En un post anterior desarrollamos las, muy no humildemente tituladas, ‘Nueve tesis y una nota’. Ahora, supongo que hay que hacer una modificación. En fin, que se le va a hacer.
Una de las ideas centrales de ese post es que el rechazo al sistema se basaba en un rechazo moral que coincide con una aceptación cognitiva (i.e se piensa el mundo de la economía en los términos que corresponden al sistema). Y a la vez que este rechazo moral era un rechazo a las exigencias del sistema sobre la persona, y en una reivindicación de independencia. Esto en parte se relaciona, entonces, con el hecho que el núcleo duro de rechazo en términos de modelo cognitivo es el mundo del trabajo. Del trabajo hablamos de justicia, de otras cosas (digamos) los precios ya no hablamos así.
Pero de hecho hay otros elementos en los que seguimos realizando un rechazo casi visceral: Todo aquello a lo que asignamos el estatus de derecho (educación es el ejemplo más claro en estos días, pero en principio también se aplica a salud). En el mundo de los derechos no corresponde hablar de mercado.
Y por tanto el rechazo que ocurre en el mundo del trabajo estaría relacionado entonces con esta visión de derechos. Derechos contra mercado (digamos, ciudadanos contra consumidores para usar una dicotomía usada con anterioridad). Pero he de reconocer que no me termina de convencer.
La oposición derecho / mercado ocurre al nivel ideológico, por decirlo de algún modo. Opera en el nivel de concepciones reflexivas, abstractas y que están relacionadas con opciones políticas. Lo interesante de la idea del rechazo como basada en una reivindicación de independencia, de no responder a exigencias de otros, opera a un nivel mucho más concreto y cercano a la práctica. Por decirlo de algún modo, es un rechazo que se vive cotidianamente; mientras que lo otro es una reivindicación que se vive en la movilización social (que nunca es cotidiana finalmente). Algo que se vive contra algo que se piensa.
Por lo que me atrevería a decir que:
a) La oposición al sistema basada en el tema de derechos es más débil, más intermitente, más distanciada de las decisiones cotidianas. En otras palabras, que llevado a cómo se vive la educación cotidianamente (desde elecciones de colegio hasta cómo se hacen las tareas en la casa) sencillamente no aparece. El rechazo a la idea que e dinero compre más o mejor educación sólo aparece cuando se piensa como parte de lo público, jamás cuando se piensa como privado. Mientras que el rechazo basado en la reivindicación de independencia / tranquilidad opera a todo nivel.
b) Que correspondería a un discurso que estaría más acotado, mientras que la reivindicación de independencia / tranquilidad debiera ser más extendida (aparecer en todas partes).
Pero, con todo, e incluso aceptando que no es el núcleo del rechazo, es un aspecto que no debiera dejar de aparecer en una descripción sobre la sociedad chilena. Que nos lleva a la obligación de cambiar el texto anterior. En fin, hay peores cosas en la vida supongo.