El ingreso de los independientes: La esperanza de los altos ingresos.

En un post anterior sobre el ingreso de los independientes comparado con los dependientes, mencionamos que la comparación de los promedios escondía el tema de las variaciones. En particular, que los independientes tenían una mayor probabilidad de obtener altos ingresos que los dependientes (a igual nivel educacional): una persona de bajo nivel educacional tenía un límite de sus ingresos como dependiente que podía superar como independiente.

Ahora, ¿por qué centrarse en los niveles más altos? (y para un análisis general de la desigualdad de los ingresos de los independientes, uno puede leer el texto en este link) Por un tema puramente subjetivo: Las personas tienden a pensar que tienen mayores capacidades que el promedio, por lo que sus esperanzas no están puestas tanto en obtener el promedio sino en obtener lo que obtienen los que les ‘va bien’ (dado que suponen que ellos se contaran en ese grupo). Y tengo la impresión que los independientes pueden ser un grupo particularmente afecto a lo anterior -necesitas un dosis no menor de confianza en ti mismo para dedicarte a un trabajo que no tiene ingreso asegurado. En este sentido, la expectativa de que existe una posibilidad mayor de obtener altos ingresos como independiente no deja de ser relevante.

En cualquier caso, ¿que nos dicen los datos?

Fuente: CASEN 2009

Los datos nos muestran que la diferencia a favor de los trabajadores independientes, a igual nivel educacional, es incluso superior en los percentiles superiores en comparación con lo que ocurría en el promedio. Hicimos la comparación con el percentil 75 (o sea, la esperanza de estar en el cuarto superior de ingresos, el ‘optimismo moderado’), y con el percentil 95 (que representa a las esperanzas de lograr triunfar).

En relación al percentil 75 encontramos que la diferencia entre independientes y asalariados se ubica entre el 70% y el 80% en general. La sola excepción ocurre en los extremos de educación, donde la diferencia es de un 30% y bastante inferior a la diferencia en la media. Esto tiene que ver con la dispersión de los ingresos en esos grupos: La diferencia en las medianas, si bien sigue siendo favorable a los independientes, es aún menor (y de hecho, uno puede observar que la media de ingreso de los independientes con educación superior completa es superior al percentil 75 lo que da cuenta de una distribución altamente desigual para ese grupo). Pero si uno piensan en el percentil 95, o sea el optimismo en mayor grado, encontramos que las diferencias son incluso más altas, y que en general son de alrededor del doble de los ingresos de los dependientes. De hecho, el percentil 95 de los independientes sin educación formal es similar (de hecho algo superior) al percentil 95 de los dependientes con educación media completa.

En otras palabras, la idea que la diferencia de las medias todavía no da cuenta de la diferencia en los niveles máximos de ingreso que se pueden alcanzar se ve reafirmada con estos datos. Y esta es una diferencia que puede ser aun más relevante para los independientes.

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