Competencia militar y burocratización del Estado

Un argumento que he leído varias veces en los últimos años es la relación entre el esfuerzo militar de un estado y su burocratización. En particular, que el caso de la antigua China es una muestra de ello: Es un estado que tempranamente desarrolla una fuerte burocracia porque las exigencias de la competencia militar -en el período de Primavera y Otoño y en el período de los Reinos Combatientes- así lo demandaban. Y como el nivel de competencia militar (por ejemplo, en el tamaño de los ejércitos) era mucho más alto en China, entonces el nivel de burocratización también lo fue.

Ahora, leyendo hace poco un artículo comparativo entre Roma y China (War, State Formation, and the Evolution of Military Institutions in Ancient China and Rome, Nathan Ronstein en Rome and China: Comparative Perspectives on Ancient World Empires, Oxford UP, 2009) que hacía un par de observaciones interesantes a este respecto. Primero que efectivamente el imperio romano había sido menos burocrático que el  Chino, basado como estaba en el uso de las elites urbanas locales para buena parte de la administración y con menor profesionalismo militar durante buena parte de su historia (al menos hasta el Dominado). El artículo da varias posibles explicaciones al respecto -el uso de la política de alianzas por ejemplo- pero hay una que menciona pero que creo no le da suficiente importancia: el sistema militar romano. Porque el sistema militar romano, las tácticas estándar de las legiones, eran lo suficientemente buenos que obtenían buenos resultados sin necesidad de un alto comando profesional. Casi cualquier aristócrata amateur podía ganar batallas con las legiones (y de hecho, aun cuando los aristócratas del Senado eran amateur, no deja de ser relevante que una cierta experiencia de comando militar fuera común a través de la elite: no eran profesionales del tema pero tampoco les era un mundo ajeno).

En ese sentido, podemos ver que la profesionalización (burocratización en ese sentido) del ejército es una de las posibles soluciones a las demandas de una alta competencia militar entre estados. La creación de un sistema  militar superior (y esta es una de las explicaciones más viejas del éxito romano, ya Polibio decía que la legión era infinitamente superior a la falange) también lo permite, y a su vez entonces tiene consecuencias distintas.

En cualquier caso, una de las lecciones de esta discusión -una que es muchas veces olvidada en las ciencias sociales, y de hecho no sólo en sociología- es la importancia de las estructuras sociales militares. La guerra fue el asunto del Estado, el tema que constituía la política, por mucho tiempo. Preocupados en minimizar la importancia del acontecimiento militar (la historia no depende de quién gano la batalla de Waterloo) pasamos a olvidar la importancia de la estructura militar (aun cuando al menos en historia se ha recuperado en los últimos decenios, como la discusión sobre revoluciones militares atestigua). Pero entre las bases materiales de los Estados, la tecnología y estructura militar no es una de las menores.

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