Aunque los seres humanos somos, usualmente, bastante desastrosos, en algunas ocasiones nos acercamos a la perfección y a la plenitud. Cada quién sabrá en qué ocasiones tiene esas experiencias, pero yo al menos la tengo usualmente escuchando música. De las siguientes obras, que no sé si serán las mejores, o las que más me gustan, o las que escucho más recurrentemente, sí creo que muestran el espíritu humano, si se me permite una expresión tan cursi, en su mejor faceta..
Y después de expresiones algo ridículas sobre el asunto, pasemos a los que nos interesa (aunque continuemos con el tono beatífico). El listado de obras de manifiesta perfección y ostensible plenitud.
- Byrd. In Nomine a 5. No 5. Son dos minutos solamente, pero entre los mejores 2 minutos posibles.
- Bach. La Ofrenda Musical.
- Bach. El Arte de la Fuga
- Haydn. Las 7 Ultimas Palabras de Nuestro Señor en la Cruz.
- Beethoven. El Cuarteto en La Menor, Op 132 -en particular, la Heilige Dankgesang. Acabándola de escuchar, no se si será el día o que, pero nunca deja de afectarme.
- Beethoven. Cuarteto en Do sostenido Menor, Op 131
- Beethoven. La Grosse Fuge.
La siguiente pieza no es, al revés que las anteriores, una declaración de perfección y plenitud, sino casi todo lo contrario. Pero, al mismo tiempo, resulta una manifestación tan precisa del desgarro que creo está al mismo nivel.
- Schonberg. El Sobreviviente de Varsovia, Op 47.
Si todo lo que los seres humanos, en toda su existencia, hubiera hecho, hubiera sido crear las obras anteriores, creo que nos justificaría en algo. En esos pocos momentos de perfección, creo que mostramos que -en algunas gloriosas ocasiones- podemos ser mejores de lo que somos, y de los que nos merecemos.
Ya sé, cursi y todo, pero no por ello menos cierto -o al menos eso creo.