No deja de ser algo curioso que los sociólogos, y no deja de ser común en general entre cientistas sociales o la población común, tengan una visión más bien negativa del hecho social como tal: La vida social es siempre una limitación, y cuando se descubre que algo es producto de una convención social eso mismo es motivo para su crítica. Dado que lo social sería variable y no universal (o al menos, lo que hubiera de universal no se debe al hecho social sino a otras consideraciones, digamos determinismos biológicos o de otra especie) entonces no hay mayor valor en sí. Seremos Rousseaunianos y pensaremos que la sociedad sólo pone cadenas en las personas y por ello es negativo, o Hobbesianos y pensaremos que la sociedad pone cadenas y por ello es positiva.
El caso es que, al fin y al cabo, lo social es finalmente potencia (y no en vano ya van 30 años de teoría social indicando que las instituciones limitan y permiten, digamos Giddens decía eso en The Constitution of Society, del cual efectivamente se cumplen 30 años el 2014). Mas aún, es claro, y Edward O. Wilson ha tenido a bien recordarlo recientemente en The Social Conquest of Earth (2012) la vida social es una estrategia altamente exitosa a todo nivel en la biología.
Pensemos en el caso de la ciencia. Cuando los sociólogos dicen e insisten que la ciencia es una actividad social es, precisamente, para -al mismo tiempo- quitarle fuerza a ella: Eso implica que no es objetiva, que reproduce más bien la doxa de lo social. Ser objetivo y ser social serían atributos contrapuestos.
Pero eso, a decir verdad, no tiene el menor sentido. La ciencia es una actividad intensamente social y precisamente por eso es tremendamente eficaz y poderosa en producir conocimiento sobre el mundo (de hecho, no estoy diciendo nada nuevo, es la mitad de los argumentos finales de The Poverty of Historicism de Popper). La ciencia, claramente, es una actividad académica que requiere la participación de muchos -no es algo individual. Quién escribe papers no puede hacerlo sin referirse a la literatura existente sobre el tema, y construye sobre ella (para no hablar del hecho que tampoco se investiga sólo). Y cómo nos recuerda Ramos en El Ensamblaje de Ciencia y Sociedad (2012) he ahí la perspectiva de Luhmann, que no es sólo para decir que hay un teórico que basa su análisis de la ciencia en eso, sino que nos permite darnos cuenta que eso es lo que diferencia a la ciencia de otros elementos. El análisis de Bourdieu sobre campos es útil, pero se aplica igualmente a cualquier actividad social, la lógica del poder funciona de la misma forma, y el interés específico del campo lo identifica y diferencia pero no cambia su operación. Pero sí es algo que distingue a la ciencia el hecho básico de la constitución vía relaciones sociales (vía la referencia a otras investigaciones que es la cita y la revisión de literatura) del conocimiento.
La constitución de la República de las Letras a principios de la modernidad, la intensa correspondencia vía cartas de los científicos y posteriormente (y desde el inicio) la generación de revistas científicas son parte de las actividades que efectivamente permiten que la ciencia despegue en la Europa de los siglos XVII-XVIII. Otras civilizaciones contaron con estudiosos observadores de la realidad, personas con una mirada naturalizante del mundo, o con altas habilidades técnicas y alto rigor. Pero era la constitución de un sistema de comunicaciones lo que diferenció el surgimiento de la ciencia (e incluso la Astronomía, que al fin y al cabo, estaba ya constituida con anterioridad a ese despliegue, es también un lugar donde las comunicaciones para establecer hechos y observaciones ya se había desarrollado -necesito una comunidad para realizar todas las observaciones pertinentes).
La construcción de los datos es una actividad conjunta, y precisamente porque es conjunta es que funciona: Si cada investigador tuviera que partir de 0 y crear todos sus datos y material, claramente jamás se terminarían de constituir datos más o menos objetivos. Es la actividad social de múltiples científicos que trabajan a partir de lo que otros hacen lo que permite plantear que la alquimia no tenía sentido y la fuerza de gravedad no, que los dragones no existen pero sí animales con un solo cuerno, no es algo que fuera evidente al inicio de las investigaciones -donde antes de realizarlas toda posibilidad es efectivamente posible.
Si la ciencia tiene eficacia, y si permite conocer de alguna forma el mundo es precisamente porque es una de las actividades más sociales en existencia. En última instancia, sólo porque es social es que ha permitido la generación de conocimiento que supera con creces a lo que cualquier individuo puede producir o comprender. La vida social nos permite hacer cosas que simplemente no podemos hacer cada uno por su cuenta, nos permite hacer más cosas. Lo que no deja de ser, para recordar a quién se ha transformado en mi pensador favorito, puro Spinoza -y de hecho, es buena parte de la interpretación de Negri al respecto en la Anomalía Salvaje: Que pensamos lo social en términos de poder (potestas) y no de potencia (potentia).
esto pasa, creo yo, porque a la gente progre que se dedica a las ciencias sociales no le interesa contar con teorías que puedan explicar plausiblemente lo social. lo que les interesa es movilizar. eso significa que las “teorías” que promueven, o que les gustan, son las que muestran algún potencial de cambio, o sea, las que sirven para sacar a la gente a la calle a marchar. el profe nadie sabe si dice alguna verdad, pero lo que sí se sabe es que la gente quiere levantar el puño después de su clase. es política y reforma lo que buscan, no compresión o explicación. cada lado tiene sus propios mitos y su propio ámbito de lo sagrado.
no cabe ninguna duda que la realidad en que vivimos es construida socialmente. pero para el progre promedio eso significa que la realidad es modificable (cierto) y que se puede modificar mediante intervenciones cuidadosamente planificadas (no tan cierto). yo creo que si algo es el resultado de la interacción social, eso no significa que se le pueda controlar y eso no equivale a ser un reaccionario.
por otro lado, es curioso el rechazo a la ciencia, dado que en principio uno esperaría que la ciencia fuera un aliado del programa político progresista en desenmascarar lo que es prejuicio (social) de lo que es cierto. pero no: también es parte del enemigo. tómese el ejemplo de las feministas y la biología. llevan décadas tratando de convencernos que las diferencias biológicas no existen y que es todo mera construcción social. pero en realidad reconocer que hay diferencias no implica asumir que el orden social debiese asignar roles, status, ingresos, posiciones o lo que sea de acuerdo a diferencias biológicas. la misma naomi wolf lo reconoce: http://www.project-syndicate.org/commentary/feminism-and-the-male-brain
en fin.