El título es alambicado, pero a veces uno puede caer en esas tentaciones.
El tema, por el contrario, es más bien sencillo. Sabido es que la mayoría de la población se define a sí misma como de clase media. De eso entonces concluimos que la sociedad se piensa como de clase media. Pero en ese momento realizamos un paso en falso.
Porque del hecho que la mayoría de la población se piense de clase media no se sigue que las personas piensen que la mayoría es de clase media. La persona A se puede definir a sí misma como clase media, pero para la persona B, la persona A claramente no es clase media (puede ser pobre o rico, ‘flaite’ o ‘cuico’). Entonces es perfectamente posible que si bien casi todos se declaren de clase media, la opinión más común sea negarle a la mayoría de la población esa condición. Sólo que aquellos que se le niega esa condición son distintos en cada segmento. Por decirlo de alguna manera, todos somos los ‘flaites’ o los ‘cuicos’ de otras personas.
Lo que sí es cierto, más allá de la corrección de la anterior disquisición, es que para conocer la imagen que los chilenos tienen de la sociedad, se requiere más que la auto identificación social.