Alguna vez leí, vaya uno a saber donde, que Webern deseaba que sus obras fueran tatareadas por, digamos, los carteros. El autor de la nota planteaba que el pobre Webern no podía estar más equivocado: Lo que los carteros querían tatarear eran melodías, “tunes”, y las composiciones dodecafónicas no funcionaban para eso.
Lo anterior es sólo para hacer notar mi incredulidad cuando me encontré el otro día (en la micro, que es donde siempre me pasan estas cosas) tatareando a Schönberg, más precisamente el tema inicial del Cuarteto de Cuerdas No. 4. En otras palabras, al parecer, la secunda escuela de Viena si se puede usar para tatarear.
En cualquier caso, para una obra que no debiera ser tatareada, entre las cosas más impresionantes que Schönberg escribió: Un sobreviviente de Varsovia, Op 47, cortesía de Youtube y de Horst Stein, la Sinfónica de Bamberg y Hermann Prey como narrador: