Tomando en cuenta que El Mercurio decidió el fin de semana seguir con la cantinela sobre la Casen, me imagino que sigue siendo necesario establecer porqué es importante defender el dato. Algunas de las críticas no tienen mucho sentido, a decir verdad. Se reclama que no se use la nueva canasta y se siga usando la del ’87. Pero lo mismo se pudo haber dicho en ocasiones anteriores y nadie reclamo (obvio, porque en esa ocasiones pasó que la pobreza no bajó). También se reclama que como cambió tanto la elasticidad crecimiento-reducción pobreza, porque ahora unos puntos de crecimiento hacen bajar mucho más la pobreza. Ahora, nadie reclamó (en el sentido de ‘los datos no sirven’) cuando a su vez la elasticidad cambió anteriormente -cuando pasó que el país crecía y no había disminución de la pobreza. En realidad, el tema es peor. Buena parte de las críticas mencionadas en El Mercurio habían sido, anteriormente, contra-argumentadas por Engel (el 24 de Junio en La Tercera). Pero en El Mercurio se opera como si eso no hubiera pasado.
Ahora, el caso es que esto es relevante. Conversando con un amigo, Rodrigo Márquez, me comentaba que lo que le parecía más negativo era el hecho que entre la discusión política se había perdido el hecho que había críticas más serias que hacer -por ejemplo sobre la definición de pobreza. Pero creo que eso es errado.
El tema importante es el político. Porque cuesta construir cifras confiables y en las que se confía. La confianza es fácil de destruir, y una vez rota cuesta mucho reconstruirla. Ahora podemos pensar, era lo que pensaba inicialmente, que da lo mismo -un poco de discusión y al mes vamos a estar todos usando y citando las citas como siempre. El gobierno usa las cifras políticamente -lanzando la encuesta de a pedazos-, la oposición replicadel mismo modo, pero a la larga nada importa. Pero así se empieza, y después quedará la encuesta CASEN como los datos del gobierno (así los llamó Larraín) y luego, sin darnos cuenta perdimos algo que teníamos, y que no dejaba de ser valioso.