Entre todo el anuncio que los Chilenos están orgullosos de ser chilenos en la encuesta bicentenario (83% declara estar orgulloso, notas 6 y 7 en escala 1 a 7) -que presuntamente implicaría una fuerte identidad al parecer- aparecen algunos datos interesantes algo olvidados:
1. El orgullo por ser Chileno no implica una fuerte preferencia ‘cultural’ por Chile: la mitad piensa que es mejor mirar hacia fuera que preocuparse de lo chileno para desarrollarnos.
2. La mitad está dispuesto a irse del país por mejores condiciones de vida -específicamente el doble (un cuarto estaría dispuesto inmediatamente a irse). En las generaciones jóvenes alcanzamos a un 75%.
En otras palabras, el orgullo por Chile no implica un orgullo por la chilenidad, por una defensa de una identidad cultural específica. Alguien pudiera decir que la mitad no está dispuesta a irse a otro país incluso si le ofrecen una vida mucho mejor pero recordemos los costos de la migración y en realidad es el otro 50% el que se muestra más interesante. Parece más bien un orgullo que proviene de otras cosas (digamos, al parecer, más centrado en una visión que Chile es lo mejor del vecindario: 75% de acuerdo). En otras palabras, el orgullo no dice demasiado sobre la identificación cultural o simbólica con la nación