Una de las características del modelo de acción racional es que todas las diferencias que se producen en términos de resultados (digamos, si se produce o no acción colectiva, si se alcanza o no se alcanza equilibrio, si se produce o no cooperación etc) provienen de diferencias en la estructura. O para decirlo en otras palabras, en las reglas de interacción. Cuando se trata de explicar porque pasa tal cosa en tal situación y no en otra lo que se hace variar son las características sociales (cómo se puede interactuar, como se puede negociar, que información hay disponible en el medio).
Por cierto no provienen de diferencias en los propios actores -que se asumen son todos del mismo tipo.De hecho, si se trata que las diferencias provengan de los actores nos vemos lanzados al campo de la tautología: O sea, si las diferencias se producen por sus distintas preferencias, entonces volvemos al viejo ‘pasa que X porque pasa que X’ (i.e el sujeto elige X porque prefiere X, pero solo sabemos que prefiere X porque elige finalmente X).
Entonces, lo que permite entonces explicar las diferencias no son las características de los actores, sino las características de su interacción social. Y por tanto lo que hay que explicar es a que se deben esas características y como se producen. Para decirlo de otro modo, uno nunca sabe cuan Durkheimiano puede llegar a ser: Que nada se avanza con explicaciones basadas en características individuales, y que cuando se intenta seguir por ese camino, lo que se encuentra es finalmente con la vieja estructura social.