la sociedad chilena. Que nos lleva a la obligación de cambiar el texto anterior. En fin, hay peores cosas en la vida supongo.

Nueve tesis sobre la sociedad chilena y una nota final

Ninguna muy brillante, pero las tengo hace un tiempo y dado que estoy pensando en hacer un proyecto FONDECYT basado en estas ideas, mejor que las empiece a escribir de una buena vez:

  1. Que a los Chilenos les disgusta, profundamente, el actual modelo económico.
  2. Que, producto de ese disgusto, los chilenos se refugian en sus familias (que, por cierto, entran en crisis porque nada puede resistir todo lo que los chilenos demandan de sus propias familias)
  3. Que producto de ese refugio, y para que las familias puedan tener mejor ‘calidad de vida’, entonces los chilenos trabajan y consumen como brutos.
    Que es lo que el modelo, básicamente, demanda de ellos; que muestra que el modelo no requiere apoyo desde el mundo cultural. En otras palabras, que el modelo no requiere de refuerzo ideológico.
  4. Que lo anterior se nota por el tipo de defensa que aparece, cuando aparece, en la opinión pública. Los viejos modelos socialistas, que fueron inculcados a punta de escuelas de cuadros, de enseñanza popular y otros -que operaban en el modo de la discusión, la conversación, el convencimiento. Para decirlo de otro modo, el modo en que operan los evangélicos, que es finalmente lo que requieren las conversiones al parecer. Pero nada de eso resulta necesario aquí.
  5. Que el disgusto es un disgusto moral. Cuando los chilenos miran la economía en términos morales, de justicia, no les queda otra conclusión más que plantear que el sistema refuerza hábitos perversos.
  6. Que el disgusto se basa en una incompatibilidad con las exigencias demandadas de la persona (de la cantidad de trabajo, de relaciones que se viven como poco humanas). Lo que el chileno desea es que lo dejen tranquilo (i.e por eso el sueño es siempre vivir en provincia, donde uno puede almorzar con tiempo). Sus deseos de independencia, finalmente, son deseos de tranquilidad, no de emprendimiento (En otras palabras, de verdad son deseos de independencia: de poder rechazar las demandas de otros).
  7. Que los Chilenos, en todo caso, recogen la lógica del sistema cuando hablan en términos cognitivos. Y así dirán que en tal mercado no funciona porque no hay suficiente competencia.
  8. Que el peso de lo cognitivo/moral varía entre ámbitos, pero hay uno que por excelencia sólo se discute en términos morales. El discurso sobre el mundo del trabajo es siempre en términos de justicia (de los salarios se habla en términos de justos/injustos, del empleo como derecho, de las condiciones laborales como dignidad).
  9. Que ningún chileno común y silvestre jamás se ha sentido tocado por la idea del desarrollo o por las oportunidades históricas de convertir a Chile en un país desarrollado.

Ultima acotación: Que posiblemente varias de esas tesis tengan mucha mayor aplicación que solamente Chile.

(Y ahora esperemos que efectivamente funcione lo del Fondecyt y podamos ver cuanto de lo anterior queda en pie después del contacto con los datos. Que con las ideas debiera pasar lo mismo que Clausewitz decía con respecto a los planes militares, que ninguno sobrevivía el contacto con el enemigo. Espero que no sea necesario plantear que el enemigo de las hipótesis son los datos)

De las posibilidades electorales de la derecha

Desde, digamos, 1938 la derecha ha ganado una sola elección presidencial en Chile (Alessandri). La derecha ha gobnernado más tiempo (no sólo durante la dictadura, sino dentro de los gobiernos radicales), por cierto ha sido una fuerza electoral y política bastante poderosa. Pero no puede ganar elecciones presidenciales. En algunos casos, como lo estudió Moulian hacie tiempo, de puro bruta, como en el caso de la elección de Gonzáles Videla.

Ahora, ¿por qué la derecha no puede vencer ahora en Chile? Al fin y al cabo, no parecen estar tan lejos de estarlo (han mostrado capacidad para acercarse a un 45%-48% en elecciones presidenciales de los votos válidos, que son los únicos que importan en estos menesteres).

Respuesta número 1: Bueno, no necesitan vencer. Ya tienen suficiente poder y con los porcentajes que tienen bien pueden actuar limitando lo que hacen las fuerzas políticas en el poder. Para un sector que, presuntamente, defiende los intereses de los grupos dominantes, sería todo lo necesario. Ahora, he de reconocer que no me termina de convencer. Independiente de lo anterior, las fuerzas políticas desean ganar en el sentido de ocupar los puestos de gobierno. Y si bien es cierto que adquieren ciertos puestos (parlamentarios, comunales) los puestos del centro del Estado siguen estando fuera de su alcance. Para una colectividad política no poder tocar un ministerio en un tiempo largo ha de contar como derrota. En particular, una colectividad política que sí tiene una cantidad de votación adecuada.

Respuesta número 2: La derecha tiene un problema estructural con la opinión pública. Por cierto, cuando uno plantea dos respuestas, la segunda es la que uno prefiere, así que elaboremos y defendemos esta opinión.

En parte, la derecha tiene un discurso más bien limitado. Aparte de seguridad, ¿en qué otro tema han logrado posicionarse como mejor que el gobierno? Creo que en ninguno. Y básicamente, no basta con un tema para lograr el gobierno.

Pero creo que lo fundamental es otra cosa. Básicamente la sociedad chilena piensa que el actual modelo probablemente es la única /la mejor alternativa; que otros caminos no van a funcionar muy bien. Pero al mismo tiempo, rechaza profundamente el modelo, para decirlo más claro no le gusta para nada. En ese sentido, la Concertación que administra un modelo con el cual claramente tiene resquemores representa, casi idealmente, su propia posición. En otras palabras, reconoce el disgusto. Ese disgusto, aunque pueda no tener consecuencias prácticas, pareciera ser, en ese sentido, relevante.

En otras palabras, lo que le falta a la derecha para ganar una elección presidencial es una distancia corta. Pero, al parecer, extremadamente difícil de cruzar.

Una nota sobre la proyección de los grupos bajos

Se me hizo notar el otro día que había un problema con mi comentario sobre el PNUD y su olvido de la vocación proyectiva de los sectores bajos: Que el proyecto de los grupos bajos (educar a sus hijos) no parece tan ‘proyecto’. Al fin y al cabo, los sectores medios también lo hacen. Y si es por ‘subjetividad’. ¿no sería el proyecto de los indigentes el conseguir dinero para el día? Básicamente, que el argumento usado lo que hace es quitar a la idea de proyecto toda utilidad.

Ahora, creo que el argumento no es suficiente. Porque el tema es que para los grupos bajos el educar a sus hijos (el darles la mejor educación) es un proyecto porque es algo difícil, que requiere planificar y programarse, que si no se planifica lo más probable es que no resulte. O sea, es algo posible que requiere esfuerzo. Para los sectores medios, la educación de los hijos no es proyecto porque, finalmente, no es un tema, no es algo que se ponga en duda. Por algo en los grupos medios, al preguntarsele por proyectos el tema de educación no aparece. Lo que constituye proyecto (algo complejo que depende de una buena organización para que pueda suceder) depende de las circunstancias. Para mí varias cosas son proyectos que para alguien en una situación económica más acomodada (digamos Piñera) no requiere de proyecto, es algo cuya factibilidad sería obvia.

Y esa es la diferencia entre los grupos bajos y medios. Los sectores medios se moverían entre lo que se da por descontado y lo imposible. No hay lugar para un proyecto, y menos para proyectos que logren orientar la propia vida. Los grupos bajos tienen, aparte de lo que se da por descontado (i.e que no se morirán de hambre) y lo imposible, el espacio de los proyectos: lo que s es posible de lograr si uno se planifica para ello. Y eso sería lo que habría olvidado el PNUD.

A propósito de los proyectos y ese tipo de cosas, o del informe PNUD del 2004

A propósito de una conversación del otro día -en la que la perdida de mi tradición personal de criticar los informes del PNUD fue hecha notar- procederé a hacer su continuación.

Y de hecho a discutir que el informe del poder del PNUD no hace uso (o no hace uso suficiente, seamos más sensatos en la crítica) de uno de los hallazgos más interesantes. Parte de los estudios de base del informe fue, como siempre, un estudio de grupos de discusión (realizados por la Universidad de Chile, bajo la dirección de Manuel Canales, estudio en el que participé).

Ahora, uno de los temas más interesantes decía relación con la postura de los diferentes grupos sociales con respecto al tema de sus proyectos. Porque el caso es que el grupo más ‘proyectado’ eran los pobres. Los únicos que además de sueños e ideas tenían un proyecto. Un proyecto que funcionaba como proyecto tanto en el sentido de:

  1. No ser solamente una expresión de deseo (‘me gustaría hacer esto’) sino implicando planificación y acciones específicas (‘estoy es lo que hay que hacer’)
  2. Basarse en un fuerte sentido ‘realista’ de las limitaciones y posibilidades. El proyecto se asume como difícil, con diversos peligros a la mano, pero en esencia realizable.

En ese sentido, los pobres estaban plenamente en el mundo del proyecto, en el mundo de lo posible. Los grupos medios, a lo más, estaban en el mundo del deseo (‘sería tan bueno hacer esto’) pero nunca con la capacidad de ordenar la propia vida que implica tener un proyecto.

Por cierto, el proyecto de los grupos pobres era bien claro y universal: la educación de sus hijos. He ahí lo que funciona como principio ordenador de sus actividades.

Pero el informe, aunque algo reconoce de lo anterior, no lo destaca lo suficiente, prefiriéndose centrarse, en mi impresión, a las dificultades de proyección de los grupos bajos. O sea, a decir -nuevamente- que los grupos de menores ingresos están en una posición compleja y vulnerable. Pero eso lo sabemos, lo interesante era destacar lo otro.

En cualquier caso, el mundo está lleno de oportunidades desaprovechadas. Una más no cambiará profundamente las cosas.

Acerca de lo conservador de los chilenos

Este fin de semana -de largas inauguraciones presidenciales- Carlos Peña publicó un artículo en El Mercurio acerca de lo conservador de los Chilenos. Para ser precisos, acerca de lo poco conservador que somos. Una ‘acusación’ de la que Peña quiere salvarnos (porque, claramente, ser conservador es mala fama, como nos dice Peña al final del artículo).

Y Peña nos dice que los chilenos no son conservadores porque: ‘Si nos atenemos a los datos -la tosca y fea realidad- la verdad es que de conservadores los chilenos tenemos poco. Por el contrario, la evidencia disponible muestra que hace tiempo dejamos de orientar nuestra vida por el ayer y por la tradición (que es, detalles más o menos, como la literatura define una actitud conservadora).’ Porque la familia es más pequeña, el matrimonio es menos estable, la sexualidad no está atada al matrimonio y muchas cosas más. Y todo ello ‘-hay que subrayarlo- se ha normalizado. Ya no merece repulsa social’

Supongo que nadie que piense que Chile es conservador -una opinión que no sólo es compartida por ‘foráneos’ a los que hay que explicarles como funciona nuestro país- no sabrá que esas cosas pasan en Chile. Y por tanto uno podría concluir prontamente que no es por ello que se plantea que Chile es un país conservador.

Veamos la siguiente cita -que me dice que Peña vive en otro país: ‘Ser gay ya no es una conducta vergonzante y hace poco vimos, sin ningún escándalo, a una madre lesbiana reclamar el derecho a educar a sus hijos’ He de decir que debe ser una novedad para muchos homosexuales saber que no es una conducta vergonzante, y que los chilenos dejamos de ser homofóbicos. No habrá que confundir el hecho que no es de rigor decir que son una abominación con el que sean aceptados como personas normales. Y recuerdo bastante bien que, incluso en ámbitos supuestamente ‘progresistas’ el tema de la madre lesbiana resultó bien complejo.

O nos dice que el parentesco es casi electivo. En lo que creo es una mala lectura de lo que pasa en las familias ‘quebradas’ con multitudes de parientes. Porque, desde el punto de vista de los hijos, lo que pasa es una expansión de la familia, no una elección: Ahora usted tiene dos conjuntos de tíos no uno. Peña nos dice que ‘el parentesco se hace casi electivo y en una vida humana no es raro encontrarse con dos o tres vínculos’ por lo que me parece que está pensando como figura central del parentesco en la pareja. Las familias chilenas nunca se han organizado en torno a la pareja, ese nunca ha sido el eje central. El tema central era (y es) la relación madre-hijo. Y desde ese punto de vista, siguen siendo tan poco electivas, y valoradas precisamente porque no lo son, como siempre.

Las dos disquisiciones anteriores lo que nos muestran es, fundamentalmente, el hecho que los liberales en Chile en realidad no tienen mucha idea de como funciona la sociedad (en lo que creo están acompañados por casi todo el mundo, porque a pesar de tener muchos sociólogos, la sociedad chilena no es muy conocida).

En cualquier caso, el tema central es que -sencillamente- los atributos de conservador y liberal que usa la discusión de la elite publica no tienen ninguna aplicación a la sociedad chilena. Los chilenos no son conservadores, tampoco son liberales, y menos están en el medio. Sencillamente la distinción no tiene sentido. Y eso es lo que se olvida, y muestra que no se conoce muy bien como funciona nuestra sociedad.

Pensemos en los homosexuales, en los embarazos adolescentes, en las parejas separadas. Todo estudio en el que he participado me indica que los chilenos (digamos, el pueblo al menos) siempre usan el mismo esquema mental:

  1. He aquí que tenemos un problema
  2. He aquí que dedicarnos a la monserga moral es una pérdida de tiempo, porque no nos soluciona el problema concreto
  3. Bueno, ¿que hacemos para solucionarlo?

Los chilenos, es cierto, puede que no usen la ‘tradición’ en la forma en que enfrentan estas situaciones. Lo cierto es que tampoco hablan de ‘derechos’ o de ‘libertades’. Usan una aproximación concreta de algo que ven como un problema.

Ahora, y con esto volvemos a porque los chilenos se ven a sí mismos y son vistos como conservadores, el esquema que hace que todas estas cosas sean problemas, el mundo que se asume como ‘ideal’ corresponde a una visión tradicional. Es cierto que los padres pueden llegar a asumir que su hijo sea homosexual. El caso es que claramente preferirían que no lo fuera. Es posible que los parentescos son ‘casi electivos’, el caso es que no se desea que sea así.

El modelo que tienen los chilenos de la buena vida sigue siendo tradicional, a pesar de que vean que el modelo no es muy asequible. No por nada, y esto es para mí una muestra muy clara de la fuerza del conservadurismo, los valores conservadores y tradicionales no son los valores tradicionales y conservadores, son ‘los valores’.

En cualquier caso, no debiera extrañar que, en una sociedad tan segregada como la chilena, las elites hablen en un idioma que es, francamente, inentendible para el resto de la población.

Un par de notas sobre los ’emprendedores’ en Chile

Algún día voy a ocupar este blog para armar una lista de mitos sobre nuestro pobre país, pero por ahora bastará con discutir las cosas que se dicen sobre el sentido emprendedor en Chile.

Lo primero, es que el fenómeno está sobredimensionado. Se tiende a pensar con respecto a todas las gentes de la PYME (o de las microempresas) como emprendedores. Y creo que ese no es el asunto ni una buena descripción. Porque lo que lleva a las personas en Chile a dejar de ser ’empleados’ y a buscárselas no es un sentido del emprendimiento. No es una búsqueda de ‘crear cosas’ y todo eso que se dice al respecto.

Creo que es algo mucho más simple: El chileno trabaja independiente o en su propio negocio por un deseo de no tener un jefe. Algo que puede estar acompañado de actitudes muy tradicionales (una alta valoración de tener dinero ‘todos los días’ más que esperar un sueldo; o una baja valoración sobre el aumento de ganancias). Como me pasó en un estudio en Pomaire, la principal ventaja de trabajar por la propia cuenta es que si uno no quiere trabajar un buen día, no lo hace. Un deseo de autonomía, no un ‘espíritu de superación’ es lo que está detrás del asunto. No tener quien pueda dar ordenes (y en eso, hay que decir que los chilenos son muy ‘clásicos’: el repudio de los viejos griegos al trabajo asalariado tiene la misma base de no recibir órdenes de otra persona).

El segundo punto tiene que ver con el hecho que se piensa que los indigentes en Chile lo que necesitan es que les enseñan a cómo ser buenos ’emprendedores’. Así que hay que capacitarlos. Ahora, después de participar en un estudio de historias de vida con estas personas, lo que queda más claro es que su problema no es de ‘capacitación’ o de actitudes. Si algo tienen de sobra es capacidad para pensar y ejecutar negocios.

Los problemas de sus negocios no es actitudinal, sino estructural: Los indigentes, sencillamente, están más propensos a sufrir desastres y los desastres son más terribles: Se enferman más (ellos mismos o sus familias), sus casas sufren de mayores desperfectos etc. Y, al no tener los recursos acumulados (propios o de familiares y/o amigos) de las clases medias, cada problema implica una caída sustantiva, es un problema de mucha mayor envergadura. Crisis que en una persona de clase media implican un ajuste pero nada más serio, en el caso de los indigentes implican una amenaza mucho más grave. He llegado a pensar que ser de clase media es, al final, tener la expectativa que ninguna crisis es tan grave.

En otras palabras, los problemas de los ’emprendedores’ indigentes no se soluciona mirando el problema desde la óptica del emprendimiento. Es un asunto que proviene de la estructura de las situaciones y oportunidades que los aquejan. Ahora, que la estructura tiene importancia no debiera sorprender, espero, a un sociólogo.