Trayectorias de Trabajadores por Cuenta Propia, Chile 1999-2008

Analizar datos es, que se le va a hacer, una de las cosas más agradables del mundo en mi humilde parecer. Y habiendo, entonces, empezado a realizar tan placentera tarea con los datos de mi tesis, no estará de más -aunque sea de forma muy preliminar- mostrar algunos de los primeros resultados.

Datos y Metodología.

El lector bien puede saltarse esta sección si quiere ir directo a los resultados. Pero hay que describir de donde salen estas cosas: La fuente de los datos es la Encuesta de Protección Social, que permite trabajar con historias laborales (en principio desde 1980). Ahora bien como las historias laborales en la EPS son recogidas por memoria, y bien sabemos que de la memoria de los entrevistados no cabe exigir demasiado, hemos pensado que 1999 (a 3 años de la primera ola, realizada el 2002) puede ser un buen punto de inicio. Se finaliza el 2008 de forma de tener una década completa -que permite que ‘sucedan’ diversas cosas en la historia laboral-, y porque es el último año del cual se tiene información completa en la EPS (la EPS 2009, la última publicada, no tiene datos de todos los casos para todos los meses 2009).

Se usaron solo casos con información completa (i.e sin brechas y que respondieran todas las olas), y se usaron -dado que nos interesan trabajadores por cuenta propia- casos de personas que tuvieran al menos una de sus situaciones laborales como trabajador de este tipo. Esto arroja un total de 3.282 casos para análisis.

El análisis realizado fue análisis de secuencias (se usó en particular el paquete TraMineR para R –aquí el manual en línea-). Las secuencias fueron generadas mediante combinación de condición laboral (trabaja, desocupado e inactivo) y de categoría laboral (empleador, cuenta propia, asalariado, otros -por ejemplo, Familiar No Remunerado). Ellas fueron simplificadas para el análisis a 4:

  1. Empleador
  2. Cuenta Propia
  3. Dependiente (incluye asalariado y otros)
  4. Sin Trabajo (desocupado e inactivo).

Otros tenía menos de 1 mes promedio por persona por lo cual en general resultaba mejor -para simplificar el análisis- reunirlo con asalariados (todos los otros eran, de una forma u otra, dependientes). Y aunque la diferencia entre desocupado e inactivos es muy importantes, para nuestros propósitos lo más crucial es sencillamente que ninguno de ellos trabaja).

Para generar segmentos -que es uno de los usos comunes de este tipo de análisis- se usó como medida de distancia Optimal Matching (hay otras alternativas, pero OM tiene más tiempo y algo mejor lo conozco, aún cuando se ha discutido bastante sus limitaciones en la literatura), y los grupos fueron generados mediante un cluster jerárquico (usando Ward como mecanismos de aglutinación).

Y ahora a los datos.

 

Resultados Generales.

Antes de describir los segmentos, resulta de interés -en todo caso- determinar algunas características generales de las historias: ¿Cuanto tiempo pasan nuestras personas en cada estado? ¿Por cuantas situaciones laborales pasan las personas? ¿Que tipo de secuencias de estados son las más comunes?

Los resultados de todas estas preguntas llevan a una conclusión clara: los trabajadores por cuenta propia no son, finalmente, un conjunto de personas aparte y claramente separado del resto.

En primer lugar, porque entre quienes han tenido esa experiencia, el porcentaje de tiempo (en una década completa) que están como trabajadores por cuenta propia es menos del 50%. Específicamente, un 46,2%.

Tabla 1. Tiempos Medios por Estado.

Variable Empresario Cuenta Propia Dependiente Sin Trabajo
N° Meses (en 10 años) 5,5 55,4 29,8 29,3
Porcentaje 4,6% 46,2% 24,8% 24,4%

En segundo lugar, y claramente asociado a lo anterior, porque sólo tener como experiencia ser cuenta propia es algo relativamente escaso entre estos trabajadores: Sólo un 11% de las trayectorias son de trayectorias de personas que sólo han sido trabajadores por cuenta propia. El gráfico muestra además que en nuestros datos existe una gran variedad de secuencias (las 10 primeras suman sólo un 44.2% de ellas)

Gráfico 1. 10 Tipos de Secuencias más Frecuentes (en Porcentaje)

Gr+ífico_1_-Secuencias_m+ís_frecuentes

Esta diversidad de secuencias (y estamos observando sólo en términos de pasos en ellas, no tomando en cuenta la duración) hace entonces preguntarse también, ¿cuantas situaciones pasa alguien que ha sido trabajador por cuenta propia en una década? Los números al respecto son bastante claros, en promedio son 3,98 situaciones (o sea, la duración por situación es de alrededor 2,5 años en promedio). La mediana es 3, y el cuartil 1 ocurre en 2 situaciones y el cuartil 3 tiene 5 situaciones (o sea, el 50% de los casos tiene entre 2 y 5 situaciones distintas en 10 años). El máximo en la muestra es de 28 situaciones distintas (que es casi 3 por año). Si tomamos en cuenta que la medida de cambio de situación es sólo el cambio de categoría laboral y no incluye, por ejemplo, cambiar de trabajo siendo en ambos asalariado, podemos observar la inestabilidad de estas trayectorias.

La diversidad de trayectorias envía de inmediato a la siguiente pregunta: ¿Qué tipos de trayectorias existen?

3 tipos de trayectorias entre trabajadores por cuenta propia.

Una clasificación jerárquica tiene la ventaja que permite, al observar el dendrograma completo, determinar visualmente el mejor número de grupos, y además permite establecer cómo ellos se relacionan entre sí. El dendrograma generado para este análisis muestra que 3 es el número más adecuado para clasificar (como lo muestra con claridad el gráfico 2). De hecho, realice algunos análisis con otro número de grupos (6 que correspondía el punto en que cada uno de los principales se dividía), pero no arrojaba mayores diferencias. También nos muestra el dendrograma que dentro de estos 3 grupos centrales hay dos que están más cercanos entre sí (el grupo de la derecha es el primero que se diferencia). En los gráficos y tablas que se presentan a continuación entonces los Grupos 1 y 3 son más cercanos entre sí que lo que lo son en relación al Grupo 2.

Gráfico 2. Dendrograma de Historias Laborales de Categoría.

 

dendograma_4_condcat

Una primera forma de determinar en qué consisten estos segmentos consiste en observar la evolución de los estados a lo largo del tiempo, que es lo que muestra el siguiente gráfico (la escala es mes, por lo que y229 se refiere al mes 229 desde el inicio del período de la EPS, que es Enero de 1980, para publicación serán corregidos estos problemas)

 Gráfico 3. Evolución de Estados Laborales entre Segmentos

 

seqdplot_4_condcat_3_grupos

Los resultados nos muestran que:

  • El G1 (40,2% de la población) es claramente un grupo de alta predominancia de trabajadores por cuenta propia (aun cuando esta es algo más baja posteriormente)
  • El G2 (36,1%) es un grupo de trabajadores asalariados que convive con períodos de independencia (y de estar sin trabajo)
  • Y finalmente el G3 (23,7) es un segmento de personas que no tienen trabajo pero que cuando lo hacen son trabajadores por cuenta propia.

Uno de los segmentos que aparecía en el análisis con 6 grupos era uno que combinaba ser empleador y luego pasaba a ser trabajador por cuenta propia (y era el único que tenía una personalidad propia al desglosarse en mayor detalle los grupos), este grupo queda subsumido en el G1 en la actual clasificación.

Estos resultados se muestran también con claridad cuando se examina el tiempo promedio de cada grupo en cada uno de los estados como se hace en la siguiente tabla:

Tabla 2. Tiempos Medios por Estado en cada Segmento (Porcentaje)

Estado G1 G2 G3
Empresario 7,7% 3,1% 1,7%
Cuenta Propia 76,5% 24,6% 27,7%
Dependiente 6,4% 57,1% 6,8%
Sin trabajo 9,3% 15,2% 63,8%

Efectivamente el G1 es un grupo centralmente de trabajadores por cuenta propia. Ahora bien, ni siquiera en ellos la mayoría sólo ha sido trabajador por cuenta propia: un 27% del segmento tiene ese tipo de trayectoria. Es además el grupo que tiene mayor presencia de situaciones empresariales (de hecho es tan común como ser dependiente para ellos).

El G2 es un grupo de asalariados que además tiene experiencias de cuenta propia: 57% del tiempo como asalariado y 25% como cuenta propia. Es interesante que este grupo tiene mayor permanencia sin trabajo que el G1 (15,2% contra 9.3%). Es además un grupo muy diverso en sus tipos de trayectorias: las 10 más comunes suman un 35,8% del total del grupo.

El G3 se define por el hecho de ser inactivo (64%), y que cuando trabaja tiende a ser cuenta propia (28%), más que dependiente. De hecho, las 4 secuencias más comunes del grupo son solo movimientos entre ser cuenta propia y estar sin trabajo.

Las referencias a la diversidad de trayectorias también nos hace preguntarnos sobre el número de situaciones laborales. Es relevante mencionar que sólo en el G1 es posible tener un solo estado (i.e el estado de ser sólo cuenta propia quedo en ese grupo, y dado que el universo tiene esa condición no es posible un sólo estado en los otros grupos). Los gráficos de Boxplot que se muestran  a continuación son una indicación, en todo caso, de la diferencia que existe entre los grupos a este respecto:

Gráfico 4. Boxplot de Número de Situaciones Laborales por Segmento

boxplot_4_condcat_3_groups

 

Los resultados nos muestran que claramente el grupo 2 es el de mayor dispersión (el único donde el rango intercuartil supera las 5 situaciones, y donde más se extiende la dispersión hacia arriba -aún cuando es el G3 el que tiene la mayor dispersión absoluta, producto de algunos outliers. Por otra parte, el G1 tiene una dispersión bastante más baja -el Cuartil 3 se ubica al nivel o debajo del nivel de Cuartil 1 de los otros segmentos. En otras palabras, a pesar que ser cuenta propia es un estado relativamente inestable, y que se tiende a combinar con otras alternativas, quienes se concentran en ser trabajadores por cuenta propia tienen mayor estabilidad (y por lo tanto menos cambios de estado).

Entre la inestabilidad y la estabilidad, la diversidad y las combinaciones de estado hay mucho que decir. Y eso que no hemos tomado en cuenta hasta ahora nada de su ubicación social (no hemos dicho quienes son), ni tampoco de sus otras características laborales (por ejemplo, que tipo de oficios o en que sectores de la economía trabajan). Pero todas esas cosas son para otras entradas sobre el tema.

La diferencia esencial entre las Ciencias.

El título de esta entrada -como suele pasar con los que definen una diferencia como la esencial- no deja de ser erróneo. Pero como lo que lo transforma en erróneo es, precisamente, parte del tema de la entrada, lo dejaremos.

La diferencia a desarrollar es la siguiente: En física existen conceptos, state space o phase space (estado fásico en castellano al parecer), que se refieren al conjunto de todos las posibles situaciones que puede adquirir un sistema (velocidad y posición en state space o momento y posición en phase state, de acuerdo al libro de divulgación que estoy usando sobre estas cosas -the Theoretical Minimum de Susskind y Hrabovsky, 2013). La posibilidad de establecer y determinar el conjunto de todas las posibles situaciones no es algo que ocurra en todas las ciencias: en aquellas disciplinas que descubren conjuntos que crean nuevos estados ello no es posible. Podemos determinar todos los estados conocidos hasta el momento y descubriremos, ya sea porque conocemos nuevos objetos o porque ellos son creados en el proceso, que ese conjunto estaba incompleto. Que este conjunto es, en un sentido fundamental, indefinido.

Luego, podemos diferenciar aquellas disciplinas donde es posible -en principio- establecer todas las posibles situaciones y donde ellas no es posible (o donde hacer eso es, irremediablemente, desconocer aspectos claves del funcionamiento de esos conjuntos). Las ciencias de la completitud y las ciencias de la incompletitud.

Ahora bien, esta no es una diferencia entre ciencias naturales y sociales -como cabría quizás suponer por parte de un sociólogo.Las ciencias biológicas están claramente en el lado de la distinción de la imposibilidad para definir el conjunto completo de estados posibles: la evolución es, finalmente, un proceso que crea nuevas posibilidades y nuevas situaciones. Si usamos, como ha sido hecho muchas veces y que ha mejorado bastante nuestro conocimiento del mundo, modelos de teoría de juegos -que suelen asumir que el espacio de las posibilidades, el juego, está ya determinado- estamos olvidando eso: Que algo que sucede en la evolución es la capacidad de crear nuevas estrategias y nuevos juegos.

Sin embargo, al interior de las ciencias de la incompletitud sí podemos distinguir entre las ciencias biológicas y las sociales en torno al tipo de proceso que causa esa incompletitud: el proceso que crea nuevas posibilidades. En el caso de la biología, el proceso evolutivo al ser darwiniano es, al mismo tiempo, no direccional, sin teleología alguna y sin intencionalidad. Pero en el caso de las ciencias sociales, teniendo también esos tipos de procesos, también ocurre que la creación de nuevas posibilidades puede ser a su vez deliberada y buscando alguna finalidad (más allá de que efectivamente lo logren, la sociología en cierta medida es la ciencia de las consecuencias no buscadas).

En otras palabras, tanto los procesos biológicos como los sociales son capaces de ‘cambiar las reglas del juego’, pero en los procesos sociales se suma la intencionalidad a ello y con ello la reflexividad se vuelve más radical. En todo momento en un proceso social está disponible esa posibilidad, siempre podemos decir: ‘entenderé X como Y’ y con ello crear una nueva palabra, o ‘¿y si mejor hago(hacemos) esto?’ y con ello crear una nueva regla o un nuevo juego. Al mismo tiempo, eso radicaliza el carácter indefinido e incompleto del conjunto de posibilidades: Cuando todo está en (posible) juego, y todo actor tiene la capacidad de no sólo jugarlo sino de transformarlo el carácter esencialmente incorrecto de toda tentativa de pensar en una aproximación pensando en definir todas las posibilidades aparece con claridad. Quien creyera que pudiera hacerlo al mismo tiempo se compromete a defender la idea que a nadie nunca se le podría ocurrir alguna posibilidad distinta.

La discusión nos permite entonces defender porque el título es inexacto: Porque esta diferencia es una de las diferencias, y la postura que plantea que es la más importante de todas es sólo una postura. Ciertamente no podríamos desechar la posibilidad que hay otra distinción, otra mirada, bajo la cual apareciera otra distinción, y que ella fuera más interesante o esencial que la postulada acá (y seguramente cualquier lector, e incluso el autor, puede ya pensar en ellas). Pero si ello es cierto, entonces -al menos- la idea de esta entrada pasa a ser  más plausible: Que ciertos procesos, entre ellos los, sociales (y discutir sobre el carácter de las ciencias es uno de ellos) se definen por su carácter de necesaria incompletitud en su descripción.

 

La emergencia de la Diversidad

Una de las características más claras del mundo es la diversidad de formas que existen (especies en biología, pero también podemos pensar en lenguajes). La pregunta es, ¿cómo se genera y se mantiene esa diversidad?

Un estudio reciente sobre evolución de levaduras, publicado en Science en Junio del 2014, (aquí un artículo de prensa y aquí el link al paper) ilumina un poco estas preguntas. El objetivo del estudio es algo distinto, pero después argumentaremos porqué nos dice acerca de diversidad: Es preguntarse por el rol de la contingencia en la evolución. Si la evolución es muy contingente, entonces cada vez que ‘se repitiera’ (si usáramos esa imagen) entonces daría un resultado distinto: aquí tal especie habría tenido como resultado X, pero aquí habría tenido como resultado Y. Lo que muestra el estudio es que, si se mantienen las condiciones constantes, entonces eso no sucede: Uno puede ‘repetir’ el juego y, a través de muy distintos caminos, al final se llegaría al mismo resultado (un óptimo de adaptación).

El experimento es relativamente sencillo: Se crean centenares de situaciones idénticas y se deja a una colonia de levadura evolucionar. Cada 12 horas se seleccionan la línea que está mejor adaptada (i.e la que crece más rápido), se descarta el resto. Tras 500 generaciones lo que se encuentra es que, aunque inicialmente las líneas tuvieron una alta divergencia, al final todas convergen a una solución óptima. Luego, la evolución -es la conclusión general- lleva a una sola forma que es la mejor adaptada.

Si alguien pensara que esto no dice relación con la diversidad sino con trayectorias evolutivas (el hecho que no sean tan al azar no debiera afectar el tema de la diversidad), debiera recordar que evolutivamente la diversidad emerge de esos procesos de divergencia. No es que el experimento nos diga: tomamos un conjunto de leones y al final la evolución de esa línea siempre será la misma, lo mismo si tomamos un conjunto de gatos domésticos. Porque, recordemos, tanto los leones y los gatos tienen el mismo origen y ambos pueden verse como divergencias a partir de una misma situación -que es precisamente lo que hace el experimento.

Entonces, ¿cómo se mantiene la diversidad a pesar que, como el experimento constata, hay presiones evolutivas hacia una solución óptima? La respuesta, en principio, es relativamente sencilla: Que la mantención de las situaciones, y las situaciones idénticas, es algo que no se da en la realidad. Ellas cambian y son diferentes, y al cambiar posibilitan entonces que esas divergencias iniciales se mantengan, se estabilicen y permitan construir diversas formas (especies).

Más aún, y esto creo es lo crucial (y algo que finalmente es sabido pero no sé si siempre se recuerda), es el hecho que ese ambiente, esas situaciones, están formadas por las otras especies. Luego, la propia diversidad genera las condiciones para que ella se mantenga (i.e dado que genera y amplia la cantidad de situaciones y de posibilidades de adaptación).

Pensando ahora en el mundo social, es importante enfatizar el resultado que aunque existan presiones hacia la convergencia por optimización la diversidad se mantiene empíricamente en el mundo (y más aún cuando la diversidad no funciona por optimización, como en el caso de los lenguajes, todos los cuales cumplen perfectamente la función de comunicar -y donde la presión a convergencia no es por adaptación a un óptimo sino sólo por presiones a relacionarse con otro). Esto puede parecer no muy relevante para nuestras disciplinas, pero sí pensamos que un modo de pensamiento usual en la economía es la de encontrar un óptimo, y luego suponer que entonces todas las situaciones se estabilizarán en ese óptimo, convergerán a él, vemos su relevancia.

Porque nos muestra que sí incluso ello sucede, la diversidad (i.e no converger en ese óptimo) no desaparece. Basta con que antes que esa tendencia a converger resulte, aparezcan cambios en las situaciones (que puedan cambiar esos óptimos en diferentes lugares). Y dado que es la propia diversidad la que genera esas situaciones, podemos pensar que la diversidad y la divergencia son relativamente auto-sustentables.

El liberalismo como pensamiento irreflexivo

Definiremos pensamiento irreflexivo como una postura que no examina sus propias condiciones de posibilidad. El título de esta entrada, entonces, quiere plantear que el pensamiento liberal (en general) no ha cumplido con esa condición.

Veamos algunas de las características tradicionales de este tipo de pensamiento para defender la tesis. Para la tradición liberal la buena sociedad se caracteriza por un respecto lo más irrestricto por la libertad de todos quienes viven en ella, y luego el único limite de la libertad es la libertad del otro (única función que se le asigna al Estado). Las personas libremente establecen acuerdos, y lo crucial es que ellos no sean coactivos. El conjunto de individuos decide libremente y se enfrenta al Estado -que es una máquina aparte de la sociedad, y que representando la coacción es algo a eliminar (o a disminuir). En última instancia, puede que lo anterior no sea factible de lograr, por diversos motivos, pero en principio es el ideal a aspirar y a buscar.

¿Por qué decimos que ha sido muchas veces una posición irreflexiva? Porque (a) asume sus principios, sin defenderlos, o (b) asume un tipo de actor del cual no da cuenta o, finalmente, (c) no muestra cómo ese ideal es sustentable.

Las declaraciones más claras de estos principios suelen simplemente asumirlos como válidos y luego sacar sus consecuencias. Se asume que la libertad es el fin y baremo de evaluación. Pero, ¿por qué lo es? Al fin y al cabo, no es el único que las personas usan efectivamente; y bien sabemos que la noción de libertad no es tan auto-evidente que no requiera defensa (hay quienes no creen en ello). Ahora bien, no es que esto resulte imposible (y de hecho hay formas de hacerlo), como que buena parte de la tradición simplemente lo pasa por alto. Dado que vivimos en sociedades donde la libertad es efectivamente un valor -y como defensores de la libertad se auto-definen casi todas las posturas ideológicas- es en la práctica un problema relativamente menor; pero es algo relativamente débil -y por lo tanto relativamente frágil cuando aparecen con fuerza quienes no creen en ese valor.

El segundo punto es probablemente más crucial. La crítica a la coacción y la idea que la libertad de uno se limita por el otro son, de hecho, producto de una cierta reflexividad basal. Si todos son libres, ¿qué se hace cuando los individuos se enfrentan? La expresión clásica de esto fue la de uno tiene derecho a ser libre hasta que llega a afectar la libertad del otro y de prohibición de violencia y coacción.

Ahora bien, ¿es esa reflexividad suficiente? Ella proviene de ubicarse en un punto de vista universal, de lo que sea válido para todos. Pero, el sujeto del liberalismo es un sujeto puramente individual, ¿por que éste tipo de sujeto debiera preocuparse de la posible universalización de la norma de libertad? En principio, se puede plantear que es la exigencia de racionalidad la que lleva a ocupar una posición universal, dado que lo que es racional debe ser universal. Aceptando eso, entonces cabe todavía el problema que esa forma del principio de racionalidad no es parte inherente al pensamiento liberal, debe ser traída desde fuera. Requiere de un tipo de actor con capacidades que van más allá de la búsqueda del logro de sus propios fines.

La insuficiencia de esa reflexividad básica se hace notar también cuando observamos que las acciones siempre tienen consecuencias, y luego siempre terminan afectando a otros. En ese sentido, no importa cual sea mi acción siempre alguien puede reclamar que su libertad estaría siendo coartada (tu ruido afecta mi posibilidad de estar tranquilo, luego limitas mi libertad). Para solventar estos conflictos, no queda más que decidir en conjunto efectivamente cuáles son esos límites en concreto, y que implica específicamente lo de no afectar la libertad de otros. Y nuevamente, entonces, para poder realizar el principio liberal se requiere de elementos que van más allá de la que éste reconoce.

Finalmente pasamos al tercer punto que dice relación con la sustentación de una sociedad basada en esos principios.  Supongamos entonces que efectivamente resulta posible instalar los principios de la libertad. ¿Cómo ellos se mantienen en la sociedad? La respuesta liberal siempre ha sido la de limitar el poder del Estado: División de los poderes, declaraciones de derecho, establecer una Constitución donde ello quede establecido. Pero eso es una ilusión. Porque el poder de rehacer las reglas es un poder imposible de eliminar, y luego pensar en que esas limitaciones se sostienen a sí mismas no es más que un facilismo del pensamiento.

Más aún, la concepción del Estado muestra en sí misma las dificultades que produce la irreflexión sobre estos temas. En general, la tradición liberal y en específico el pensamiento de Hayek -que ha tenido fuerte influencia en nuestro país-, se basa en la distinción entre los acuerdos espontáneos y libres de los individuos con respecto las intervenciones exógenas del Estado. Pero el Estado, finalmente, es un producto de esa misma espontaneidad. Del mismo modo que las personas espontáneamente llegan a acuerdos, llegan a crear el Estado (al fin y al cabo, el Estado surgió de situaciones sin Estado). Hay que intervenir en el proceso natural de las interacciones sociales para que se produzca el mundo liberal (algo que, de hecho, Popper por ejemplo reconocía con claridad), porque dejado a sí mismo las personas tienden a crear y a usar esos recursos coercitivos. En otras palabras, si me tomo en serio el principio de la espontaneidad de las interacciones, entonces el problema es que el supuesto contrario -el Estado- es parte plena de esa espontaneidad.

En ese sentido, buena parte de la tradición del pensamiento liberal es, si se quiere, radicalmente irreflexivo. Porque cualquier solución a los temas que hemos visto implicaría tomarse en serio nociones de sujeto y de Sociedad que esa tradición de pensamiento intenta disminuir y eliminar.

En última instancia, el liberalismo -en su búsqueda de la libertad individual- olvida muchas veces que es un pensamiento inherente social. No hay nada que el liberalismo le pueda decir a Robinson Crusoe -el individuo sólo- hasta que aparece Viernes. Pero lo que dice una vez que aparece Viernes no toma en cuenta cabalmente de lo que implica la aparición del otro.

 

No hay que olvidar, en todo caso que la reflexividad del pensamiento no asegura, ni augura, para nada su corrección. La teoría de sistemas o Hegel son posturas altamente autorreflexivas y, yo diría, equivocadas. Al mismo tiempo, no existe un deber de reflexividad, bien se puede estar en una postura adecuada sin ello. Sin embargo, sigue siendo una falta: Es un pensamiento que no se ha exigido a sí mismo a su propio límite, ni tampoco que ha examinado sus propias aporías, problemas y puntos ciegos. Digamos, es una oportunidad desaprovechada.

 

Nota sobre Liberalismo en Chile.

Las características anteriores son del pensamiento liberal en general. Ahora bien, en Chile esto es particularmente manifiesto porque no tenemos pensamiento liberal local. Lo que tenemos es, mejor o peor hecho, exposición de las posturas liberales. Lo cual no deja de ser curioso porque de prácticamente cualquier otra postura intelectual sí existe, o existió -nuevamente, no nos interesa si bien o mal hecho- un pensamiento local. En el caso del conservadurismo y el tradicionalismo, Eyzaguirre, Góngora o incluso más cercano a la actualidad Pedro Morandé son personas que se dedicaron a explorar y a desarrollar un pensamiento conservador propio (i.e no se limitaron a decir lo que otros dijeron). En el caso de orientaciones más izquierdistas -en toda la amplia gama desde orientaciones más socialdemocrátas a más radicales- tenemos autores como Lechner, Salazar etc. Pero en el caso del liberalismo local, me da la impresión que no se ha salido del nivel de la exposición.

La Dificultad de la Reproducción. Notas sobre la Noción de Habitus en Bourdieu

A pesar de todos los esfuerzos de Bourdieu por alejarse tanto del objetivismo como del subjetivismo resulta relativamente común escuchar críticas que lo ubican en una posición objetivista. Por ejemplo:

Thus Bourdieu efforts to ‘trascend’ the opposition between objectivism and subjectivism in the end seem to boil down to little more than lip service to the intention to transcend it combined with a decidedly objectivist slant in actual practice (Van der Berg 1996: 219)

En esto el concepto de habitus resulta central: Si el habitus es una disposición basada en las circunstancias estructurales ¿qué lugar habría para la acción en ello? Sería un resultado estructural, y las personas simplemente ejecutarían la estructura. Hay un espacio para la acción pero este es relativamente irrelevante. El habitus es una forma de reproducción:

Sino que en general la teoría de Bourdieu bien podría ser considerada una teoría de la morfoestasis, pues las diversas prácticas sociales, en la medida en que vienen gobernadas por el habitus, contribuyen a la reproducción de las condiciones sociales objetivas en que este ha sido producido. De alguna manera es como si el habitus tendiera a su propia reproducción a través de las prácticas de los agentes (Aguilar, 2009: 20)

Y en esa reproducción el espacio para la acción no parece ser muy relevante, es algo relativamente trivial (‘no es más que’ en la siguiente cita de Martuccelli)

El habitus es la incorporación de un espacio social estructurado, gracias al cual la historia y la acción de cada agente no es más que una especificación de la historia y las estructuras colectivas de clase (Martuccelli 2013: 112)

Incluso entre quienes enfatizan el carácter abierto del habitus (o sea, recuerdan la parte que es una estructura estructurante) no pueden dejar de mencionar sus limitaciones al respecto. Hay acción, porque el habitus no determina, pero ella no innova:

Sin abundar en sutilezas lógicas, es evidente que una cosa es la contingencia relativa de las prácticas, su no-determinación, y otra su creatividad o su carácter innovador. Nuestra propuesta al respecto es que el concepto de habitus, más que fundamentar la creatividad de las prácticas, la presupone y la contempla como posibilidad (Cristiano 2011: 50)

En general, entonces la sociología de Bourdieu lo que hace es minimizar la acción, dado que se centra más bien en reproducir la estructura (dentro de ciertos límites, no está completamente determinado).  Más allá de lo correcto de estas visiones (¿puede explicar Bourdieu el cambio o la creatividad?), lo que nos interesa más bien es enfatizar un elemento que muchas veces queda escondido en estas discusiones: El hecho que la reproducción implica un trabajo importante, que requiere de toda la capacidad de acción del agente. Puede ser cierto que la teoría del habitus no de cuente de las dimensiones por las cuales se la ha criticado, pero es necesario insistir en el papel de la acción en él, un papel no limitado a ocupar los ‘grados de libertad’ que otorga la estructura.

En relación a sus estudios etnológicos en Béarn (en Francia) Nieto Calleja nos recuerda que:

Bourdieu propone que el individuo es un agente social impulsado por un interés, personal o colectivo (su grupo, su familia) y por ello realiza sus prácticas en el marco elaborado por sus habitus. Es decir que, sobre la base de un conjunto reducido de algunos principios normativos, que corresponden a una posición social y una condición material, el agente desarrollará la estrategia que mejor se adapta a sus objetivos, Aplicada al campo de parentesco, esta perspectiva permite mostrar a las personas tomando decisiones cruciales para los matrimonios de sus descendientes; y al hacerlo los agentes determinan, preservan o mejoran la condición social de la familia (Nieto Calleja, 2012: 484)

Richard Swedberg nos recuerda, en relación al análisis de la compra de la casa en Las Estructuras Sociales de la Economía que:

As the sales agent knows, most buyers dream of a house that is very far from what they can afford. If they are to end up with a house at all, they typically have to choose something that is quite different from their original vision. The sales agents, in short, have to convince the buyers to settle for less. They have to engage in what Bourdieu describes as ‘a work of mourning’ (Swedberg 2011: 77)

En ambos casos las citas debieran dejarnos en claro que en esas situaciones que el actor efectivamente está actuando: No está limitado a repetir una estructura. Para el actor hay mucho en juego (los hijos pueden no casarse o casarse ‘mal’, la casa puede no venderse o puedo comprar/ vender una mala casa). Desde la perspectiva de la reproducción puede que ello no sea muy relevante (en cualquier caso la estructura se reproduce), pero esa reproducción requiere de un actor que está realizando un trabajo que es difícil y que requiere toda su atención.

Lo que nos muestra entonces Bourdieu, con todas las fallas que pueda tener su argumentación, es algo que no debiéramos olvidar: la reproducción de la vida social es una tarea que requiere de todo el esfuerzo de los actores. Y es por ello que el actor es actor en la reproducción. No es extraño encontrar a veces autores (por ejemplo, dentro de la sociología francesa, es como se puede interpretar a Dubet en la Sociología de la Experiencia) para quienes sólo hay acción cuando se sale de la tradición o de la reproducción, el actor es realmente actor cuando crea algo nuevo. Pero eso implica trivializar el logro práctica de realizar las acciones para la reproducción.

Al fin y al cabo, es desde el punto de vista de la ‘estructura’ que es trivial lo que sucede en esas situaciones, pero para los actores lo que está en juego es crucial (la diferencia entre que las ‘cosas salgan bien’ o mal es central para ellos). No deja de ser curioso, entonces, que sociologías que presumiblemente defienden al actor evalúen las situaciones desde el punto de vista estructural, y pierdan de vista lo que es importante para el actor.

 

Referencias.

Cristiano, Javier (2011) Habitus e Imaginación, Revista Mexicana de Sociología 73, 1: 47-72
Martuccelli, Danilo (2013) Sociologías de la Modernidad. Santiago: LOM. Original de 1999
Nieto Calleja, Raúl (2012) Pierre Bourdieu: Etnólogo, Sociólogo y Antropólogo pp 469-503 en Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales (De la Garza Toledo y Leyva eds) México: FCE
Swedberg, Richard (2011) The Economic Sociologies of Pierre Bourdieu, Cultural Sociology  5, 1: 67-82
Van der Berg, Axel (1996) Is sociological theory too grand for social mechanisms? pp 204-237 en Social Mechanisms (Hedström y Swedberg eds) Cambridge: Cambridge University Press

De la Impotencia del Entendimiento

Entre las ilusiones perennes de los intelectuales se encuentra la de pensar que el pensamiento, el recto y correcto pensamiento, puede ser defensa contra la barbarie y la violencia. Son los pensamientos equivocados, se piensa, los que justificando dichas acciones las promueven. Es, por lo tanto, una de las responsabilidades de quienes se dedican a estos asuntos evitar tales errores.

El mal pensamiento se caracteriza, entonces, porque puede ser usado para defender la violencia y la inhumanidad. Puede que estos actos no sean producidos sólo por un pensamiento equivocado pero las ideas erradas son parte importante de sus causas (pensemos por ejemplo en la frase de Weinberg sobre ‘but for good people to do evil — that takes religion’). Así Horkheimer en la Crítica de la Razón Instrumental, que independiente del interés de sus otros desarrollos, nos muestra un ejemplo de un defensor de la esclavitud en el Sur de Estados Unidos a mediados del siglo XIX:

Aunque O’Conor todavía se vale de palabras como naturaleza, filosofía y justicia, todas ellas están ya enteramente formalizadas y no pueden afirmarse frente a lo que él considera hechos y experiencia. La razón subjetiva se acomoda a todo. Ofrece sus servicios tanto a los adversarios de los valores humanitarios tradicionales como a sus defensores. Provee a las necesidades tanto de la ideología de la reacción y del lucro, como en el caso de O’Conor, como a la ideología del progreso y la revolución’ (p 62 de la Edición Trotta)

Mientras que la razón objetiva, que es la que defiende Horkheimer, presumiblemente no permitiría tales abusos del pensamiento. Sus defensores no podrían acomodarse a todo.

Esto puede, como todas las cosas, operar reflexivamente. Bien podemos obtener como conclusión, creo que se la leí a algún postmodernista de quién no me acuerdo el nombre, el problema está en la lógica de justificación como tal: Quién busca justificar cosas está realizando algo incorrecto, dado que ello es lo que está detrás de la violencia y la barbarie.

Creo, sin embargo, que todo ello se basa en una idea falsa de la potencia del entendimiento. Partamos del hecho que cualquier idea puede ser usada (y creo ha sido usada) para justificar la violencia y la barbarie. Dado que no se puede controlar lo que otros piensan, y por lo tanto lo que otros elaboran con cualquier pensamiento, sucede que incluso si un pensamiento hace la más explícita denuncia y prohibición de ello, es posible que alguien termine usándolo para justificarlo (creo que esto es incluso válido en relación al Jainismo, que es el pensamiento menos violento de los que conozco). La salida reflexiva del postmoderno tampoco funciona porque, por ejemplo, la denuncia de toda justificación también podría usarse para la barbarie contra los que se dedican a la tarea de justificar. Dado que el pensamiento no puede controlar su propio desarrollo, no puede garantizar que no sea usado para alcanzar cualquier conclusión. Se podrá alegar que estas personas extraen conclusiones erradas, pero esa posibilidad siempre está presente.

En última instancia, la capacidad para la violencia y la barbarie está en nosotros como seres humanos, y no hay forma de evitarla (más aún, creo que sería difícil encontrar personas que estuvieran en contra de todos los actos de violencia). Hay formas de control, hay formas de minimizarla -como en todas las cosas que los humanos hacen- pero no hay garantía para eliminarla. Y el pensamiento no sólo no puede garantizar su eliminación, sino que ni siquiera puede realizar la  tarea de garantizar que él mismo no fomente la violencia y la barbarie.

Y frente a ello, entonces, ¿nada? No, pero tampoco mucho más que la tarea del examen continuo y permanente -que es quizás toda la potencia del entendimiento que podemos tener.

La Reconstrucción del Análisis Social

Y en otra entrada de la tesis avanza -que además siempre sirve para publicar algo en el sitio- se procede a presentar la versión alfa(?) de la tesis, donde están reunidas las tres partes que la componen: El autodiagnóstico de la disciplina, el modelo teórico (que ya fue publicado en este sitio bajo el nombre La Construcción de los Procesos Sociales Fundamentales, link aquí), y el armazón -que a estas alturas sigue no siendo más que ello- de la parte empírica, de investigación sobre trabajadores por cuenta propia.

Ya había mencionado en la entrada mencionada que el conjunto, ampulosa e ilimitadamente, se llamaba la Reconstrucción del Análisis Social. Nombre que sigue teniendo ahora en todo caso.

Y como para presentar esto se requiere un link, helo aquí.

Las asociaciones de las visiones sobre Educación

La anterior entrada mostraba la existencia de algunas visiones sobre educación (ver aquí) y finalizaba planteando que en una siguiente entrada se analizarían cruces de esas visiones. Bueno, esta es la entrada dedicada a ello.

El análisis de la entrada anterior se estructuraba en dos partes. En primer lugar, se analizaba cada una de las escalas construidas por separado (la escala pro-reforma y la escala anti-reforma). Luego, para disminuir complejidad se realizaron algunas clasificaciones. Seguiremos aquí ese esquema.

Las relaciones de las escalas.

En primer lugar analizaremos las relaciones de las escalas con otras preguntas. Para hacer más compacta la presentación del cruce, los dos cruces paralelos se han mostrado en una sola tabla (i.e el cruce de la escala pro-reforma y el cruce de la escala anti-reforma con la variable en cuestión), y para simplificar la presentación se ha usado sólo una respuesta de la variable en cuestión (la que mejor ilustre la relación en cuestión). Los porcentajes son siempre porcentajes de fila. Cuando la relación es significativa está marcado en negrita.

A igual costo de matrícula y similar distancia, ¿Ud. preferiría una escuela o liceo municipal o un colegio particular subvencionado? (% que responde Escuela o Liceo Municipal)

Valor Escala Pro-Reforma Escala Anti-Reforma
0 25 53
1 31 40
2 29 29
3 44 30
4 60 21
Total 35 35

Si recordamos que la escala pro-reforma cuenta el número de ocasiones en que la persona respondió la la alternativa a favor de la reforma, y que la escala anti-reforma cuenta el número de ocasiones en que la persona respondió la alternativa en contra de ella, podemos decir lo siguiente en relación a la preferencia por liceos municipales. Las personas que tienden a manifestarse a favor de la reforma prefieren más los liceos municipales (60% de quienes respondieron en las 4 ocasiones por la reforma así lo hicieron contra un 25% de quienes no respondieron en ocasión alguna por la reforma). Al mismo tiempo, lo contrario ocurre en la escala anti-reforma (donde pasa de un 53% de preferencia por liceo municipal entre quienes nunca rechazaron a un 21% entre quienes rechazaron siempre la reforma). Las dos relaciones son importantes y además son las esperables: La preferencia por la educación pública está asociada a preferir la reforma.

¿Que su hijo/a vaya a una la escuela básica, liceo municipal o colegio donde los alumnos tengan un nivel socioeconómico parejo y parecido al suyo o que su hijo/a vaya a una escuela básica, liceo municipal o colegio donde los alumnos tengan niveles socioeconómicos distintos

Valor Escala Pro-Reforma (% que responde bien diverso) Escala Anti-Reforma (% que responde parejo)
0 21 57
1 30 59
2 31 63
3 37 64
4 33 70
Total 30 63

Cuando pasamos a la discutida pregunta por segregación nos encontramos también con las direcciones esperadas, y de un carácter relevante. En todo caso, la alternativa que mejor ilustra el carácter de la relación varía entre las escalas: Para la escala pro-reforma es la preferencia por diversidad la más clara: Que pasa de un 21% a un 33% al moverse desde quienes nunca aceptan la reforma a quienes siempre la aceptan. Para la escala anti-reforma es la preferencia por niveles parejos la que mejor muestra (que pasa de un 59% a un 70%). En todo caso, asociación o no, no hay grupo donde exista una preferencia clara por diversidad -el grupo que siempre acepta la reforma sólo tiene esa preferencia en un 33%.

¿Cuál de estas dos afirmaciones se acerca más a lo que ud. piensa? Preferencia por educación sólo entregada por estado o que hayan muchos colegios para que la gente elija (% que prefiere educación sólo estatal)

Valor Escala Pro-Reforma Escala Anti-Reforma
0 21 58
1 35 49
2 40 39
3 56 33
4 73 24
Total 41 41

Una de las afirmaciones más claras donde se puede diferenciar las visiones sobre la educación es en términos de la preferencia por sólo educación estatal o por tener muchos colegios para poder elegir. Aunque no son afirmaciones que estrictamente sean contrarias, si muestran las concepciones que aparecen en la discusión pública de manera muy clara y fuerzan a una elección. Ahora bien, encontramos también que es una pregunta que tiene una relación muy evidente con las escalas: Quienes tienen una alta preferencia por la reforma tienden claramente a elegir educación sólo estatal (71% de quienes siempre respondieron a favor de la reforma eligen sólo educación estatal), mientras quienes rechazan claramente la reforma no eligen esa alternativa (un 24% de quienes siempre rechazan la reforma elige sólo educación estatal). La educación estatal (pública) está asociada a la reforma.

En todas las preguntas sobre educación podemos observar que se dan relaciones relevantes con las escalas, y además en las direcciones esperadas. Lo cual nos da una conclusión sobre la validez de la preguntas: Aunque las preguntas sean sesgadas, muestran una realidad subyacente. Aunque los porcentajes estén sesgados hacia la contra-reforma, las respuestas arman un conjunto coherente. Lo que viene, finalmente, a refrendar la idea que si bien la encuesta es sesgada, es usable (que era el punto de la primera entrada sobre este tema).

 

Ahora bien, para finalizar los cruces sobre educación, y para mostrar ahora que hay cosas no esperables, ¿cuál es la relación entre nuestras escalas y el hecho de tener o no tener hijos en edad escolar?

¿Tiene Ud. hijos en edad escolar, esto es, hijo/s que están actualmente en un establecimiento educacional? (% que responde sí)

Valor Escala Pro-Reforma Escala Anti-Reforma
0 40 35
1 39 37
2 36 34
3 40 43
4 41 48
Total 39 39

Y aquí encontramos que si bien el apoyo a la reforma no se ve afectada por el hecho de tener o no hijos en edad escolar (en todos los niveles de apoyo el porcentaje es cercano al 39% de toda la población); pero el rechazo a la reforma sí está afectado por ello: Un 48% de quienes eligieron la afirmación contra-reforma en todas las preguntas sí tiene hijos contra un 35% de quienes nunca eligieron la afirmación contra-reforma. El tener hijos impacta en rechazar, pero no en el aceptar, la reforma. Esta diferencia nos hace ver, por un lado, la relevancia de haber diferenciado las dos escalas y, por otro lado, que la intensidad del rechazo está más concentrado en ciertos grupos (mientras que la aceptación está más diluida).

Lo anterior -que la escala de aceptación no está asociada, pero sí la de rechazo- sucede en otras ocasiones: Quienes rechazan la reforma tienden a desaprobar más el gobierno de Bachelet, a creer que el país está progresando, que la situación económica del país es buena y muy buena. Lo cual refrenda lo anterior: El rechazo a la reforma no es sólo la inversión de la aceptación, es una actitud distinta, y que está más concentrado en ciertas posiciones e ideas.

 

NOTA: No ponemos en cuadro algunas relaciones que son relativamente ‘evidentes’ y que no tienen, como en el caso de educación, al menos la relevancia de mostrar la validez del constructo: Quienes apoyan la reforma educacional tienden a ser menos de derecha, o ser de estratos más bajos etc.

Las visiones sobre la Educación (o de cómo analizar encuestas intencionadas como la CEP)

Dado que el Centro de Estudios Públicos tuvo a bien liberar la base de datos (aquí el link) y bueno es reconocer dicha práctica, entonces también corresponde revisar los resultados. Ahora bien, que el cuestionario tenga direccionalidad no implica que no se pueda usar, sólo que es necesario tener esa dirección en cuenta (como argüimos en una entrada anterior).

Si nos centramos en las discutidas preguntas sobre educación, y en particular aquellos que dicen relación con la Reforma, se pueden hacer algunas cosas sencillas para comprender las distintas visiones sobre educación. Lo primero es seleccionar las preguntas a usar. Para este análisis usaremos las siguientes:

  1. ¿Cree Ud. que es bueno que los padres puedan complementar el subsidio educacional que otorga el Estado a través de un copago (pagando matricula y/o colegiatura) para mejorar la educación de sus hijos, o Ud. cree que esto debiera estar prohibido?
  2. ¿Qué le parece que los colegios particulares subvencionados, además de entregar educación, generen ganancias a sus dueños?
  3. ¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con que los colegios religiosos tengan un proceso de admisión que verifique si las familias están comprometidas con el proyecto educativo y los valores del colegio?
  4. ¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con que los liceos de excelencia del país, como el Instituto Nacional, seleccionen a sus alumnos a través de pruebas de admisión?

Con estas preguntas, puedo contar el número de veces en que las personas responden la alternativa que es pro-reforma (no al copago, no al lucro, no a la selección), con ello creo un índice Pro-Reforma. Y puedo además repetir el ejercicio para el número de veces en que las personas responden la alternativa que es anti-reforma (sí al lucro, sí al lucro, sí a la selección) y con ello se crea un índice Anti-Reforma. Esto da dos indices con puntajes de 0 a 4. Como las personas pueden no responder preguntas estos índices no son simples inversiones (i.e es posible tener 0 en un índice y no tener 4 en el otro por ejemplo).

Al analizar los resultados, sabiendo que las preguntas tienen dirección, habrá que darle más peso a la dirección pro-Reforma: Es muy duro a favor de la reforma, por ejemplo, responder siempre a favor de ella. Y es menos duro en contra de la reforma responder siempre en contra de ello. Tomando en cuenta ello agruparemos en el índice pro-reforma a quienes respondieron a favor de ella en 3 o 4 ocasiones (como núcleo duro a favor), a quienes respondieron a favor de ella en 1 o 2 ocasiones (como grupo mixto, que le gustan algunas pero no todas las propuestas), y a quienes respondieron a favor de ella en 0 ocasiones (como  grupo que no esta a favor de la reforma). Al mismo tiempo en el indice anti-reforma agruparemos a quienes respondieron en contra de ella en 0 o 1 ocasiones (como grupo que no la rechaza), a quienes respondieron en contra 2 o 3 ocasiones (como grupo mixto, que rechaza algunas pero no todas las propuestas) y a quienes respondieron en contra 4 ocasiones (como núcleo duro en contra). Al agrupar sistemáticamente en el extremo a favor 2 posiciones pero no hacerlo en el extremo en contra se puede controlar algo el efecto del sesgo de las preguntas.

Los resultados de lo anterior en la siguiente tabla (en las filas cada una de los índices, en las columnas los grupos en cada escala dividido en un lado a favor, un sector mixto y un lado contra la reforma).

Visiones sobre Educación

Índice A favor Reforma Mixto Contra Reforma
Pro-reforma 29,0 48,7 22,3
Anti-reforma 38,7 47,4 14,0

Entonces un 29% de la población se puede caracterizar como núcleo duro a favor de la reforma (responde en 3 o 4 ocasiones a favor de ella), lo que sube a un 39% si se piensa como grupo abierto a la reforma (responde en 0 o 1 ocasiones en contra de ella). El grupo mixto es de un 49% en el índice pro-reforma y de un 47% en el índice anti-reforma. Finalmente, un 14% se puede definir como núcleo duro anti-reforma (responde en 4 ocasiones en contra de ella) y un 22% puede definirse como grupo más bien cerrado a la reforma (responde en 0 ocasiones a favor de ella).

La tabla no sólo nos muestra que hay diversas visiones sobre la reforma (que es un elemento dado) sino que si bien la reforma claramente no tiene mayoría, el núcleo a favor de ella es más importante numéricamente que el núcleo en contra de ella:  La aceptación sistemática (29%) es mayor que el rechazo sistemático (14%) a la reforma. Además podemos también plantear que la apertura (39%) es mayor que el cierre total (22%)

Ahora bien esto es algo de lo cual el análisis univariado de la CEP ya algo daba indicios: la pregunta sobre si prefería sólo educación estatal o muchos colegios para elegir mostraba un 41% a favor de sólo educación estatal que es una afirmación muy dura a favor de cambios, lo cual daba muestra de la fuerza de quienes quieren reformas muy radicales.

Por cierto que, aunque no son idénticas, ambas clasificaciones no les queda más que estar muy asociadas (el V de Cramer es de ,779), y esto nos permite hacer una clasificación combinada:

  1. El núcleo duro pro-reforma (29%): Quienes declaran sistemáticamente estar a favor de ella (y luego sistemáticamente no declaran en contra)
  2. El grupo mixto (42%): Quienes en ambas escalas están con puntajes intermedios.
  3. El núcleo duro anti-reforma (14%): Quienes declaran sistemáticamente estar en contra de ella (y luego sistemáticamente no declaran a favor)
  4. El grupo más bien abierto a la reforma (6%): Que declara intermedio a favor de la reforma pero no declara en contra de ella.
  5. El grupo más bien cerrado a la reforma (5%): Que declara intermedio en contra de la reforma pero no declara a favor de ella
  6. El grupo indeciso (3%): Que no declara a favor reforma ni en contra de ella.

Si quisiera reducirlo todo a 3 grupos (pro, intermedio o anti) entonces quedaríamos en 35% con disposición más bien positiva a la reforma (suma de 1 y 4), 46% intermedio (suma de 2 y 6), y 19% con disposición más bien negativa (suma de 3 y 5). Pero eso sería más bien sobre-simplificar las cosas.

Por supuesto la mitad del interés de hacer estas clasificaciones está en hacer cruces con ellas (para el análisis descriptivo creo que con la comparación de índices ya tiene interés). Dejemos ello para la siguiente entrada.

Estado y Mercado. Invenciones Sociales y Utopía.

El Estado -entendido como una organización que tiene un buen grado de monopolio de los medios de violencia y de un buen grado de capacidad para extraer recursos de la población- y el Mercado -entendido como un área de intercambio que en buen grado hace caso omiso de las características de la persona y se orienta más bien por la capacidad de pago de quienes interactúan- han acompañado a las sociedades complejas desde casi su nacimiento. O para decirlo de otra forma, sociedades complejas -entendidas como aquellas con múltiples actividades diferenciadas entre sí y donde interactúa un número de personas más allá de las redes personales de cualquiera de quien interactúa en ellas- no parece existir sin ambos. Sin entrar en términos de preguntas sobre las relaciones causales bien podemos observar que hasta ahora no encontramos sociedades complejas donde ellos no existan.

Por otro lado, ninguna de esas instituciones existe en todas las sociedades. Formas de autoridad y de toma de decisiones colectivas existe en cualquier conjunto de relaciones sociales con algún grado de unión. Pero ello no constituye una organización estatal. O al menos, no constituye lo que denominamos en el primer párrafo como Estado.  Del mismo modo, intercambios y comercio tenemos señales desde que existe la especie, pero no por ello se constituye un Mercado en los términos que hemos planteado, en la medida que en sociedades simples el intercambio no se puede separar de las personas que lo realizan tan fácilmente (por el mero hecho, uno puede apuntar que no existe la miríada de alternativas de personas con las cuales intercambiar que asegura el impersonalismo de la operación del Mercado).

Si lo anterior es correcto, podemos pensar tanto al Estado como al Mercado como invenciones sociales: Como formas de interacción entre seres humanos que fueron creadas. Esto no quiere decir que fueron ‘diseñadas’ (que un buen día alguien se levantó, dijo Eureka y resolvió como interactuar), sino simplemente que fueron producto del desarrollo de diversas interacciones en las cuales se fueron formando las reglas de interacción que las conforman. Y si ello es así entonces se sigue también que no hay razón por la cual el proceso de creación institucional esté cerrado y que se hayan creado todas las formas de organizar la vida social que sean posibles.

El Estado y el Mercado no constituyen, sí se quiere, términos generales de interacción: Los procesos bajo los cuales se crearon formaron instituciones que, por la experiencia de algunos milenios, han mostrado su capacidad de reproducción. Pero así como se han creado nuevas instituciones a lo largo del tiempo (digamos, las instituciones científicas o el ordenamiento que representan los códigos), y algunas de ellas son reemplazadas, también resulta posible que ello ocurra con estas invenciones. Por cierto, su posible reemplazo no requiere que sea ‘diseñado’ (del mismo modo que su aparición tampoco lo fue), pero de su continua existencia no se puede colegir que deberán seguir existiendo.

Las sociedades complejas no han podido hasta ahora existir sin Estado y sin Mercado. De ese hecho no se sigue nada hacia el futuro de esa coexistencia.

Hay otra característica que el Estado y el Mercado tienen en común, además de ser tecnologías para lidiar, y al mismo tiempo producir, sociedades más complejas. Es el hecho que son perpetuamente criticadas, y que en nuestras fantasías de perfección social ninguna de ellas existe.

No hay utopía moderna (y eso incluye, de forma famosa aunque algunos lo pasen por alto, la marxista) que mantenga al Estado como algo que subsista cuando la utopía exista. En todas ellas, se disuelve; y con ello el poder coercitivo que domina y oprime a las personas. Al mismo tiempo, el Mercado, y con ello recordemos nos referimos al conjunto global impersonal de transacciones, también tiende a desaparecer, reemplazado por la relación directa entre personas: La reducción de la persona con la cual se interactúa a un medio parece ser consustancial al Mercado, y al mismo tiempo opuesta a nuestras imágenes de cuáles han de ser la forma ideal de relacionarse con las personas.

Toda utopía, en última instancia, implica el rechazo a ambos. Cuando imaginamos un mundo ideal pensamos en un mundo sin coerción -sin presencia de Estado- y sin despersonalización -sin presencia de Mercado-. Ahora bien, ¿donde hay decisiones colectivas sin una organización coercitiva e intercambio sin despersonalización, sin dinero? En las formas y lugares en que los seres humanos han vivido durante la mayor parte de su historia: en tribus o aldeas (o como quiera usted llamar a un grupo relativamente pequeño, donde todos se conocen personalmente, mayor al grupo familiar inmediato). Y en el que, de una u otra forma, nos permitimos soñar sobre la vida social.

Si recordamos la tríada de la Revolución Francesa, recordaremos que buena parte de la discusión ideológica de los últimos siglos se ha centrado en los dos primeros -libertad e igualdad. Y buena parte de esa misma discusión se ha basado en la incompatibilidad y oposición entre ambas. Creo haberlo escrito en otra entrada, pero el valor central en toda utopía es el tercero: la fraternidad. En el ideal de amistad, bien podemos decir, se reafirma al mismo tiempo la igualdad (sólo hay amistad entre iguales, y los amigos refuerzan su igualdad) y libertad (porque entre amigos se puede ser sin limitaciones). Lo cual es, finalmente, volver al primer punto: que las utopías son sueños de relaciones sin coerción y sin despersonalización.

Para decirlo de otra forma: Pareciera que sólo hay una forma de vivir plenamente humana. El único problema es que, hasta ahora, no hemos encontrado la forma de hacerla compatible con agregados sociales vastos y complejos. Pero si el argumento de esta entrada es cierto, y esas formas son invenciones, entonces ¿hemos inventado todas las formas de convivencia?