A propósito de las movilizaciones sociales que vivimos actualmente (y que para un sociólogo siempre debieran ser causa de interés), me imagino que cada quién ha desarrollado algunas ideas. En este y en las siguientes dos entradas, vamos a escribir algunas de las que me han rondado por la cabeza (*)
¿Por qué se reclama contra el lucro en educación, y sabemos que es una demanda masiva, y no se reclama contra el lucro en, digamos, por la alimentación? Porque buena parte de los discursos explícitos se podrían aplicar al caso de la alimentación sin mayores problemas. Una pista está dada en torno a la relación con Salud. Uno escucha críticas contra el lucro de las Isapres, pero bastante menos con las clínicas privadas. ¿Cuál es la diferencia?
Una hipótesis, que creo relativamente sensata y que creo da cuenta de esas diferencias, es la siguiente. Que cuando se percibe que el lucrador entrega un servicio a cambio del lucro, no produce muchos problemas. El señor Carozzi lucra, pero a cambio tengo tallarines -que, mal que bien, cumplen con lo que se supone hacen los tallarines. En el caso de Salud, ¿quién me entrega el servicio? Es el doctor y la clínica donde trabaja los que me operan, hacen que no me muera y esas cosas. Podré reclamar que son caros, pero no que están haciendo algo. En el caso de la Isapre, sólo se ve el lucro que obtienen.
Por lo tanto, la diferencia crucial sería entre quienes lucran ofreciendo algo, y quienes lucran a costa tuya. No es tan sólo que lucren, sino que lo hacen produciendome un perjuicio, en ultima instancia, estafando. La Polar me cobra mucho más de lo que es razonable (y cambia el contrato sin decirme nada); las AFP sacan ganancias cuando yo pierdo dinero en mis ahorros previsionales; y en educación no sólo cobran caro sino que además no entregan el producto que uno andaba buscando (una educación de suficiente calidad que permita obtener buenos empleos).
Una defensa del establishment en relación a la demanda del lucro ha sido la que es una crítica al lucro en general, y que eso no tiene sentido porque todos ‘lucramos’. Eso siempre sonó a falso porque no respondía a los significados y alusiones en el habla común del lucro; y además porque, de hecho, no se critican todas las actividades con lucro. Pero al hacer ese juego, entonces desaparece lo que es crucial: la percepción de lucros que se hacen a costa de las personas.
(*) Y para que no se me olviden. Las siguientes son a) sobre la base de apoyo de las movilizaciones (y su relación con la votación de Piñera en la elección) y b) sobre la reacción de la elite y lo que dice sobre su paupérrima condición.