Las encuestas se encuentran en una situación que es digna de nota: Sabemos que en los últimos años han encontrado grandes dificultades para dar cuenta de la realidad (Brexit, el plebiscito colombiano, no cuento la elección de EE.UU, porque en ese caso las nacionales sí estuvieron cerca de la distribución del voto). Y, al mismo tiempo que todos sabemos eso, seguimos usándolas para calibrar la situación electoral e incluso siguen siendo usadas para la definición de candidatos. A falta de otras fuentes de información, se usan las que se tienen; incluso si todos pensamos que no son buenas.
Lo cual nos lleva a dos puntos. El primero es que entonces el uso de las encuestas es frágil. Basta con que alguien diseñe otra forma de acercarse a la realidad que dé resultados cuantitativos (y la encuesta es una forma, pero no necesariamente la única) y bien podrían dejar de hacerse. La segunda es que, mientras se realicen encuestas, entonces hay que preocuparse de resolver sus problemas.
En el caso chileno en particular hay dos fenómenos relevantes:
(1) El primero es que estamos ante elecciones con votos voluntarios. Hasta donde yo sé, no hay un modelo claro de cómo identificar a votantes probables. Cada quien, creo, lo hace como puede; pero falta un protocolo claro y público de que cosas hay que hacer para identificarlos. Y esta falta claramente afecta la utilidad de las encuestas políticas.
(2) Hay un creciente rechazo a contestar encuestas políticas y preguntas de índole política en encuestas. Y como todo el mundo sabe, una alta tasa de atrición dificulta cualquier operación: El valor de tener altos n baja, la posibilidad de solucionar problemas de sesgo vía ponderación también se vuelve problemático.
Uno podría pensar que estos dos problemas podrían cancelarse entre sí: Que justo la población con mayor propensión a no contestar es la con menor propensión a votar. Y si esto fuera así, entonces ‘sin hacer nada’ las encuestas todavía serían útiles. Ahora bien, eso habría que observarlo.
Lo importante en esta discusión es observar que, con relación a estas encuestas -que no dejan de ser parte importante del uso público de nuestra disciplina. hay bastante investigación metodológica a realizar.
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