Las secciones anteriores han sido reglas sobre aspectos necesarios de tomar en cuenta para una adecuada descripción de la vida social. El siguiente postulado es una regla sobre donde tendría que centrarse dicha descripción o explicación.
Una parte muy importante del esfuerzo de las ciencias sociales es sencillamente mostrar la importancia de los aspectos sociales o culturales en algún determinado. Casi cualquier ‘Sociología de X’ dedicará una parte importante, si no prácticamente todo su esfuerzo, en mostrar la importancia de los aspectos sociales y culturales, como por ejemplo en sociología de la ciencia (Bloor, 1998) o sociología del consumo (Sassatelli, 2007; Zelizer, 2005). Es un procedimiento cuyo linaje es antiguo, El Suicidio de Durkheim es uno de los trabajos originales cuya intención explícita es mostrar la importancia de los factores sociales en explicar un fenómeno, en su caso presuntamente sólo individual. En el caso de Durkheim, y esto también ha ocurrido en quienes lo siguieron, esto está muy asociado al proyecto en sí de una ciencia social: Una ciencia social sólo puede existir, sólo tendría sentido si resulta cierto que para explicar diversos fenómenos es necesario tomar en cuenta los factores sociales o culturales. Si sucediera que todo el comportamiento fuera explicado por los genes -que no hay factores sociales en la inteligencia, en las diferentes entre hombres y mujeres o en otros asuntos-, entonces no habría lugar para la sociología.
Sin embargo, lo anterior parece innecesario y, de hecho, contraproducente. En última instancia, incluso si todo lo que sucediera en la vida social se explicara por factores que no son culturales o sociales, de todas formas tendría sentido una disciplina como la sociología. Al fin y al cabo, si todo lo que pasa en un ser vivo se explicara por aspectos químicos, la biología seguiría siendo una disciplina con sentido. Negar lo anterior es plantear que la legitimidad de una disciplina depende de afirmaciones teóricas específicas, que el interés de una dependa de la verdad de una teoría particular sobre un fenómeno –que es, plausiblemente, el interés de Durkheim.
En última instancia, lo que permite una ciencia social es el reconocimiento que existe una parte de la realidad –el mundo de las relaciones sociales si se quiere- que puede describirse y explicarse. En otras palabras, que más que intentar explicar un determinado fenómeno estableciendo que la sociedad es relevante, la verdadera tarea de las ciencias sociales consisten en intentar explicar la sociedad. La sociología no es, no debiera ser, la disciplina que explica cualquier cosa a partir de influencias sociales; es, o debiera ser, la disciplina que explica las cosas sociales
Incluso si los factores sociales no fueran relevantes para analizar muchos comportamientos, quedarían muchas preguntas específicas a responder sobre el mundo social: ¿En qué condiciones se crean o modifican prácticas sociales de manera más fácil? ¿En qué condiciones las prácticas sociales son más estables? ¿Cuáles son los efectos en la vida social de tener redes sociales centralizadas, descentralizadas o distribuidas? ¿Es el mundo social un ejemplo de redes de ‘mundos pequeños’ y que nos dice ello sobre la evolución de dichas redes? O pasando a preguntas más específicas: ¿Por qué y cómo en ciertas sociedades hay miles de diversos trabajos y en otras no? (la pregunta original de Durkheim en la División del Trabajo Social) ¿Qué factores afectan la importancia y extensión de las organizaciones en una sociedad? ¿Por qué y cómo se da que en ciertas interacciones sociales las personas conversan y otras usan la violencia? ¿Por qué y cómo en ciertas sociedades los ‘trabajadores’ tienen contratos y en otras son tratados como bienes? ¿Por qué y cómo en algunas sociedades las personas alcanzan la plenitud de sus derechos en la pubertad y en otras hay categorías especiales como la adolescencia? ¿Por qué y cómo es el caso que los ‘escándalos’ por los cuales los políticos pierden sus posiciones son diferentes entre sociedades?
Todas ellas son preguntas sobre la vida social como tal, y se basan solamente en que existe un trozo de realidad que puede ser investigado y descrito mediante el uso de ciertas herramientas y conceptos. En otras palabras, tiene una cierta unidad –es el mundo formado por relaciones sociales, o por comunicaciones, o por acciones sociales-, en la cual se usan conceptos específicos para trabajarla. Es el interés por describir esa realidad la que genera la legitimidad de la disciplina, no el hecho que influya otras dimensiones.
Si combinamos el énfasis que hemos dado a explicar la vida social con la primera regla que expusimos en el texto -la idea que todos los actores tienen las mismas capacidades- podemos desarrollar los siguientes argumentos:
Para explicar las constantes de la vida social podemos usar una amplia gama de posibles razones: Algunas teorías se centraran en aspectos que provienen de características de la interacción social como tal (la doble contingencia que es el punto de partida de Parsons o Luhmann), pero también resulta posible intentar explicarlas por factores no-sociales que sean universales.
Pero si lo que queremos explicar las diferentes variedades de situaciones sociales que existen, entonces probablemente el camino más fructuoso para explicarlas sea el análisis de las diferentes reglas y modalidades de interacción que ocurren en una sociedad . Cuando se trata de explicar porque pasa tal cosa en una situación y no en otra, nuestra principal herramienta de análisis es hacer variar las características en las interacciones sociales. Por lo tanto, podemos plantear que una tarea central del análisis social ha de la descripción y explicación de las diferentes y múltiples formas de reglas de interacción.