El estudio de la vida social es en sí mismo vida social. El estudio de la vida social es una operación recurrente de ella misma, en el cual están involucrados todos los agentes y no sólo los practicantes delas ciencias sociales. Ese conocimiento de los agentes es, además, una actividad constituyente de lo social.
Todas estas características se han observado como diferenciadoras de la ciencia social que hacen indispensable pensarlas como ciencias fundamentalmente distintas. Argumentaremos más bien que siendo todo lo anterior cierto, nada de ello obsta para que las ciencias sociales estén unidas al resto de las ciencias.
Primero, en sí mismo el hecho que las ciencias sociales sean vida social que se estudia a sí misma no la diferencia de otras: la biología no es más que vida estudiando vida y la física no más que materia investigando materia. Puede aducirse que estas últimas ciencias eluden estos problemas y se perciben a sí mismas fuera de sus objetos, mientras que las ciencias sociales eso no ocurre. Ello podría ser cierto, pero no cambia el hecho que se puede hacer ciencia del modo usual bajo la condición que el que estudia es parte de su objeto de estudio.
Segundo, sucede también para todas las ciencias, o al menos las más generales, que en su estudio están involucrados todos los gantes. Los agentes, en su vivir, usan y descansan en conocimiento de sentido común sobre la naturaleza; y en ello no hay distinción profunda entre las ciencias.
Donde sí aparece una distinción es que esos conocimientos son objeto del estudio de las ciencias sociales, mientras que el sentido común sobre biología o física no es parte de esas disciplinas. Pero ese conocimiento no es más que otro objeto a estudiar, y para el cual se puede usar la misma aproximación metodológica. Dado que el conocimiento de la ciencia social no reemplaza al sentido común -incluso cuando este último se apropia de elementos del primero, cuando esto sucede cambia de carácter-, y son por lo tanto distintos, entonces no hay consecuencias metodológicas o epistemológicas especiales. Aunque sí lo tienen en relación a las técnicas, no es un cambio metodológico (sigue aplicando la idea de conocimiento objetivo, replicabilidad, control de variables intervinientes etc.).
La necesidad de separar las ciencias sociales de otras ciencias es, finalmente, una herencia del idealismo alemán y de la filosofía de la conciencia, y en última instancia de Kant, del su intento de salvaguardar un espacio para la causalidad de la libertad frente a la causalidad de la naturaleza (por más que en el propio Kant eso es parte del nivel trascendental y no del empírico). Es un intento de defender al ser humano de ser rebajado al nivel de mera naturaleza animal. Pero ese empeño no deja de ser un ejercicio de vanidad.
Tendemos a pensar en torno a la distinción cultura y naturaleza, que al final desciende de la diferencia sujeto y objeto. Pero la cultura no es más que una forma específica de la naturaleza, del mismo modo que el sujeto no es más que un tipo de objeto especial -uno que observa. Si uno quisiera usar ese lenguaje, bien podría decir que los seres humano sson una forma en que la naturaleza adquiere ‘conciencia’, la conciencia no es algo aparte del mundo, sino parte de él.
Si simplemente nos aceptamos como parte del mundo natural, entonces, asumiendo las características específicas de la vida social, la ciencia social es simplemente parte integrante del estudio de la naturaleza. Es el estudio de una parte de la naturaleza, de la naturaleza social.