Uno de los pasatiempos habituales de este blog es criticar a Luhmann. Y algo que hemos dicho en varias ocasiones es que, finalmente, no hay tal cosa como la teoría de sistemas luhmanniana, hay la metáfora de sistemas luhmanniana.
Y usaremos como prueba una cita de un texto reciente de Aldo Mascareño (Diferenciación y Contingencia en América Latina). La cita a continuación:
El 19 de mayo de 1981 es publicada en el Diario Oficial la Ley Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional. Un pasaje de su historia en los años ochenta parece de particular importancia para observar cómo la clausura operativa del derecho se refuerza a sí misma ante las pretensiones políticas de control. Se trata de la sentencia del Tribunal Constitucional del 24 de septiembre de 1985 acerca del Tribunal Calificador de Elecciones [que determinó que el plebiscito se hiciera con Tribunal Calificador]
¿Por qué esto muestra que esto es pura metáfora? Porque la clausura, finalmente, es producida por unos actores concretos. Lo del ‘clausura operativa del derecho se refuerza a sí misma’ es pura metáfora: no hay un proceso autónomo del derecho que realiza esa clausura, sino una decisión tomada por personas específicas -que bien podrían haber decidido de otra forma. Es porque esos actores tomaron esa decisión, usando temas individuales como su propia valoración de la autonomía del derecho, que se produce eso. En otras palabras, la autonomía de un sistema no es producida por el propio sistema. No suena, en realidad, mucho a autopoiesis.
NOTA: En el libro también aparecen algunas cosas típicas de lecturas latinoamericanas de estas cosas: Descubre Mascareño que en América Latina los sistemas no están tan separados ni autónomos como debiera: El poder político afecta al derecho, a la economía etc. Pero, claro, eso sería particular de esta zona de la sociedad mundial, pero no en Europa -donde claro la autonomía ahí si funciona.
El ejemplo más claro es cuando se habla de la no-autonomía de la economía. Esto se debería al estado desarrollista que, claro está, intervenía y no dejaba a la economía ser. Pero la intervención estatal de la economía era bien popular en las economías del centro en los años del desarrollismo. El dirigismo de los Franceses era lo mismo. En otras palabras, la no aplicación de la idea de sistemas plenamente autónomos no es particular a América Latina, también aplica a las zonas centrales del mundo. No es que Luhmann describiera bien a los países del ‘centro’, pero que esto no se aplicara totalmente en otras partes. Es que no describía adecuadamente a ninguna zona de la sociedad mundial.